martes, 30 de noviembre de 2010

Capitulo 3: Imposible


Capitulo 3

Imposible.





Paso un mes después del suceso del beso, eso casi habia sido un precedente que marcaba el antes y el después.. Las cosas se quedaron en ese punto, no nos llevábamos mejor aunque tampoco peor y eso se agradecía. La película se volvió un hecho completamente molesto y fastidioso. Todo el pueblo nos empezaba a mirar raro y tenia miedo de nosotros hasta el punto que dejamos de ir al liceo y de salir de casa, pero eso fue peor. Las sospechas se volvieron más fuertes y la policía quiso eliminarnos. José Tomas investigó sobre el director de esa película porque nos mostraba exactamente como éramos física, social y psicológicamente y el hallazgo fue muy sorprendente.
-¿Un vampiro como director de cine?- pregunto Grace totalmente consternada. Abrí la boca sorprendida.
-Así es, el maldito es un vampiro que quiso hacer un ‘autobiografía’. Te prometo que lo odio al bastardo- dijo José Tomas totalmente rabioso. Con Tobías nos miramos extrañados, ¿por qué un vampiro querría mostrarse así? Estaba loco, apenas los Volturis supieran de la existencia de esa película lo eliminarían como una rata inservible. ¿Acaso no se daba cuenta que la ‘realeza’ de nuestra especie haria cualquier cosa para mantenernos ocultos?, ¿no entendia el significado de ‘oculto’?
-Quería morir con gloria- dijo Tobías divertido. Todos sonreímos, pero sabíamos que seria la ultima sonrisa en esa casa. Discutimos si llevarnos cosas de esa casa o comprar todo nuevo porque teníamos suficiente dinero como para vivir en una mansión o mas aun, el dinero es algo accesible cuando tienes mil horas de tu vida libres para poder trabajar y conseguirlo. Quedamos de acuerdo que nos llevaríamos casi todo porque tenia muchos recuerdos, pasamos ahí diez años escondiéndonos y luego otros cinco tratando de llevar una vida normal y nos encariñamos con esas cosas, compraríamos un camión y aun avión grande y nos iríamos en él con las cosas, nada de correr. También acordamos que tendríamos que escondernos por algún tiempo hasta que esa película se olvidara.

