lunes, 7 de marzo de 2011

Capitulo 15: Joseph Krauss

-Hola, Felipe- conteste aparentando calma. Mi mente se traslado hasta el día que nos encontramos con él y su clan, todas las mentiras, todas las pistas que eso podía darme, que Felipe podía darme.
-¿Cómo estas?- pregunto coqueto y mirándome de pies a cabeza. Quise poder partirle el cuello, pero no podía, solo perdería mi vida. Sentí otro aroma, distinto al de Felipe. Me tense nuevamente y mi acompañante se echo a reír. –Tranquila, preciosa. Es solo mi hermano- dijo en un susurro casi inaudible. El hermano de Felipe venia directo a nosotros, pero en vez de ganarse al lado del, como seria lo correcto, se ganó al frente mío con la intención de protegerme. Rugió con una ferocidad increíble y Felipe se estremeció al ver a su ‘hermano’ enfrentarlo de ese modo.
-Aléjate de ella- advirtió el chico. Yo retrocedí algunos pasos intencionalmente y él me miro preocupado. –Lo siento si te asuste, Ste... quiero decir, Gabriela- dijo con la corrección de mi nombre. Felipe sonrió ante la equivocación del chico. Avance los pasos que había retrocedido y me puse detrás del para protegerme.
-Hermano... mi pequeño Joseph- dijo con dulzura fingida Felipe. “Así que Joseph se llama el chico que me protege” pensé sonriendo. Joseph se relajo solo un poco y me abrazo todavía en su afán de salvaguardarme. -¿Cómo estas?- pregunto. Joseph sonrió un poco con el fin de dejarle claro que no siguiera con rodeos. Felipe entendió de inmediato y suspiro desilusionado.
-¿Qué esta pasando aquí?- pregunte. Felipe y Joseph me miraron con incredulidad y, como si no me hubieran oído, siguieron su conversación.
-Suficiente, Joseph. Solo quiero que Francisca la conozca- musito Felipe.
-No, ella no la conocerá por el simple hecho que a Stephanie no le conviene- dijo Joseph seguro de si mismo. Me estremecí al pensar que Joseph había dicho mi verdadero nombre frente a Felipe, pero pareciera que no tenía mayor trascendencia.
-¿Stephanie?- pregunto mi primer acompañante con ironía. Me enfurecí cuando Felipe uso mi nombre de esa forma, solo quería partirle el cuello. Joseph sintió mi ferocidad y me detuvo con fuerza.
-No juguemos, Felipe. Tú sabes que ella es Stephanie desde el primer momento que la viste, no te hagas el tonto, aunque te sale muy bien...- afirmo Joseph. Me apoye en él porque sentía que mis fuerzas se debilitaban a cada momento. Estaba cansada y por primera vez necesite tomar un respiro para poder volver a sentir mis piernas.
-Lo se... Es tan solo que Grace sembró en mi la duda, aunque no lo creas- dijo Felipe acechándonos. Se movía de un lado a otro mirándonos de a momentos. En un instante dio algunos pasos a nosotros y yo me estire de inmediato para poder defenderme, veía que tan difícil podía llegar a su garganta, Joseph me sostenía fuerte para que no pudiera saltar en contra de Felipe, de su hermano. No sabia si lo hacia por él o por mi y eso me causaba inseguridad.
-Mucho daño le hemos hecho a ella... ¿para que mas?- suplicó Joseph. Me quede sorprendida por como él suplicaba por nosotros, como si me conociera de toda la vida. “Pero, claro...” pensé con odio a mi misma, ¿Cómo no lo vi antes? Si Joseph era hermano de Felipe sabia algo de mi, ya que Felipe sabia casi todo de mi y de mi supuesta muerte y temo que a manos de la tal Francisca. Era algo obvio, tanto que no lo vi. Intente que no me sorprendiera mas de la cuenta, después de todo en el interior de mi ser me lo esperaba.
-Es otro asunto el que me tiene aquí, Joseph- explico Felipe. –En realidad, me interesa que Stephanie sepa la verdad- continuo él un poco cabizbajo. Joseph se impresiono que Felipe haya dicho eso y bajo un poco la guardia.
