martes, 30 de noviembre de 2010

Primera Parte del Capitulo 2: Confusion ♥


Capitulo 2

Confusión
(Primera parte)



Corrimos tan rápido que los árboles pasaban con el viento junto a nosotros, adoraba la habilidad con la que corría producto de esta vida. Sentía como cada partícula de aire pasaba rozando mi piel pálida como la cal y fría como un témpano de hielo. Y con mis ojos ámbar, que demostraban mi preferencia de vida contra la matanza de humanos, podía verlas claramente, era increíble como esta existencia ilimitada te daba algunos placeres que disfrutar para hacer todo esto un poco menos molesta. Lo mas entretenido era ver que Tobías y Grace sentían exactamente lo mismo que yo, sus pieles eran igual de blancas que la mía y sus ojos eran parecidos en color, solo distintas intensidades, nuestra dieta hacia que nuestros ojos se parecieran en el color. Podíamos pasar perfectamente como una familia biológica. Faltaban unos pocos metros para llegar al liceo y la campana seguía sonando.
-Veinte segundos- dijo Grace con cierta satisfacción.
-Veinte segundos y medio- contesto Tobías. Suspire y me prepare psicológicamente para otra semana. No entendía como era capaz, cada día, de aburrirme más y más.
-Esto cada vez se vuelve mas monótono- murmure tan despacio y rápido que solo Grace y Tobías me pudieron escuchar con certeza.
-Dímelo a mí- burló Grace. Era cierto, ella llevaba mas años que yo en todo esto. ¿Doscientos diez?, ¿Doscientos once? Por esas cifras y yo noventa años que si le sumo mi vida como mortal dan ciento seis. Ciento seis años viviendo una existencia que prometía no tener fin. Que horrible realidad.
Imitando a chicos de 15 años, segundo medio, caminamos por el pasillo. Entramos a la sala correspondiente y de ahí… nada interesante.


-Odio como se pasa tan lento cada minuto que pasamos en el liceo, es como si el reloj supiera que el liceo, para nosotros, es una tortura- dijo Tobías con cierta frustración. Íbamos de camino a casa, ahora sin correr ya que nada nos apuraba. Iba envuelta en los brazos del anterior aludido. Grace solo miraba a algunos conejos que corrían de aquí para allá sin preocupaciones.
-Sin preocupaciones, ¿cierto?- dije haciendo eco a mi pensamiento.
-Pronto les daré una preocupación… la peor de sus vidas de conejo- me respondió con cierta intimidación, claro ella era un peligro para cada cosa con sangre caliente que pudiera existir… ella, Tobías, José Tomas, yo y quizás cuantos mas… incluyendo a los que no seguían nuestro propio estilo de vida.
-Tienes un gran problema con los conejos, Grace- acotó Tobías. Grace puso los ojos en blanco y dejo pasar la broma de Tobías.
-¿Cómo hubiera sido la vida de esto humanos sin nosotros no nos alimentamos exclusivamente de animalitos lindos, blancos que corren por el bosque sin preocupaciones?- pregunte burlesca, pero con un tono serio de por medio.
-No se, Steffi. Quizás, con el temperamento de Tobías, ya estarían todos muertos- me respondió Grace dándole vuelta la anterior ironía de él. Sentí como la furia corría por las venas estancadas de Tobías. La miro con cierta rudeza y ella hizo una mueca de fingido miedo. Adoraba como todo se daba tan afectuosamente en esta familia…
Llegamos al umbral de la puerta de la casa y Tobías decidió ir de caza.
-Podría, con mi temperamento, traerte algunos cadáveres- dijo él molesto por el anterior comentario de Grace.
-¡Tobías!-  exclame claramente asqueada. Si había una parte que odiaba de alimentarme… era exactamente eso; los cadáveres de tiernos animalitos inocentes que dejaba de camino. Me sentía extrañamente culpable. Sabia que era absurdo, casi al extremo de llegara a ser tonto y que me sentiría peor si matara humanos, pero... no había nada que hacer.
Entre a la casa sin ganas de ir de caza todavía, pero sabia que tendría que ir mas tarde igualmente porque mis ojos estaban negros… totalmente negros y los lentes de contacto eran demasiados incómodos, prefería tener el color ámbar de los ojos naturalmente que nuestro estilo de vida nos daba.
Me acosté en mi cama deseando poder dormir solo quince minutos, pero para mi eso era imposible, jamas dormiria, era casi como una condena. Así que no dure mucho tiempo ahí, aparte Tobías ya estaba entrando por mi ventana…
-¿Qué estas haciendo?- me pregunto mirándome.
-Estoy planeando como matarte esta noche, Tobías. Y si no funciona hoy, ideo como lo haré mañana- le conteste sarcástica. Hizo una mueca de teatral disgusto y me invito a cazar con él. Acepte porque la sed no la aguantaría por mucho más. Vi en su expresión algo desconcertante, pero cuando él se dio cuenta que lo miraba muy extraña se extendió una gran sonrisa por su rostro.