Teníamos todo listo para retirarnos del lugar, nuestro destino seria Chile que, extrañamente, me producia sensaciones en el estomago difíciles de llevar, salimos de caza la ultima vez para recorrer el hogar que fue nuestra casa por mucho tiempo.
Estaba en la mitad justa del bosque recordando el último combate que tuve con Tobías como hermanos. Fue una pelea divertida y amigable, añoraba poder volver el tiempo atrás y cambiar las cosas, que pudieran ser como antes, que todo siguiera el mismo curso y no este que tomo inesperadamente. Luego fui a la colina en la que Tobías me confeso su amor. Faltaba poco para llegar y encontré una figura sentada ahí; Tobías. Lo observe mucho rato y sabia que él tenia claro que yo estaba ahí. Pasaron horas así y nadie se cansaba de mirar; Tobías el horizonte y yo a él. Por primera vez... desee llorar. Quise poder hacerlo y liberarme de toda esta rabia y tristeza que tenía dentro de mí, quise poder llegar a su lado y abrazarlo como en los viejos tiempos, quise que todo fuera como antes. ¿Por qué todo tenia que complicarse? No era justo, ni para él ni para mí. No puedo ser quien quiere él que sea, no puedo...
-¿Te quedaras ahí todo el tiempo?- me pregunto mi compañía. Yo asentí y él volvió a mirar su punto fijo. Nuevamente quise poder llorar. Es indescriptible lo que sentía en ese minuto; dolor, rabia, pena, congoja, todo junto de una sola vez. Un golpe directo al corazón. Una punzada que prometía no cansarse nunca de doler. ¿Cuánto aguantaríamos así? Algún día el dolor seria insoportable para uno de los dos y nos separaríamos, ¿Qué pasaría con Grace y José Tomas? Sufrirían, obviamente. Pero... ¿con quien se quedarían, si hubiera que elegir? Me prometí evitar esa situación a toda costa. Si tuviera que hacer una visita fatal a los Volturis para que no tuvieran que elegir... lo haría.
Escuche el grito de Grace, fue un grito que tuve que taparme la boca para no proferir uno del mismo tipo. Tobías se gano a mi lado de inmediato.
-¿Estas bien?- pregunto asustado por mi expresión.
-Si, pero que Grace no- conteste parándome y corriendo. Él me siguió en silencio, pero sabía que su cabeza era un caos por dentro. Cuando llegamos nos encontramos con la sorpresa; unos vampiros nómadas que no venían en mucha actitud de paz.
-Hola- saludo la rubia. Los vi y en total eran cinco; dos chicas y tres chicos. Por sus ojos pude saber que no seguían nuestra dieta, rojos como un fuego violento y puro. Creí conocer a las muchachas pero luego dejo de importarme si lo hacia o no. Grace estaba en el umbral de la puerta con expresión asustada y José Tomas la acompañaba un poco mas calmado. Quise poder ganarme a su lado, pero sabia que una mala maniobra desencadenaría una pelea en la que teníamos todas las de perder, éramos minoría.
-Hola- saludo Tobías por educación. Ella sonrió y dio un paso hacia él, lo tome de la mano y me acerque a él, la chica sonrió disimuladamente y volvió a su puesto.
-No era mi intención quitarle el compañero a alguien- musitó coqueta y teatralmente culpable. Iba a contradecirla diciendo que Tobías no era mi compañero pero no necesitaba ver un sufrimiento de Tobías y tampoco me dieron ganas de hablar cuando el chico más alto, el que parecía ser el líder del grupo, hablo.
-Suficiente Pamela, no queremos pelear, somos minoría- exclamo enojado. “¿Minoría?” me pregunte. ¿Quién mas estaba en nuestra casa?, ¿Quién mas, que presentara un peligro decía yo? Respondiendo esa pregunta, salio una chica que se puso al lado de Grace, era alta, pelo café oscuro liso, de tez blanca como la de nosotros y sus ojos ámbar demostraban que era nuestra aliada. También me di cuenta de a donde conocía a las chicas; eran Pamela y Catalina, las eternas enamoradas de Tobías. Sentí celos, si porque eso era, no podía negarlo. Abrace a Tobías demostrando que él era mío, las miradas de Pamela y Catalina ya me estaban fastidiando demasiado. Tobías me abrazó y escondió su cara en mi cabello, senti sus labios en mi cuello susurrando que él era mio, algo que hizo sentirme tan miserable. Pude ver como Catalina se desilusionaba, pero Pamela seguí la vista fija en él. Avance un paso en su dirección con actitud amenazante, pero Tobías me agarro enérgicamente para que no pudiera desafiarlas. “Me ganarían en fuerza por ser jóvenes, pero no en técnica” pensé contenta conmigo misma, pero luego recordé que si peleaba con alguna de ellas, su grupo las defendería y si me dañaban e incluso antes, mi grupo me defendería. Pero luego paso algo que me saco de todo pensamiento; una pareja salio de nuestra casa, el chico de pelo castaño claro y la chica de pelo negro. Se notaba que eran compañeros por la forma en la que se protegían uno al otro. Sus ojos eran pardillos, mas aliados. Ahora entendía porque el líder dijo ‘minoría’, éramos siete vampiros fuertes y con mucho entrenamiento contra tres entrenados y dos neófitas.
-Me presento, me llamo Felipe, un amigo de Arturo- dijo el alto muy calmado, sin intenciones de que el ambiente cambiara a un combate, pero la expresión de Grace se estremeció cuando escucho el nombre de Arturo. –Ella es Pamela, ella Catalina, él Sergio y él Matías- continuo. Bien, ya sabía los nombres de nuestra ‘visita’, ahora quería saber el motivo.
-¿Qué les hizo pasara por las cercanías?- pregunte sin emoción. El que respondía a Matías me contesto coqueto.
-Viendo las bellezas del pueblo-. Sentí como Tobías sacaba el rostro de mi cabello y lo miraba con furia, ahora era yo la que usaba la fuerza para detenerlo conmigo. Matías sonrió satisfecho por la reacción de Tobías, parece que él quería que la pelea empezara ahora. Matias emitio un pequeño rugido y Tobías me tomo el rostro y lo pego contra su pecho, ahí pude sentir como rugia en silencio. Grace miro a Tobías reprendiéndolo por su actitud y la entendí, si bien ganaríamos no sabíamos si lo haríamos sin o con bajas y eso nos estremecía. José Tomas miraba fijamente a Sergio, quien me miraba fijamente a mí como si estuviera feliz por ¿conocerme? La primera chica que salió y se ganó al lado de Grace se tensaba mientras Felipe la miraba desafiante. “¿Qué esta pasando?” me pregunte. Sabía que nadie me daría la respuesta, así que tendría que esperar.
-Se podrían presentar ustedes ahora, cierto?- dijo Sergio mientras me miraba. Grace tomó la palabra antes de que yo pudiera decir algo.
-Por supuesto, yo soy Grace, él José Tomas, la chica de mi lado es Emily y la pareja son Isabella y Vicente. Los de allá son Gabriela y Tobías- respondió lo mas natural posible, tanto que hasta yo le creí. Pero algo me quedo dando vuelta, ¿Gabriela? Yo que supiera me llamaba Stephanie...
-¿En serio? Oh! Podría jurar que ella era Stephanie - dijo Sergio desilusionado pero también un poco suspicaz. Ladee la cabeza intentando encontrar una explicación lógica para mi nuevo nombre. Felipe me miro de pies a cabeza como comparándome con una imagen mental. Quede totalmente confundida, ¿por qué Grace no le decía mi verdadero nombre?
-¿Realmente te llamas Gabriela?- me preguntó Felipe.
-Gabriela- asentí. Sin saber porque, sabía que no era conveniente decir mí nombre real. Todos me miraban expectantes y Tobías intentaba ganarse frente de mí para protegerme. Suspire casualmente y todos miraron para distintas direcciones, solo Sergio me miraba con desconfianza aun. Las chicas se veían un poco asustadas ahora y sabían que si se provocaba una pelea, ellas morirían por ser nuevas en esto. Se juntaron y se encogieron ante la expectativa de una pelea.
-Gabriela...- dijo Sergio luego de observarme -, se parece a Stephanie- agrego sonriendo.
-Sabes perfectamente la historia de Steffi- dijo Grace intentando disimular que quería que la conversación sobre ‘Stephanie’ llegara hasta ahí.
-Recuerdo que le decían Steffi de cariño. ¡Que ternura!- dijo Felipe como recordando a alguien, que sabia perfectamente a quien. Todos mis aliados se estaban poniendo cada vez más inquietos, la tensión se sentía. –Que lamentable que ella haya muerto- agregó Felipe. Todos los aliados miraron a Felipe y luego a mí. Me estremecí, pero mi subconsciente me decía que no era buena idea demostrarlo. Sonreí y Tobías me abrazo más fuerte de lo que lo había hecho.
-Bésame- me pidio él y ahí fue cuando me di cuenta que mi labios estaban intentando pegarse a los suyos, mi boca estaba deseando la suya con intensidad. Tobías se sorprendió al ver mi entusiasmo, pero cuando se dio cuenta que lo hacia para no perder los estribos y demostrarles a los enemigos que estaba completamente confundida, él lo hizo sin mas explicaciones. Fue dulce ese beso, mas que el anterior y también sentí el nerviosismo por la situación. Tuve que admitirme a mi misma que me agradaba besar a Tobías. Después del beso me susurro que me amaba. Se que todos pudieron escuchar a Tobías y eso me incomodó. “Disimula, disimula” me decía mi misma con la esperanza de hacerme caso. Me arrepentí de haberle dejado que me besara, ¿qué tenia en la cabeza? Grace dio un paso al frente y se puso al frente de Felipe.
-Si, una lastima. Ahora ¿por qué están aquí?- preguntó con un tono alto. Él miro a sus compañeros y luego suspiró.
-Estuvimos buscando compañeras- respondió mirando levemente a Pamela y Catalina.
-¿Hace cuanto las convirtieron?- pregunto Isabella. Su voz era totalmente envidiable.
-Hace poco, no más de un mes, creo- respondió Felipe nuevamente.
-Duele, cierto?- pregunto Vicente a Pamela y Catalina, ellas se miraron y temblaron nerviosas.
-El peor dolor que he sentido en toda la vida- contesto Catalina con la voz casi inaudible.
-Nos han producido muchos problemas. Por su causa tenemos que irnos- dijo José Tomas muy molesto.
-Oh! Lo sentimos, de verdad. Bueno, nosotros no seguimos su estilo de vida y ellas... tampoco quieren seguirlo- respondió Felipe. Todas las preguntas iban hacia él y ninguno de sus compañeros pretendía alegar algo que él dijera. El liderazgo era algo obvio, pero se notaba que era asumido no por la decisión del grupo en si.
-No importa. En todo caso, ya se estaban empezando a dar cuenta que no envejecíamos nunca. Éramos la envidia de las chicas- dijo Grace aparentando calma con una sonrisa.
-¿Cuánto han estado aquí?- pregunto Matías.
-Siete años; tres escondiéndonos y cuatro haciendo una ‘vida normal’- respondió de inmediato Grace. Otra mentira más, mi mente estaba completamente confusa y no sabia que decir o que hacer. Tobías me abrazo y caminamos hasta el umbral de la puerta.
-Bueno- dijo Tobías -, Gabriela y yo tenemos que llevar las cosas al camión- explico. Entramos y empezamos a llevar las maletas y muebles al camión que había comprado José Tomas. Dentro de la casa, todo se veía muy desolado, incluso me dio pena. Pero todavía me preguntaba porque una mentira sobre mi persona y otra sobre el grupo. Pero sabia que el otro clan podía escucharnos todavía y no quería arriesgarme a estropear alguna clase de maniobra que tenia Grace para protegerme. Luego entro Isabella y Vicente a ayudarnos a llevar cosas en completo silencio. Aun podía escuchar la discusión que tenían afuera. Todo se basó en que el otro clan había causado nuestra partida del lugar y que le dijeran a una tal Francisca que igualmente la visitarían a menudo.
-Lleven a Gabriela algún día, se que Francisca estaría contenta de conocerla- dijo Sergio. Grace asintió con una sola palabra y luego el clan se fue. Grace, José Tomas y Emily entraron silenciosamente y no dijeron nada. “¿Puede aun escucharnos?” me pregunte. Era probable...

