sábado, 19 de marzo de 2011

Capitulo 36: Nuevo (Isabella Dawnther)

Cambie la letra porque no me gustaba como se veia... Bueno, eso.

Nuevo
                                                                              (Isabella Dawnther)

            Estos meses que han pasado han cambiado mucho la perspectiva de las cosas. Sobre todo en el amor. Creo que me volví a enamorar, pero siento que es la persona correcta, ya no hay miedo y temor. Lo que tengo dentro de mi es la pura felicidad de la oportunidad que tengo a mi lado. Lo veo, él esta con la vista al frente, mirando el sol quizás. Pero yo lo observo, su perfección, su belleza, su totalidad. Su poder es asombroso así que no necesito palabras para decirle que de verdad estoy enamorada del. Tan solo con tocarle, le demuestro que él es el correcto, él que espere toda mi vida, él sabe lo que pienso. Lamentaba pensar así tan rápidamente, pero el amor me lleno y no hay nada que hacer.
-Yo también te amo y no sabes cuanto espere por ti, Isabella- me respondió Joseph. Mi Joseph Krauss. Seguimos mirando el horizonte para darnos cuenta que ya atardecía y la noche envolvía el momento y el lugar.
Recordé a Vicente, él había sido un gran amor, por él había cambiado mi humanidad por la eternidad. Sin embargo, siempre sentí que me faltaba algo, el amor no era completo. Aquí esta lo que realmente yo buscaba.
-Mi hermana estará feliz cuando sepa que estamos… juntos- murmure imaginando la cara de Stephanie oyendo la noticia. Joseph rió junto conmigo. Por lo menos sabía que mi compañero de vida seria un aliado más para ayudar a proteger a mi hermana.
-Siempre, Isabella- prometió. Eso era una tranquilidad, estaría con él por siempre.
-Vamos, Joe- le pedí cuando las estrellas acompañaron al silencio. Él se paro y rápidamente llegamos donde Francisca. Esta estaba sentada mirando la televisión junto a Arturo. Franco miraba el techo desde el suelo de la terraza, lo note porque su piel estaba ligeramente brillando gracias a las lámparas que lo alumbraban directamente. Y Emily, ella estaba en el segundo piso haciendo quizás que cosa, no la he visto mucho últimamente. Me evita y eso me da miedo. No se que tendrá que ver Francisca en esto, pero ella es la culpable de todo. Eso yo lo se.
Bese a Joe suavemente en los labios para luego ir a la habitación de Emily. Joseph salio a acompañar a Franco. Toque la puerta y Emily dejo de estar en movimiento.
-Emy, soy yo- le dije a través de la puerta.
-¿Qué quieres?- pregunto, su voz estaba tan mal. Algo tendría que haber pasado para que Emily estuviera así.
-Quiero pasar- le conteste. Ella suspiró y me abrió a puerta. Allí estaba mi amiga; con su cabello café oscuro hasta los hombros, su piel más morena que la mía pero la palidez visible, hermosa como siempre había sido. Se le notaba triste y eso me preocupaba. Con la agilidad que la caracterizaba ella se sentó sobre su sillón de cuero. No me hizo ninguna invitación, pero entre cerrando la puerta tras de mi y sentándome en la alfombra blanca. Las paredes celestes de la pieza de Emily estaba muy poco alumbradas, solo la lámpara de velador y la luna le daba luz al lugar. Vi con consternación como había eliminado varios Cd’s y libros de su colección. No quise preguntar, era un tema de ella, pero ¿por qué todos los Cd’s que faltaban eran de música romántica? Claro, era obvio. Franco también tenía que ver en esto. Se que para ella fue terrible ver que su amor no correspondido estaba en peligro si ella no hacialo que debia. Todavía lamento que las cosas llegaran a ese punto. Emily tembló, supongo que al leer mis pensamientos.
-¿Y bien?- me dijo Emily. No sabia bien que contestarle porque aunque tenia mil preguntas, sabia que eran hirientes o entrometidas. Me costo decidirme.
-¿Qué pasa?- pregunte de vuelta.
-Nada- respondió, pero esa era su respuesta refleja cuando alguien le preguntaba que le pasaba este último tiempo. La mire a los ojos y vi la chispa de miedo y dolor que había. Ella sufría demasiado y quería encontrar desesperadamente lo que la tenia así. Pero si ella no me ayudaba no iba a llegar muy lejos. Mi amiga hizo una mueca, había leído cada cosa que yo pensaba. –Es en serio- respondió.
-Pues no te creo- le respondí sinceramente. No sacaba nada con mentirle a ella, Emily tenía su don extraordinario y sabría de inmediato cuando yo le mintiera. Adoraría tener su poder unos minutos y saber que esta pasando por su cabeza cuando tiene la mirada perdida, cuando suspira levemente o cuando se va sin explicaciones al bosque a pensar.
-No hay nada que saber, Isa- me aseguro.
-Sigo sin creerte- le respondí. Era cierto, aunque me dijera con el lenguaje del habla que todo estaba bien, el lenguaje del corazón hablaba a través de sus ojos y decía que nada iba bien, que necesitaba ayuda y que se sentía terriblemente culpable.
-¿Qué quieres que haga para que estés segura de que estoy bien? Mis ojos no hablan por si acaso- me dijo en tono de broma, pero esto no era broma. Ella hizo una mueca de disgusto. –Isabella, estoy bien- me contestó cortante y con un gesto me pidió que saliera de su cuarto, pero esta vez no iba a ser tan fácil. Ya no seria amable, ahora vamos directo al punto.
-¿Es por Franco?- le pregunte y ella se estremeció. Si, ese era un si. Emily negó con la cabeza para mi pensamiento. –Entonces, ¿qué hizo Francisca?- le pregunte. Y mi amiga no podía más. Suspiro y agacho la cabeza. Si eran ambas cosas… significaba que algo le había hecho Francisca a Franco, su eterno enamorado. Emily sollozo. No debí pensar eso. –Estoy en lo correcto- afirme. Algo había pasado entre Francisca y Franco y Emily los había visto.
-No, no es eso- me hablo y la sentí sincera. Ella no me mentía ahora. Algo quería decir y otra cosa la cerraba a la posibilidad de confiar en mí. –Isabella, estaré bien mientras la mantengamos vigilada. Francisca no debe salir a ningun lado sin alguno de nosotros- me advirtió y seguido salio de su habitación llevándose su propia nube negra. Algo tenía que hacer por ella y porque pensé de inmediato en mi hermana…



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