sábado, 12 de marzo de 2011

Capitulo 26: De verdad, no es mi culpa (Stephanie Dawnther)

De verdad, no es mi culpa
                      (Stephanie Dawnther)

            “De verdad, no es mi culpa. El culpable es el amor que siento por ti” pensé con la mirada baja. Que Cristóbal me haya echado en cara lo que había sucedido me mataba lentamente.
-Si tú quieres pensarlo así- dije con la voz más segura de lo que creía que podría haber emitido.
-Si, tienes la culpa de todo. De que todavía sienta esto por ti, de que no te pueda olvidar nunca… de eso tienes toda la culpa- dijo Cristóbal enrabiado y mi miraba subió. En segundos lo tenía frente a mí y me miraba apasionado. No podía evitar sentir lo que sentía, lo amaba, todavía lo amaba. Era mi vida, siempre lo fue, ¿cómo pensé algún día que podía vivir sin él? “Por la mierda, tiene familia, Stephanie” pensó Valeria y quise matarla.
-Te amo- le susurre. ¡Que alivio fue decirlo! Eran palabras que tenia atragantadas desde el instante que lo vi por primera vez de nuevo. Respire y el aire me recorrió entera.
Cristóbal estaba de pie frente a mí mirando más allá, mirando algo lejano, no podía decir con exactitud lo que él pensaba porque no demostraba ninguna emoción. De pronto… me besó.
-Stephanie… lo siento tanto, jamás debí dejarte- susurro luego de que nuestras respiraciones se calmaron. Suspire y vi con terror como él se sentía muy culpable.
-Leíste mi diario-. Era una afirmación. Cristóbal medio sonrió.
-Lo leí…-
-¿Completamente?-
-Si-. Sentencia, él había leído todo. Mis dudas, mis miedos, mi dolor, sabía sobre Valeria. Ahora sabía todo y, sin embargo no me da vergüenza. Pero se que a Valeria le molesta tremendamente que él sepa que ella esta por ahí. Refunfuñaba en mi mente, diciendo que ella no tenía porque estar pasando por esto. Seria inmensamente gracioso sino fuera tan terrorífico sentir otra presencia en mi cabeza.
-Lo lamento, eso no debiste saberlo- me disculpe. Él me miro y sonrió muy pagado de si mismo.
-En realidad, me encanto leerlo. Siempre pensé que te habías ido sin mas, que me habías olvidado, que te fuiste sin pensar nunca mas en mi-.


Sábado, 11 de enero

Querido diario:
            Algo me asfixia. No se que hacer. Necesito a Katherine, ella sabría que hacer, sabría que decirme. Se que también lo sabe Isabella, pero ella no esta aquí para decirme algo. Después de que volví a la casa con Cristóbal, ella vino y me pidió que me quedara aquí con él y que por nada del mundo saliera. Intente replicar, pero ella no dio su brazo a torcer. Pregunte sobre Emily y ella se entristeció, su expresión sombría me dijo que aun las cosas no iban bien con ella. Estoy asustada, aun quiero mucho a Emily sin importar que haya pasado en el bosque ayer. También pregunte por Joseph y el grito que de él había escuchado, por suerte estaba bien. Un dato muy loco e inoportuno; la cara de Isabella relumbró cuando pregunte por él. ¡Por Dios! Y si… No, no quiero pensar en ese tipo de cosas por ahora.
            Cristóbal esta sentado en el sillón mirando la televisión apagada, contemplando algo que no llego a entender, pero después del beso que me dio y la pequeña charla de aclaración que tuvimos ni siquiera ha abierto la boca. Eso me asusta aun mas, su silencio me estremece. Valeria insiste en pensar que él esta desconcertado por ser un vampiro, pero yo se que es algo mas, ¿Daniela?, ¿Anais?, ¿su matrimonio? No lo se. Me siento tan mal, diario mío. No se como todo esto se arreglara…
                        Cristóbal me ha mirado pidiendo hablar… Te contare cuando pueda…
                                                           Te quiero por siempre…
                                                                                  Tú confundida amiga…