Estábamos de camino al aeropuerto en el que nos iríamos en pareja separados, pero aun no sabia con quien irme. Todavía no preguntaba sobre mi nombre ficticio, mi supuesta muerte y los ‘siete’ años que habíamos pasado en Johady. Todavía no quería saber, todavía no quería perder la calma... Pero luego pensaba en que no me interesaba mayormente, había vivido todos estos años con el misterio de mi vida humana y esto no era mas que agregarle un gota mas de miedo a mi historia.
Grace manejaba y José Tomas iba en el asiento delantero. Tobías iba mirando por la ventana completamente ido en sus pensamientos y no sabia si interrumpirlo. En la media hora pasada había pensado mucho en que él me quería más que a una hermana y había sacado un par de conclusiones que quería poner en práctica. ¿No seria yo la que me estaba cerrando a la posibilidad de querer a Tobías? Sabia que no seria tan dificl volver a sentir lo que ya habia sentido alguna vez. No era imposible quererlo, si él pudo, igual yo. Me acerque y me acurruque en él. Tobías me miro extrañado, pero luego de mi sonrisa, él me sonrió y me abrazo fuerte todo el camino al aeropuerto.
Faltaban diez minutos para que el vuelo saliera y Grace se iría con José Tomas.
-Me sorprendes- dijo Grace suspirando.
-Olvídalo- dije adivinando a lo que se refería -, aun estoy en shock y no quiero perder el control, pero en Chile... es otra cosa-. Ella sonrió y asintió un poco preocupada.
-Contrataron un avión para llevar algunas cosas, cierto?- pregunte.
-Compramos un avión enorme para llevar todas las cosas- me corrigió José Tomas.
-Luego, quiero pilotear el avión y estrellarlo. Okey?- pregunto Tobías.
-Haz lo que quieras, chupasangre- le contesto Grace irónica.
Había llamado a Grace y José Tomas para su vuelo y en segundos nos llamarían a nosotros también, así que cada uno se fue a su vuelo correspondiente.
Con Tobías, camine lentamente. Él insistió en comprar comida para el viaje.
-¿Para que quieres comida comprada, si la puedes conseguir gratis en el avión?- dije con cierta maldad.
-Porque todavía no se pilotear un avión y no me gustaría que el piloto denunciara a dos vampiros sicópatas. Tú si, cierto Steffi? Apuesto que te encantaría que hiciéramos un show en el avión frente al mundo- respondió llevando en sus brazos tres bebidas grandes, chocolates y una bolsa grande de papas fritas.
-No te dejaran entrar con eso- le advertí.
-A que si...- me respondió. Cuando entramos, ocurrió lo que premedite; le pidieron a Tobías que se desasiera de la comida. Pero él tenía un plan bajo la manga, con su don dejo sin sentidos a los guardias y así pudo entrar con todo lo que había comprado. Su don era plenamente increíble, era genial.
Mientras nos acomodábamos sentía como Tobías tomaba un sorbo de bebida. Sentí una punzada en el estomago porque de verdad a mi eso me parecía asqueroso.
Ya sentados en el avión, este se puso en marcha y cuando íbamos por los aires, Tobías hablo.
-Nuestra familia es increíble y por eso que somos tan molestados por otros clanes; la chica que controla emociones, la chica del escudo, el chico que te deja sin sentidos y el chico que... que... es muy simpático- murmuro. Sonreí ya que Tobías adoraba molestar a José Tomas por no tener ningún don en especial, pero si algo había que rescatar era que tenía una fuerza impresionante, que superaba a la fuerza de un neófito e incluso a toda la familia junta.
-No te olvides que José Tomas es fuerte- le corregí.
-Mmm... Puede que eso sea algo similar a un don de nosotros- afirmo. No quise seguir hablando así que deje que la conversación quedara hasta ahí, además un caballero atrás de nosotros se puso atento. No voy a negar que me daban ganas de hablarle a Tobías sobre alguna masacre que hayamos cometido y que el señor nos escuchara, a ver si le darían ganas de escuchar conversaciones ajenas de nuevo. Pero me retuve porque a lo mejor nos denunciaba a la policía. Y eso... era lo que menos necesitábamos ahora.

Segunda parte del Capitulo 2: Confusion.

Capitulo 2

Confusion
(Segunda parte)