-¿Qué te hizo?- pregunto Joseph mientras Felipe se desmoronaba producto del nerviosismo. Joseph tomó a Felipe y este se quedo quieto por un segundo, con su cara cambiando de una confusión a un miedo terrible. Los dos hermanos se vieron las caras asustados y yo sabia quien era la que los perturbaba, después de todo también lo hacia conmigo.
-Francisca...- susurre parada en medio del bosque. Me vieron muy extrañados de mi palabra y en un segundo los vi parados a mi lado. Cada uno tomando un brazo mío para poder traerme a la realidad nuevamente. Felipe me acaricio la mejilla con ternura y Joseph me repetía que ella jamás me tocaría nuevamente... ¿nuevamente? Luego, de repente algo pasó... pude escuchar perfectamente los pensamientos de Felipe, fue algo extraño y aterrador porque lo pensamientos del eran de igual forma, nadie mas sintió mi escalofrío cuando eso pasó. Sentí el frío que traspasaba mi cuerpo de un momento a otro. Trate de conservar la poca calma que me quedaba por el bien propio, por el bien personal aunque dentro de mí había un caos por tanta información nueva. Francisca perturbaba a los que querían ayudarme, ¿eso no la hacia mi enemiga o lo que sea?
-Supongo que estas bien, Stephanie- afirmo Joseph tratando de pararme. No me había ni cuenta cuando caí, solo sentí el frío.
-Espero que sea así- advirtió Felipe con enojo. Se veían realmente preocupados por mi, eso no podía ser algo malo. Pero últimamente las cosas son tan confusas que espero cualquier cosa de todo. Camine algunos pasos y me voltee para poder estar en frente de ellos y mirarlos directamente a la cara. Sentí como dejaba de leer los pensamientos de Felipe a medida que mi piel no estaba en contacto con la suya.
-Son hermanos; Felipe y Joseph... ¿cuánto?- pregunte.
-Felipe y Joseph Krauss- contesto uno.
-Bien, hermanos Krauss... Se puede saber ¿qué les pasa a ustedes conmigo?- pregunte un poco mas furiosa. Me hartaba no saber que pasaba conmigo misma. Felipe y Joseph se miraron un poco asustados por mi reacción.
-No te enojes, okey?- suplicó Joseph. Felipe todavía se mostraba cuidadoso pero sin saber bien porque. Tan solo tenía miedo de mí, lo que era raro porque yo estaba completamente indefensa.
-Bien, pero cuéntenme un poco de mi existencia, ya que por lo que he sabido hoy yo soy la ultima en enterarme de los acontecimientos de MI propia vida- exclame enojada. Joseph me hacia gestos para que me calmara, pero Felipe intentaba encontrar la forma precisa para contarme lo que debían decirme. Su cabeza ladeo de un lado a otro, una y otra vez pero se le hacia difícil como empezar. “La calma, la calma” pensaba mientras respiraba encontrando la paz en el aire. Joseph toco la mano de su hermano y se estremeció, Felipe seguía pensando y yo seguía sin entender nada de mi propia vida. Esto era una estupidez, yo era la que controlaba mi vida y sufría de las consecuencias, pero al parecer ni la controlo ni sufro sus consecuencias. Eso estaba mal...
-Stephanie... no tenemos mucho tiempo- susurro Felipe muy rápido -, tienes que empezar a buscar en las bibliotecas de la ciudad sobre Valeria, ella es la clave de todo esto. Las fotos no son coincidencias simples, todo tiene su causa y consecuencia. Intenta unir las piezas que crees que no tienen algo que hacer en todo esto. Es todo lo que te podemos decir; busca en las bibliotecas... familias entre 1800 y 1950. Ahora... corre- terminó Felipe. Fue tan rápido su discurso que para humano hubiera sido algo ilógico, pero para mí... en cierta parte, entendí todo, pero seguía siendo ilógico. Me daban pistas para encontrar mi pasado humano, pero no eran tan explícitos como yo lo necesitaba. Desparecieron tan rápido...
Ahora entendía... un nuevo aroma, un nuevo vampiro que se acercaba de repente con ferocidad, dispuesta a pelear y no a conversar. Corrí intentando no hacer ruido, lo hice rápido y sin pensar porque no había otra solución. Llegue a casa agitada pero sin ningún ‘rasguño’, eso era bueno.