-¿Si?- pregunte y él se concentro en las palabras que diría.
-¿De verdad creíste que estaba muerto?- pregunto. Apreté los ojos asustada por los recuerdos, me carcomía todavía todo el dolor que pase ese día; el departamento, Tobías, el pasto mojado, incompleta… estaba incompleta…
-Si, de verdad lo creí- conteste en un murmullo algo enfadado. Tenia que preguntar eso ahora. Mire mi diario y lo apreté a mi, ese era la única prueba confiable de que ese dolor había sido real y no solo una horrible pesadilla.
-Pero…- empezó y pare la conversación, yo no quería pensar en eso.
-Podemos dejar el tema. Jamás pensé que había sido Damián, ni siquiera pensé en él en ese momento. Punto, fin del asunto- casi grite. Cristóbal puso los ojos en blanco y se recostó en el sillón, casi haciendo una cama.
-Bien, hablemos de otra cosa- desafió, su tono me asusto, ¿había algo que me asustara mas que hablar de mi estupidez de ese año? –Tienes que explicarme que es ser vampiro-. Claro, eso me asustaba mucho más. Deje el diario encima de la mesa del comedor y mirándolo fijamente le di algunos puntos.
-Creo que es más que idiota decir de que te “alimentas”- musite enfadada y Cristóbal solo se encogió, así que continué: - El brillo de tu piel… bueno al sol, sucede eso. No duermes, tus ojos rojos son producto de la sangre… tienes velocidad, fuerza… ¿Qué mas quieres saber?-.
-¿No hay forma de evitar el brillo?- pregunto curioso. Su expresión me causo tata ternura que me quede como tarada viéndolo hasta que él carraspeo. “Tarada, pero que palabra mas acertada para tu expresión” dijo Valeria en mi mente. “Cállate y escóndete en tu rincón” le respondí. “Muere” pensó y luego ella se fue.
-No, no la hay- conteste. Él suspiro exasperado. Cerré los ojos y temblé. Odiaba cuando él tenía esas reacciones, me odiaba por provocar esas reacciones en él.
-No puedo ver a Daniela ni a Anais- aseguro. Asentí lentamente. ¿Qué hice? Lo condene a estar conmigo por algún tiempo hasta que pudiera controlarse, era obvio que él quería olvidarme porque tenia una vida aparte que destruí llegando nuevamente…
-No, no es bueno que las veas- por fin dije.
-¿Porque tus ojos son ámbar y los míos rojos?-
-Se volverán ámbar en algunos meses, pero solo te alimentas de animales… si sigues con los humanos seguirán rojos siempre-. Cristóbal se estremeció ante la palabra ‘humanos’. Entendía, recordaba como fue de confuso cuando Grace me explico mi nueva vida.
-¿Algún día podré volver a ver a Daniela y a mi hija?- pregunto y mi interior se retorció. Valeria estaba furiosa al escuchar el nombre de Daniela; “Lindas amigas tenias” dijo con sarcasmo. “Si, lindas y ahora vuelve a tu rincón” respondí, pero ahora no seria tan fácil. “No, olvídalo, quiero ver como termina esto”. Maldita sea, como me fastidiaba Valeria… “Sentimientos mutuos, querida” dijo en mi mente. -¿Stephanie?- susurro Cristóbal al ver que no contestaba su pregunta.
-Obvio que podrás verlas, o sea en algún tiempo te controlaras y la sangre humana ya no será tentación para ti-. La voz me temblaba, el solo hecho de dejarlo ir me desconcertaba, pero algún día él se iría, tenia que asumirlo.
-¿Cuánto?- pregunto.
-No lo se, eso depende de ti-. Me libere de la responsabilidad de eso. “Bonito, Stephanie, sigue así” Valeria pensó. “Maldita seas, Valeria, cállate” le dije y se fue… definitivamente se fue… No lo escuche mas, cuando ella no hablaba sabia que estaba ahí, notaba su presencia, pero ahora no, nada, el vacío de estar sola en mi conciencia…
Me asuste y empecé a hiperventilar en mi mente; “Valeria” llamaba una y otra vez, pero no contestaba, yo estaba sola ahí… nada mas que yo…
-Stephanie…- dijo Cristóbal con intención y apunto hacia la puerta. Claro, con el miedo que tenia en mi mente por no encontrar a Valeria no me había dado cuenta que Isabella estaba en la puerta junto a Joseph.
-Valeria…- dijo Isa  y se acerco para abrazarme.
-¿Valeria?- pregunto Cristóbal confundido. Mire a Isabella y vi el horror en su cara, sin tomar en cuenta la pregunta de Cristóbal grite:
-¿Qué ha pasado?-. Joseph se gano a mi lado y tomo mi hombro, pero Isabella tenia toda mi atención.
-Stephanie… es Emily… ella se ha ido…- dijo entrecortadamente. Cristóbal tomo atención y se acerco un paso hacia nosotros.
-¿Qué paso?, ¿Qué significa?- pregunte. Y luego se me olvido que Valeria había desaparecido, que Cristóbal estaba ahí confundido, se me olvido todo…
-Stephanie, ella se ha ido a donde Francisca… ha ido a condenarse a muerte…-

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