Era complicado hablar de sentimientos amorosos con una persona que los tiene por ti y tú… no por él… Ahí se encontraba mi problema, yo no sentía eso por Tobías ni ahora ni nunca, creo. Era mi hermano, mi amigo, mi confidente pero eso y nada mas, yo nunca llegue a imaginar que podríamos estar en esta situación. Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando me di cuenta que eran cosas muy duras como para decirlas así no mas, tenia que tener un poco mas de tacto con él porque se lo debía. Además nunca querría herirlo.
-Stephanie, no estoy pidiéndote algo, tan solo que sepas la verdad, no puedo estar ocultándote esto por más tiempo- me dijo tomándome las manos y llevándoselas al rostro. Primera vez que quise zafarme del toque de Tobías. “A ver, perdón… ¿por mas tiempo?” pensé aturdida. Dentro de mi mente los pensamientos eran frios, duros y sin ninguna gota de pena, me dio rabia. No quise preguntar porque no sabía si quería la respuesta. Tobías me quería más que una amiga, más que a una hermana… No, las cosas no podían complicarse así. Cuando por primera vez lo vi, senti algo dentro de mi, un escalofrio cuando me tocaba y miraba, pero después de un tiempo pude controlar eso a la perfeccion y evitar cualquier cosa que me trajera esos sentimientos de vuelta y lo habia hecho bien… hasta ahora. De repente recordé el viaje que habían hecho Grace, Tobías y José Tomas un día hace poco. Fue tan extraño, se fueron si motivo aparente y llegaron muy raros...
Era día catorce de Abril, lo recordaba porque esa fecha ellos siempre desaparecían y después de algunos años deje de preguntar donde iban, me resigne a vivir con ese misterio, tampoco quise seguirlos porque me metía donde no me llamaban. Tuve que ir sola al instituto porque se fueron a las ocho de la mañana. Fue un día aburrido y cuando llegue a casa solo espere que por fin llegaran. El primero en llegar fue José Tomas, venía muy extraño, un poco preocupado tal vez. Grace y Tobías llegaron al rato, pero venían más extraños aun. Observe minuciosamente a ver si encontraba algunas pistas de donde habían ido, pero venían totalmente arreglados, como si supieran que yo iba a fijarme en cada detalle y que no iba a pasar nada por alto. Se sentaron tranquilamente en living, Grace me saludo animadamente lo contrario a Tobías. Lo note incomodo cuando me acerque a él y pude ver como José Tomas suspiraba en silencio. Me sentí totalmente miserable porque el día anterior había tenido una discusión con Tobías sobre una tontería de la escuela. Fui muy dura y cuando él quiso quitarme mis sentidos con su don me defendí con mi escudo, aunque este era muy débil aun. Me senté al lado de Tobías, pero él no se digno a mirarme y su desprecio me dolió en lo más profundo del alma. Mi orgullo fue fuerte y no quise dar mi brazo a torcer. Al principio Grace quiso hacerse la desentendida del tema, pero luego se dio cuenta de nuestras posturas; éramos tercos.
-Stephanie... ¿estas bien?- pregunto Grace para ayudarme a empezar.
-No- respondí. Mi respuesta fue casi un reflejo. Tobías me miro preocupado y creo haberme sentido mejor. Él se acerco y me abrazo.
-No importa el incidente de ayer, sabes que nada de eso me importa, ademas fui yo él que trato de herirte. Es otra cosa la que me tiene así- susurro tan despacio que dudo que alguien mas que yo pudiera oír, aun para otro vampiro.
Sentí un alivio inmediato, pero una inquietud nueva; ¿que atormentaba a Tobías así?...
Con esa interrogante quede hasta el día de hoy; Tobías, desde ese día, se había dado cuenta que... me quería.
Se acerco y me abrazo, yo estaba aturdida y no podía reaccionar aunque lo agradecí, no sabia que habría hecho de estar en mis cinco sentidos. Mi mundo se vino abajo, no tan solo por la confesión de Tobías sino por mi propia confesión; yo luche mucho tiempo contra el amor que tenia por Tobías y esa lucha… la habia ganado. Pero no era lo demasiado fuerte o valiente para decírselo así solamente. Eso... dolía, poderosamente.
-Se hace tarde… ¿vamos?- susurro en mi oído. Me estremecí al sentir su aliento tan cerca, en estas circunstancias, después de saber todo lo que supe, no era ‘agradable’. Pude sentir como él suspiro disimuladamente. Dolió saber que le estaba infligiendo un sufrimiento innecesario. Se paró y me tendió la mano para poder pararme, no quise ser descortés y le acepte, pero luego corrí tratando de que hiciéramos una competencia. Cuando llegamos a casa, Grace sintió mi frustración y me di cuenta que se reservó sus preguntas. “¿Por qué?” pensé todo el camino al liceo. Habían tantas chicas que soñaban con él, que darían cualquier cosa por estar con él... incluso se convertirían en una de nosotros por estar con él. Pero no, tenia que ser yo, la tonta y egoísta de yo. Eran demasiados años conviviendo con él y luchando contra algo invisible que, por cierto ya derribe, como para que yo pudiera cambiar mi forma de quererlo ahora, era imposible...
-Estas callada, ¿por qué?- me pregunto Grace tratando de parecer desinteresada. Lo mire incrédula, ella tenia perfectamente claro de lo que me habló Tobías, yo estaba segura de eso. Al darse cuenta de mis miradas perdidas, agrego a su comentario: -Bien, lo se. Pero es que no puedo creer que lo tomaras mal. Llegue a pensar que tú también sentías algo por Tobías-. En su última oración sentí un escalofrío de miedo, odio contra mí, contra él, incluso contra Grace ¿Por qué no podía querer a otra chica? Él era muy bueno y yo... una descontrolada, tardé dos años en poder acercarme a los humanos y aun así tenia la tentación presente siempre, creo que pude tocar a un humano a los cinco años de mi transformación y con suerte. Para que decir a cuantas personas inocentes mate. Todavía pesa eso en mi conciencia, lamentablemente no puedo hacer nada por arreglarlo. Pero no ese era el tema que invadía mi mente en ese minuto. Yo en ningún punto era buena para él, o eso me hice creer yo por un buen tiempo antes y ahora mi teoria se confirma. Vi muchas veces a Tobías diciendo que no se enamoraría nunca y si lo hacia seria de una princesa que tuviera que ser salvada de un gran dragon, reia cuando lo escuchaba porque sonaba como las aspiraciones de un niño, pero ahora… él me amaba y si yo era su princesa, si yo estaba en peligro… yo no queria ser rescatada… no ahora, no por él.. Suspire y trate de volver a la conversación iniciada por Grace.
-En realidad, todavía estoy atónita, sorprendida... si es que ‘sorprendida’ es el término correcto- respondí un poco despacio, preguntándome si Tobías estaría escuchando cada palabra mía. Grace me hizo un gesto respondiendo a mi pensamiento. Volví a suspirar y sentí como todo se complicaba por el simple hecho de que yo no era digna para Tobías, era un completo error que él sintiera algo por mí de ese tipo.
Llegamos al liceo y había un pequeño bullicio en la entrada, mire a Grace confusa y un segundo llego Tobías a su lado, me sentí extraña ya que él siempre se ganaba a mi lado. Pero lo agradecí, en todo caso no era que hubiera querido que Tobías se ganara a mi lado. Por tercera vez, suspire y pude ver la realidad de ese gesto, era como si quisiera sacarme todo de adentro botando el aire de una manera fuerte. Pero no conseguía nada, solo sentirme mas desesperada por librarme de aquellos sentimientos. Cuando me entere el motivo del alboroto ocupo toda mi mente; un ataque ‘animal’ había sucedido el día anterior, como a las siete de la tarde. La última vez que había ocurrido una noticia de ese tipo fue cuando Tobías perdió los estribos en un momento de caza, la chica estaba demasiado cerca en el momento y lugar equivocado. Con Grace nos miramos preocupadas y me pregunte si un vampiro nómada estaba pasando por las cercanías de la ciudad, esperamos que fuerza razonable y que, si lo encontrábamos, le convenciéramos de dejar las proximidades porque nosotros tratábamos de llevar una vida normal. Tobías agachó su cabeza, creo que pensando en el incidente ocurrido hace algunos meses con la chica. Agite mi cabeza tratando de borrar lo ocurrido en el bosque en la mañana porque empezaba a recordar al ver la misma aflicción de Tobías...
-¿Qué creen que paso?- pregunto Tobías. Lo mire y trate de responder en el mismo tono desinteresado que uso él.
-Nómada- respondí. Grace se puso pensativa y concordó conmigo.
-Tengo el presentimiento que esto no es tan fácil como parece- dijo Tobías como a si mismo, como pensando en voz alta.
-¿Qué?- pregunto Grace pidiendo explicaciones. Por raro que parezca, yo tenía el mismo presentimiento. Era tonto pero era como si ese evento fuera el principio del fin. Intente no darle más importancia al suceso de la que en realidad tenía.
Las clases pasaron rápido o eso creo... de verdad, nunca sabía bien ya que los profesores ni siquiera se tomaban la molestia de preguntarme algo, tengo la seguridad de que me tienen miedo, sus subconscientes son capaces de captar lo que ellos no pueden. Por lo menos así podía quedarme quieta un buen rato, lo malo era que me quedaba mucho tiempo libre para pensar en las estupideces de la vida, inmortalidades de cangrejos, etc.
De camino a casa íbamos todos callados, nadie quería romper el silencio, los nerviosismos se notaban mucho y nadie sabía como pararlas. Me sentía atada de manos ante las tensiones que estaban presentes en esos momentos. Casi se me había olvidado el tema de Tobías, pero de la nada volvió a mi mente atormentándome nuevamente. Él no me miraba para nada y Grace caminaba con los ojos cerrados. En una situación así, Tobías hubiera hecho a Grace tropezar, ella hubiera caído a propósito pero no sin llevarse a Tobías con ella y hubiéramos reído sinceramente, pero ahora nadie quería hacer algo. Camine lentamente y deje que se adelantaran levemente solo para ver a Tobías; chico inteligente, gracioso y buena persona, guapo, sensible. Tobías era el chico perfecto, pero por una extraña razón yo lo veía como mi hermano y aunque intente verlo como a un hombre, no podía. ¿Cómo él pudo cambiar su forma de verme? Una interrogante que para mi no tenia respuesta. Quise poder abrazar a Tobías y decirle que yo igual lo quería de esa forma de nuevo, pero eso era un error, algo irrealizable, algo que nunca iba a suceder por más que yo y él quisiéramos. Aunque todo el mundo lo quisiera... porque ese sentimiento ya lo venci y nada, ni nadie… hara que vuelva.