Sábado, 4 de enero.

Querido Diario:
            Siento que te haya dejado abandonado tanto tiempo, pero he encontrado cosas que nunca espere. Mi pasado esta más cerca que nunca.  Encontré a una Valeria que es idéntica a mí... por decir lo menos. También encontré a Isabella en algunas fotos, pero no estaba escrito al reverso que tipo de relación las unía. Gracias a unos chicos que conocí en el bosque he averiguado en las partes correctas, he buscado en donde debo buscar. Les debo mucho a Felipe y a Joseph, pero aun así... ellos me deben explicaciones. Pensé en que ellos podían haber sido los de las pistas, pero luego recordé que la muchacha del correo había dicho que era mujer. He investigado un poco de todo eso en estas semanas aunque no he encontrado mucho sobre la familia de Valeria, me ha servido para esclarecer algunos puntos. Supe que una tal Sophia era amiga de ella y que su nombre completo era Sophia Fernanda de la Fuente Donoso. Era una chica de la clase alta y que se casó con un hombre muy adinerado también, entre otras cosas. Pero de Valeria no he sabido mucho ya que ayer en la noche casi me pillan en una biblioteca de la ciudad, buscaba de las familias más importantes entre los años 1800 y 1950. Hoy volveré al mismo sitio a buscar más sobre Valeria. Ojala me vaya bien.
            He conversado con Katherine sobre lo que he encontrado y ella se encuentra muy optimista sobre el tema, debo admitir que su tranquilidad traspasa la distancia y llega a mi ser. Es bueno hablar con ella. La extraño mucho. También, ella me contó que va muy bien con su chico que supe que se llama Max... me pregunto si será el mismo Max que yo conocí, seria bueno que así fuera... era un buen tipo.
            Rompo mi promesa de escribirte todos los días porque se que no lo haré, estaré muy ocupada. Lo siento amigo. Pero no olvides que te quiero mucho y que eres mi único apoyo en Chile.
                                               Un beso...
                                                                       Tu Steffi.


Ya iba a ser de noche y me estaba preparando para poder ir a la biblioteca porque en el día me era imposible, el sol iluminaba mucho en primavera y aun así eso no me daba el ánimo correspondiente. El tiempo se hizo interminable, pero en cuanto llego la hora no demore más de dos minutos en llegar a la zona de investigación. No usaba la camioneta ya que seria demasiado ruidoso y era innecesaria. De hecho... no había usado la camioneta más de tres veces desde que llegue a Chile. Me quede mirando la biblioteca por algunos segundos con algo de miedo por lo que encontraría esa noche. Y luego me senté en una banca que estaba en la plaza del frente. Me hice una bola y recordé que en estas semanas no había pensado en el dolor de mi vida... se había vuelto algo secundario, por ahora. Sabía que cuando encontrara la verdad y mi pasado no me importara más, el dolor llegaría con más fortaleza incluyendo la fuerza de los ratos en los que no había aparecido. Sacudí la cabeza de un lado a otro porque estaba me estaba adentrando a donde no quería ir por ahora. Entré a la biblioteca muy despacio y ni siquiera hice ruido perceptible para un humano. Busque en la misma parte en la que había quedado la noche anterior y por fin encontré lo que necesitaba... Valeria Stephanie Medina Zambrano. Había una foto de ella, una parecida a la que había encontrado días atrás. Su segundo nombre casi me dejo en shock... ¿Stephanie? No había que tomar suposiciones apresuradas, lo sabia, pero... dejaba mucho para pensar. Seguí leyendo con atención y no pude encontrar más que datos vagos y cosas sin importancia. Yo necesitaba saber quien era realmente Valeria Medina y esto no me estaba ayudando para nada. Aunque encontré algo... al reverso de una página... se notaba que no era algo propio del libro donde buscaba, sino algo escrito por un tercero; ‘Ubicación 546, estantería D, libro 9834, paginas 45-47, Valeria Stephanie Medina Zambrano’. Pude notar que era la misma letra de la carta en el correo. Así que estaba cerca de mi pasado y de quien me llevaba a conocerlo...

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