Entrada la noche, José Tomas se mostró impaciente con mi ‘entrenamiento’ y me desafió a una pelea.
-No quieres eso- le sugirió Grace mientras salíamos. Había peleado con ella la noche anterior a la que pelee con Tobías y sabia de mi rendimiento.
-Déjalo- exclamó Tobías un poco divertido -, es su cuello-.
Sonreí pero después la pena me invadió, el tono de voz de Tobías se notaba claramente distinto a como me hubiera hablado dos días atrás. Caminamos hacia el centro del bosque con José Tomas y él estaba muy ansioso. Llegamos y deje que la furia se apoderara de mí. Por fin podría sacarla de mí.
-Hasta aquí no mas llegaste- le advertí. Él sonrió e inmediatamente después de ver mi postura de ataque dirigida hacia él, se estremeció. Abrió los ojos impactado. -¿Tienes miedo?- pregunte recalcando cada silaba en un tono espeluznante y emití un rugido que a cualquier humano que hubiera estado cerca lo dejaría sin aliento de inmediato.
-No- dijo José Tomas arreglándose la voz para contestar.
-Bien, entonces... ¿qué esperas? Atácame- le pedí. Él sonrió y empezó la batalla. Lo vi moverse rápidamente hacia mí, pero cuando él llego a mi posición yo estaba en la suya viendo todos los ángulos posibles para atacarlo. José Tomas me miro enojado, pero también lleno de satisfacción por mi respuesta. Caminó lentamente a mí y yo emití un nuevo rugido pero con más intensidad que me llegó a doler la garganta. Él se estremeció aunque intento ocultarlo, se hizo evidente. Quieta espere que se acercara un poco más a mí para poder hacerle una perfecta emboscada. Sentí como alguien se acercaba a nosotros y me voltee sin temor a un ataque de José Tomas.
-Grace...- suspire. Ella sonrió y miro a José Tomas haciéndome una seña de que él intentaba tomarme descuidada y desprevenida. Me gire en el instante que él quiso embestirme. Y corrí rápidamente para que me diera la espalda sin querer, me acerque sigilosamente mientras él me buscaba cuidadosamente. Cada movimiento era sincronizado y no hacia nada al azar menos contra él, sabia que era muy fuerte pero no debía subestimar a José Tomas. Se volteo y me miro con una sonrisa disimulada. Me irrite y quise poder acabarlo con rapidez, pero no sabia como. Volví a desaparecer de su vista e hice una ataque rápido, por el costado lo tomé al igual como lo había hecho con Tobías hace algunos días, fue efectiva ya que pude arrojarlo contra un árbol con mucha fuerza. El pobre árbol se rompió cuando el cuerpo de José Tomas chocó contra él y miles de astillas llegaron al suelo. Grace sonrió contenta y me pregunte por Tobías al mismo tiempo que corría porque José Tomas quería tomarme desprevenida... nuevamente. Él paró su camino antes de que esperara y me arrojo contra Grace. Ambas caímos al suelo con fuerza e irritadas por el comportamiento de José Tomas, Grace no estaba en esta pelea, ella había estado indefensa, eso era injusto. A Grace no le hizo más gracia que a mí. Se paró rápidamente y fue a atacarlo mientras yo todavía estaba en el suelo. Había que reconocer que la fuerza de José Tomas era increíble, sin precedentes. Pero igualmente, la irritación de Grace la hacia fuerte. Me quede quieta en el suelo viendo con la potencia que Grace lo acechaba y José Tomas se agitaba por el miedo y después de un rugido violento Grace se dispuso a agredirlo. José Tomas quedo en el suelo cuando Grace le dio un golpe en el estomago y quedó de espalda casi esperando que despedazara. Pero ella solo lo miró con cierta felicidad por ganarle en la batalla, lamentablemente no estaba todo dicho. Grace se volteo a verme y no alcancé a avisarle que José Tomas estaba parándose para poder atacarla, lo único que podía hacer era agredirlo yo y eso hice. Lo arroje contra el mismo árbol que antes, o lo que quedaba del anterior árbol.
-Suficiente clemencia hemos tenido contigo por hoy, José Tomas, tanto que deberías estar agradecido por seguir con vida. Así que... me retiro- dijo Grace con una voz pausada e infantil.
-Opino lo mismo- dije apoyando a Grace que ya empezaba a retirarse del lugar.
-Claro, es solo porque están aliadas. Espérense que las encuentre separadas...- alego José Tomas. Y creo que repitió lo mismo todo el camino de vuelta a casa, aunque no podría asegurarlo, mi mente estaba en otra cosa; Tobías.

Pasaron las semanas y todo había cambiado drásticamente, ya ni siquiera hablábamos entre nosotros y las peleas por entretención se habían acabado, íbamos de cada uno por separado, incluso Tobías y José Tomas estaban molestos entre ellos aunque sin motivo. Grace andaba completamente irritable y triste, por cualquier cosa explota en gemidos desgarradores y decía que ella quería llorar, que por primera vez en su existencia vampírica ella quería llorar. Luego se iba de la casa dejándonos a todos preocupados porque no volvía en las cuatro horas siguientes, aproximado.
Me sentía culpable por lo sucedido todas esas semanas, pero había algo que nos preocupaba en conjunto; los ataques. Últimamente iban aumentando y ahora estábamos seguros que uno de nuestro clan no era. Un día martes estábamos sentados en el living, sin decir ninguna palabra, y de repente José Tomas grito que porque Tobías hacia esto, refiriéndose sobre los ataques a las personas del pueblo, él respondió completamente enojado que no había sido él, que porque no le preguntaba a Grace. Ahí estalló la bomba porque yo no me quedaría callada, tenia perfectamente claro que Grace no había sido y a ella le influían mucho nuestras emociones. Fue una discusión bastante fuerte, pero nos sirvió para levantar cargos contra cualquiera de nosotros.
La primera semana fueron dos muertes extrañas, la segunda fueron dos mas y así ha continuado. La ultima fueron diez cadáveres apilados encontrados en medio del bosque, nuestra casa estaba cerca de donde ocurrieron los hechos y nos interrogaron, creo que no sospecharon nada.
Con Tobías las cosas iban cada segundo peor. En la misma disputa del día martes, nosotros seguimos discutiendo cuando nos topamos por casualidad en el bosque mientras cazábamos. Yo fui la que mas grito y él solo miraba el cielo, encontrando paz para no partirme el cuello, cortarme en pedazos y quemarme... la única forma en la que podíamos morir, pero llego Grace en ese preciso momento y eso impidió que yo y él fuéramos más allá con el altercado.
Las tensiones aumentaban y esto yo no lo podía aguantar por mucho más. Nadie lo haría.
Estaba sentada en mi cama mirando mi repisa llena de libros que cada uno lo había leído por lo menos tres veces, cuando siento que Grace entra en movimiento y se empieza a arreglar para ir al liceo. Me empecé a vestir, eligiendo cuidadosamente lo que me pondría... como si fuera a importarme. Me coloque unos jeans claros y estaba tontamente indecisa si ponerme una polera beige o celeste. Por una extraña razón... odiaba el beige, así que elegí el celeste, pero estaba tan furiosa que creo que no me di cuenta de lo que me ponía. Ya nadie usaba lentes de contacto porque todos íbamos de caza todos los días, solo para no vernos entre nosotros. Arregle la mochila y me dirigí al liceo. Ya cada uno se iba por su cuenta. Cerca de mi sala, vi a Grace que venia también y Tobías mas atrás.
Cuando me senté en mi puesto habitual escuche como unas chicas hablaba sobre nuestro distanciamiento.
-Pero si ya ni siquiera almuerzan juntos- dijo la pelirroja.
-¿Y cuando han almorzado?- pregunto sorprendida la mas pequeñas de las cuatro.
-En todo caso...- respondió la pelirroja.
-Yo creo que Tobías a tenido algún altercado con una de las chicas- supuso la rubia. En ese momento, Tobías escucho su nombre y puso atención en la conversación. A los segundos también se puso atenta Grace.
-Puede ser una buena oportunidad para conocer al chico misterioso- dijo coqueta la pelirroja. Ella se veía la más ilusionada, tanto como Catalina y Pamela. Cuando mire a Tobías, este sonreía levemente resignado por ella. Movía la cabeza de izquierda a derecha intentando darle la negativa a la chica.
-¿Saben? Ayer en la noche fui al cine y vi una película de... vampiros- dijo la otra morena, la que estaba más ida de la conversación. Cuando dijo la palabra ‘vampiros’ lo hizo casi en un susurro y temblando.
-¿Y?- pregunto la pelirroja mirando a Tobías. Pensé que en ese momento me dejaría de interesar la conversación, pero fue cuando me asustó.
-Es que cuando la vi, no pude evitar acordarme de ellos... o sea, quiero decir de... Grace, Tobías y Stephanie. Si los ve minuciosamente, son iguales en características físicas, sociales y psicológicas a los... vampiros- murmuro avergonzada y temblando mas notoriamente que antes. Los tres aludidos nos tensamos de un segundo a otro. Mire a Grace asustada y ella me miro de igual forma. Tobías se notaba nervioso y sabia que, por años de conocimiento, solo quería irse de ahí.
-Además- agregó la pequeña como liberándose de algo que pensaba hace mucho tiempo, pero también avergonzada -, ¿supieron que el ultimo ataque fue cerca de la casa de ellos? Yo me asuste mucho y... pensé en la misma película de la que Rocío habla-.
“Bien, esto va mal” pensé. Una película era una de las pocas cosas que hacían que la imaginación de los humanos se liberara junto con los libros. Hace muchos años estuvo de taquilla la película ‘Drácula’ y tuvimos que irnos del pueblo porque muchos empezaron a sospechar de nosotros, aunque el parecido era mínimo. “No otra vez” pensé un poco aturdida con los recuerdos de esa época. Quise poder salir de la sala pero seria muy evidente y no quería levantar mas sospechas. Luego las chicas empezaron a hablar de Pamela y Catalina porque habían faltado mucho últimamente.
Las clases se pasaron lento y solo pensaba en eso, ni siquiera en las últimas semanas de conflicto con mi familia. Cuando todo termino se veía al grupo de chicas anterior mirándonos un poco asustadas. “Genial” pensé sarcásticamente. Íbamos de camino sin querer romper el silencio, otra vez pero ahora era por un motivo diferente; la película y las sospechas de las chicas. No teníamos idea si ellas dirían sus especulaciones a otras personas y si así era, como lo tomarían las otras personas. ¿Les creerían o solo dirían que es una tontería?
-Tengo miedo- dijo Grace acongojada. Tobías la abrazó y le susurró que todo iría bien. No pude evitar sentirme un poco... rara. Los mire todo el camino y seguían en la misma posición. Me adelantaron y yo no quise ponerme a la par, estaba temblando a cada minuto recordando la conversación de nuestras compañeras. Cuando Tobías y Grace llegaron al umbral de la puerta, Tobías se quedo esperándome.
-¿Qué crees que debemos hacer? A Grace no se le ve bien y ella no podrá tomar una decisión correcta, esta muy aterrada- me dijo, sin ni siquiera mirarme. Sentí pena por lo que se había convertido nuestra relación. Quise poder retroceder el tiempo y que él no sintiera nada por mí más allá de un amor fraternal. Lamentablemente, eso no sucedería y tendría que aguantar todo esto porque en gran parte era mi causa.
-No se, yo también estoy... asustada con todo, no deseo volver a dejar todo atras- murmure dejando que el dolor que había evadido de todo momento anterior. Él suspiró inquieto y dio un paso en mi dirección y luego se detuvo, sopesó la opción de abrazarme y luego volvió al umbral de la puerta con una expresión punzante. No pude evitar acercarme a él y preguntarle que le pasaba, aunque supiera la respuesta. Yo todavía lo amaba como un hermano y era uno de mis pilares en la vida. No me respondió la pregunta y tuve que cambiar mi tono.
-¿Qué pasa, Tobías?- pregunte mas enojada. Él me miro con la misma expresión dolida y rápidamente... me besó.
Sentí como estaba inseguro de hacerlo, pero también fue amable con un toque pasional. Yo me encontraba dividida porque no quería dañarlo apartándome de su beso, pero tampoco era que quisiera besarlo. Deje que terminara todo, devolviendo el beso sutilmente. Tobías me miro y encontré en sus ojos una chispa de satisfacción, pero también de ilusión. Y dentro de mi, encontré las mismas sensaciones… en un espacio muy profundo de mi..

Primera Parte del Capitulo 2: Confusion ♥


Capitulo 2

Confusión
(Primera parte)



Corrimos tan rápido que los árboles pasaban con el viento junto a nosotros, adoraba la habilidad con la que corría producto de esta vida. Sentía como cada partícula de aire pasaba rozando mi piel pálida como la cal y fría como un témpano de hielo. Y con mis ojos ámbar, que demostraban mi preferencia de vida contra la matanza de humanos, podía verlas claramente, era increíble como esta existencia ilimitada te daba algunos placeres que disfrutar para hacer todo esto un poco menos molesta. Lo mas entretenido era ver que Tobías y Grace sentían exactamente lo mismo que yo, sus pieles eran igual de blancas que la mía y sus ojos eran parecidos en color, solo distintas intensidades, nuestra dieta hacia que nuestros ojos se parecieran en el color. Podíamos pasar perfectamente como una familia biológica. Faltaban unos pocos metros para llegar al liceo y la campana seguía sonando.
-Veinte segundos- dijo Grace con cierta satisfacción.
-Veinte segundos y medio- contesto Tobías. Suspire y me prepare psicológicamente para otra semana. No entendía como era capaz, cada día, de aburrirme más y más.
-Esto cada vez se vuelve mas monótono- murmure tan despacio y rápido que solo Grace y Tobías me pudieron escuchar con certeza.
-Dímelo a mí- burló Grace. Era cierto, ella llevaba mas años que yo en todo esto. ¿Doscientos diez?, ¿Doscientos once? Por esas cifras y yo noventa años que si le sumo mi vida como mortal dan ciento seis. Ciento seis años viviendo una existencia que prometía no tener fin. Que horrible realidad.
Imitando a chicos de 15 años, segundo medio, caminamos por el pasillo. Entramos a la sala correspondiente y de ahí… nada interesante.


-Odio como se pasa tan lento cada minuto que pasamos en el liceo, es como si el reloj supiera que el liceo, para nosotros, es una tortura- dijo Tobías con cierta frustración. Íbamos de camino a casa, ahora sin correr ya que nada nos apuraba. Iba envuelta en los brazos del anterior aludido. Grace solo miraba a algunos conejos que corrían de aquí para allá sin preocupaciones.
-Sin preocupaciones, ¿cierto?- dije haciendo eco a mi pensamiento.
-Pronto les daré una preocupación… la peor de sus vidas de conejo- me respondió con cierta intimidación, claro ella era un peligro para cada cosa con sangre caliente que pudiera existir… ella, Tobías, José Tomas, yo y quizás cuantos mas… incluyendo a los que no seguían nuestro propio estilo de vida.
-Tienes un gran problema con los conejos, Grace- acotó Tobías. Grace puso los ojos en blanco y dejo pasar la broma de Tobías.
-¿Cómo hubiera sido la vida de esto humanos sin nosotros no nos alimentamos exclusivamente de animalitos lindos, blancos que corren por el bosque sin preocupaciones?- pregunte burlesca, pero con un tono serio de por medio.
-No se, Steffi. Quizás, con el temperamento de Tobías, ya estarían todos muertos- me respondió Grace dándole vuelta la anterior ironía de él. Sentí como la furia corría por las venas estancadas de Tobías. La miro con cierta rudeza y ella hizo una mueca de fingido miedo. Adoraba como todo se daba tan afectuosamente en esta familia…
Llegamos al umbral de la puerta de la casa y Tobías decidió ir de caza.
-Podría, con mi temperamento, traerte algunos cadáveres- dijo él molesto por el anterior comentario de Grace.
-¡Tobías!-  exclame claramente asqueada. Si había una parte que odiaba de alimentarme… era exactamente eso; los cadáveres de tiernos animalitos inocentes que dejaba de camino. Me sentía extrañamente culpable. Sabia que era absurdo, casi al extremo de llegara a ser tonto y que me sentiría peor si matara humanos, pero... no había nada que hacer.
Entre a la casa sin ganas de ir de caza todavía, pero sabia que tendría que ir mas tarde igualmente porque mis ojos estaban negros… totalmente negros y los lentes de contacto eran demasiados incómodos, prefería tener el color ámbar de los ojos naturalmente que nuestro estilo de vida nos daba.
Me acosté en mi cama deseando poder dormir solo quince minutos, pero para mi eso era imposible, jamas dormiria, era casi como una condena. Así que no dure mucho tiempo ahí, aparte Tobías ya estaba entrando por mi ventana…
-¿Qué estas haciendo?- me pregunto mirándome.
-Estoy planeando como matarte esta noche, Tobías. Y si no funciona hoy, ideo como lo haré mañana- le conteste sarcástica. Hizo una mueca de teatral disgusto y me invito a cazar con él. Acepte porque la sed no la aguantaría por mucho más. Vi en su expresión algo desconcertante, pero cuando él se dio cuenta que lo miraba muy extraña se extendió una gran sonrisa por su rostro.

Correr solo por instinto era tan emocionante como satisfacerte de la sangre, incluso más. El sol ya estaba puesto y la noche empezaría luego. Después de haber cazado nos sentamos en una colina del bosque. Sin hablar, se paso el tiempo rápido. Vi como Tobías miraba al horizonte con una actitud muy pensante para su normal personalidad, si yo no lo conociera bien diría que era así siempre. Pero llevo años estando junto a él…
-¿Qué te pasa?, estas muy…- le pregunte sin llegar a terminar mi frase.
-¿Pensativo?- pregunto de vuelta interrumpiéndome. Él habia encontrado la palabra que me faltaba para expresar su semblante.
-Si- respondí extrañada. Estaba teniendo una actitud muy rara, conmigo sobre todo. En todos estos años creo que nunca se había comportado así. Sentía como su confusión se irradiaba y me sorprendió. Estuve recordando cada hecho del día a ver si encontraba el porque de su estado de animo.
-Tobías…- le dije mientras me acercaba a él. Tobías se estremeció y trato de alejarse disimuladamente. Apoye mi cabeza en mi hombro tratando de leer la verdad en sus ojos, pero me descubrió y los cerro, se tiro al pasto y se hizo el dormido.
Lo contemple mucho rato, sentada lo miraba fijamente, su cara tan angelical… Tobías era precioso, por dentro y por fuera. Sus ojos te hipnotizaban, era el hombre perfecto… para cualquier chica… creo.
Él se mordió el labio de una forma sensual y sonreí, que daría Catalina o Pamela, las eternas amigas y rivales,  por estar en mi lugar, compañeras de curso que estaban completamente locas por Tobías…
-¿Qué?- pregunto confundido y sentándose a mi lado de nuevo, ahora sin temor se acerco y me envolvió en sus brazos.
-Nada, es que te veías tan lindo acostado- le dije con coquetería fingida. Él sonrió y se acostó de nuevo, pero llevándome con él. Estuvimos así muchos minutos, muchas horas…

No me di ni cuenta cuando ya amanecía, las ultimas horas habían sido lo mas cercanas a dormir que había tenido en años. Fue agradable, sobre todo por la compañía. No era que antes no me hubiera sentido cómoda con Tobías, pero nunca había sido a tal grado de sentir que éramos un solo ser, una sola entidad indivisible e indestructible. Pero eso estaba bien… por ahora.
-Stephanie Dawnther- dijo en un tono serio. -, ¿Qué sientes por mi?- pregunto con cierta incomodidad. Abrí lo ojos mostrándome sorprendida, ¿qué clase de pregunta era esa? Ladee mi cabeza tratando de buscar una contra-pregunta para saber el motivo de la suya… pero no la encontré.
-Todo- respondí después de un rato, el sol estaba saliendo y me quede mirándolo fijamente como si allí fuera a encontrar la respuesta que Tobías quería. Él suspiro notoriamente y se sentó un poco irritado, arrepentido de haber formulado la pregunta.
-¿Qué clase de todo?- pregunto. “Okey, esas preguntas no son porque si” pensé un poco incomoda con la situación. Nunca me había hecho ese tipo de preguntas y yo no le había dado motivo para que empezara ahora.
-No se, todo de a momentos- respondí.
-No andemos con rodeos, sabes a que tipo de sentimientos me refiero- pregunto directo, dejando sus propias divagaciones atrás. Respire agitadamente, a lo mejor en un punto de mi subconsciente siempre supe a que se refería, pero no quería tocar ese tema. Tobías era mi hermano y solo eso; lo odiaba, lo amaba y a veces también me aburría, sentía de todo con él pero nunca… de otra forma. Con él había pasado toda mi existencia y definitivamente se convirtió en el hermano mayor que nunca tuve… que supongo que nunca tuve en realidad. Pero ¿que hizo cambiar la relación tan fácil que se daba con él de un momento a otro?, ¿en realidad me molestaba la pregunta que me formuló al principio?... y ¿por qué? La visión de la vida estaba dando una gran vuelta.
-Lo siento- musite por mi demora en la respuesta. –Es solo que me dejaste un poco… anonadada, no esperaba esto- explique un poco tonta o por lo menos así me sentía.
-Yo tampoco- confesó. Miro el horizonte tratando de buscar las palabras correctas para no ¿asustarme?
-¿Qué pasa Tobías?- pregunte sin mas cuentos, eso era lo que yo quería saber. Me miro con ojos tristes y suspiro, me dio a entender lo que yo ya sospechaba. Tome un respiro fuerte e intente aclarar mi mente. Tobías me quería mas que una hermana, no? Le pregunte porque una parte de mi imaginación se pregunto si yo estaba siendo muy paranoica… exacto; imaginación.
-Te quiero mucho, demasiado como para verte como mi… hermana. Me enamore de...ti- respondió. Soltó la palabra ‘hermana’ como una desdicha, debo admitir que me sentí mal. Pero cuando pronuncio las pabras finales, su rostro se volvio dulce y a la vez triste, aldo que me hizo sentirme aun peor, como una criminal.
-Yo… te quiero… mucho Tobías, pero no se si mas que… un hermano- murmure entrecortadamente.

Capitulo 1: Extraños.


Capitulo 1

Extraños



Corrí tan rápido como pude tras del. Pero lamentablemente me llevaba décadas de ventaja. Me entretuve viendo su expresión y luego me enfurecí. Intente atacar por detrás, pero en cuanto lo intente él ya estaba listo para protegerse. “Maldito” pensé un poco molesta y disconforme conmigo misma. Tobías era invencible en una pelea y yo nunca lo había comprobado hasta hoy. Este maldito, repentino interés que había mostrado era casi desconcertante cuando me daba cuenta que era débil.
-Izquierda, Stephanie- grito Grace y en cuanto lo hizo me di cuenta que Tobías venia en esa dirección a atacarme. Apreté mis puños controlando la rabia que corría por todo mi cuerpo. Él sonrió y caminaba de un lado a otro con paso tranquilo, pero no le di oportunidad de sonreír por mucho más; ataqué por el costado y creo que fue una buena técnica, caímos al suelo y dimos varias vueltas recorriendo varios metros. Sin darme cuenta Tobías ya estaba de pie esperando que yo me parara y peleara otra vez. “Idiota” pensé mas molesta aun, había sido forma fácil de ganarme y dar por terminado esto de una vez, pero no… quiso seguir humillándome. Grace me miraba preocupada y note sus ganas de que esto terminara pronto. Lo mire desafiante y él me miro coqueto, con coquetería fingida e irritante para mi. Volví a intentar atacar a Tobías por sorpresa, pero cuando yo recién lo pienso él ya tiene una plan para zafarse. “Bien, quiere guerra… guerra tendrá” fue mi ultimo pensamiento de esa noche. El cielo estaba oscuro e incluso las estrellas se veían con dificultad. Alrededor, los árboles disfrutaban de nuestra pelea… de mi derrota. Ya no había animales en el bosque, el miedo los hizo esconderse. Por un momento, Tobías ya no estaba en mi perímetro de vista y esta vez Grace no alcanzo a avisarme, empezaba a emitir un pequeño sonido cuando Tobías me tomo de lo brazos y con ligero golpe me tiro al suelo dejándome indefensa, tomo mi cuello y ese era el fin…
-Buena pelea- grito José Tomas. Él estaba muy emocionado porque me interesara en luchar. A él le encantaba y me veía como una pequeña rata blanca para un experimento; hasta que grado era fuerte. Mi emoción por eso no era mucha. Grace suspiro al verme en el piso sin proteccion y murmuro por lo bajo qe algun dia yo venceria.
Me pare del suelo con la ayuda de mi vencedor y él sonrió, me llevo abrazada de vuelta a casa.
Así se paso la noche y un entretenido panorama.

-Sabían que es súper tarde- dije a toda voz cuando eran las siete y cincuenta y ocho de la mañana del día lunes. Suspire y sentí como el día seria muy frío en Johady… típico para ciudades como esta, tan cercanas de Alaska y para el lugar en el que se encontraba la casa; un bosque. Bueno, en todo caso nos convenía que todo fuera así, no queria que nadie notara lo extraño que se ceia nuestra piel al sol, como brillantes Mire a mi alrededor y supe que las personitas que esperaba estaban en el segundo piso arreglándose para el liceo, “¡Que estupidez!” pensé molesta. ¿Con que fin se arreglaban para el liceo? O sea, me refiero a que es solo el liceo, no una pasarela ni nada por el estilo. Tuve la sensación de que no seria un gran día.
-Lista- exclamo Grace mientras bajaba la escalera con suma elegancia, como una pequeña bailarina. Me pare del sillón y tome mi mochila dispuesta a irme, eran las ocho de la mañana y caminado eran aproximadamente quince minutos… para la gente normal, digo yo. Grace, al ver mi cara de consternación ante la situación, dijo: -¿Y quien va a caminar?-. Sonreí por su absurda acotación, era obvio que a esta hora nadie se iba a ir caminando. Suspire fuertemente y ella rió. Por fin Tobías bajó. Estaba irritado porque habia estado buscando una polera que Grace deshecho.
-Y tú… pareces chica- musite media enojada, media divertida. Él puso su cara de molesto y no tomo en cuenta mi exclamación amorosa del día, y eso que habia dicho eso con todo mi amor. José Tomas bajó suspirando y ya cansado. ¿Se puede saber que tanto hacia en la vida?
-Son peleadores- nos dijo con cierta irritación. “Ops! Mal día” pensé nuevamente. Estábamos todos un poco enojados con cualquiera y a la primera… “Todo va sobre ruedas” pensé sarcásticamente. Grace sonrió y actuó sobre nosotros.
-Genial Grace, déjame ya. Suficiente- exclamó Tobías. Yo sonreí porque era inevitable sentirse como Grace quería que lo hicieras. Con un solo gesto deje en claro que acababan de tocar el timbre en el liceo. Tobías, Grace y yo tomamos nuestros bolsos y nos fuimos al liceo. Y José Tomas, teniendo el aspecto de chicos de nuestra edad ficticia, no tenía intenciones de ir no hoy ni en unos veinte años más.
Yo lo mire fijamente con este pensamiento y él me miro incrédulo.
-Buena suerte para el día… los vampiros valientes- dijo él. Reí y también él. Después de todo eso éramos… vampiros...

Silencio... Algo que ocultar


Comenzando...
(Stephanie Dawnther)

“Mi cumpleaños... lindo día para morir” pensé con ironía. Era tarde, ya no había mucho que hacer, la angustia me consumia viva. Siempre odie venir a esta casa, tan apartada de la ciudad, pero nadie me hizo caso. Mi vida peligraba y la de los demás… ya era historia. Tenía que salvar la mía y no tenia muchas opciones, eso merodeaba cerca de mí, podía sentir su presencia como se siente la luz que otorga el sol en pleno verano.
Vi el rostro, detenidamente, de cada uno de mis familiares, ¿que les había pasado? Era todo tan extraño, nada tenia sentido, todo se habia vuelto de un minuto a otro tan confuso. De repente escuche unos murmullos, demasiado tarde, venían por mi. Cerré los ojos con fuerza intentando despertar del sueño de la verdad, pero no podía. ¿Que hacer? Mi única oportunidad era la camioneta roja que había en el patio delantero, con el único problema que no sabia manejar, ¿podía, la desesperación, hacerme recordar exactamente como Mónica manejaba? Dicen que la desesperación te hace forjar cosas que ni pensabas que podías hacer. Mire las paredes de la casa y me di cuenta que no tenia mas opciones. Me pare lentamente porque los murmullos se sentían todavía, con el dolor de mi alma le saque las llaves de la chaqueta de Mónica. Mire la cara de inocencia de mi Melina… Las lágrimas rondaron mis mejillas sin mucho que hacer por quitarlas… Con gran esfuerzo me limpie los ojos de las molestas gotitas de agua que nublaban mi vista. No había tiempo para sacar ropa ni nada, solo ir a la camioneta salvando la única vida que quedaba en las habitaciones de la casa tan odiada por mi. Abrí la puerta delantera con cierta timidez, con cierto temor de que mi asesino personal me esperara fuera de la casa con una tortura preparada. Corrí a la camioneta roja y mientras lo hacia recordé cuantas veces Mónica se había quejado de la estupidez de la camioneta, “no me falles esta vez” pensé por la camioneta. Entre a ella sin mucho revuelo, pero los músculos no quisieron hacer nada mas. ¿Qué estaba haciendo? Estaba dejando atrás a toda mi familia por salvar mi maldita vida, ¿que haría sin ellos? Que respuesta mas simple; nada. ¿Por qué tendría que irme? Era preferible quedarme y enfrentar mi destino junto con las personas que ame, amo y amare por el resto de la eternidad, por las que daría la vida… Exacto, la vida. Me baje del auto y camine lentamente a la casa. La adrenalina me recorría por cada vena que poseía. Pero luego todo el panorama cambio.
-¿Tú?- murmure confundida. No entendía nada, que tipo de situación era, nada… absolutamente nada. Él me miraba confundido y el miedo se sentia en el lugar, se notaba que lo unico que queria era poder sacarme del momento de peligro.
-Al auto- escuche como una voz femenina se incorporaba al chico que yo miraba y me respondía… La mire con ganas de replicar, pero su cara de odio cuando me di vuelta a mirarla fue demasiado. No quise hacer preguntas, solo obedecí. Casi instantáneamente la paz se volvió mi principal sentimiento, no sabia como pero asi habia sido. Encendí el auto y lo puse en marcha… Andaba, con la poca atención que le había prestado a Mónica en sus manejos. Llegue a la carretera y estaba completamente vacía, típico para un lugar tan frío, tan vacio, sin vida… sin vida…
En un instante la camioneta se fue de mi inspección, pero aunque logre tomar el control no me di cuenta que ya no estaba sola… el auto beige que venia en sentido contrario estaba a punto de impactar contra mi camioneta… en eso pensaba cuando olvide todo, desde quien era hasta que estaba haciendo ahí, solo sentía el dolor aplastante y así… comencé mi nueva vida…