Correr solo por instinto era tan emocionante como satisfacerte de la sangre, incluso más. El sol ya estaba puesto y la noche empezaría luego. Después de haber cazado nos sentamos en una colina del bosque. Sin hablar, se paso el tiempo rápido. Vi como Tobías miraba al horizonte con una actitud muy pensante para su normal personalidad, si yo no lo conociera bien diría que era así siempre. Pero llevo años estando junto a él…
-¿Qué te pasa?, estas muy…- le pregunte sin llegar a terminar mi frase.
-¿Pensativo?- pregunto de vuelta interrumpiéndome. Él habia encontrado la palabra que me faltaba para expresar su semblante.
-Si- respondí extrañada. Estaba teniendo una actitud muy rara, conmigo sobre todo. En todos estos años creo que nunca se había comportado así. Sentía como su confusión se irradiaba y me sorprendió. Estuve recordando cada hecho del día a ver si encontraba el porque de su estado de animo.
-Tobías…- le dije mientras me acercaba a él. Tobías se estremeció y trato de alejarse disimuladamente. Apoye mi cabeza en mi hombro tratando de leer la verdad en sus ojos, pero me descubrió y los cerro, se tiro al pasto y se hizo el dormido.
Lo contemple mucho rato, sentada lo miraba fijamente, su cara tan angelical… Tobías era precioso, por dentro y por fuera. Sus ojos te hipnotizaban, era el hombre perfecto… para cualquier chica… creo.
Él se mordió el labio de una forma sensual y sonreí, que daría Catalina o Pamela, las eternas amigas y rivales,  por estar en mi lugar, compañeras de curso que estaban completamente locas por Tobías…
-¿Qué?- pregunto confundido y sentándose a mi lado de nuevo, ahora sin temor se acerco y me envolvió en sus brazos.
-Nada, es que te veías tan lindo acostado- le dije con coquetería fingida. Él sonrió y se acostó de nuevo, pero llevándome con él. Estuvimos así muchos minutos, muchas horas…

No me di ni cuenta cuando ya amanecía, las ultimas horas habían sido lo mas cercanas a dormir que había tenido en años. Fue agradable, sobre todo por la compañía. No era que antes no me hubiera sentido cómoda con Tobías, pero nunca había sido a tal grado de sentir que éramos un solo ser, una sola entidad indivisible e indestructible. Pero eso estaba bien… por ahora.
-Stephanie Dawnther- dijo en un tono serio. -, ¿Qué sientes por mi?- pregunto con cierta incomodidad. Abrí lo ojos mostrándome sorprendida, ¿qué clase de pregunta era esa? Ladee mi cabeza tratando de buscar una contra-pregunta para saber el motivo de la suya… pero no la encontré.
-Todo- respondí después de un rato, el sol estaba saliendo y me quede mirándolo fijamente como si allí fuera a encontrar la respuesta que Tobías quería. Él suspiro notoriamente y se sentó un poco irritado, arrepentido de haber formulado la pregunta.
-¿Qué clase de todo?- pregunto. “Okey, esas preguntas no son porque si” pensé un poco incomoda con la situación. Nunca me había hecho ese tipo de preguntas y yo no le había dado motivo para que empezara ahora.
-No se, todo de a momentos- respondí.
-No andemos con rodeos, sabes a que tipo de sentimientos me refiero- pregunto directo, dejando sus propias divagaciones atrás. Respire agitadamente, a lo mejor en un punto de mi subconsciente siempre supe a que se refería, pero no quería tocar ese tema. Tobías era mi hermano y solo eso; lo odiaba, lo amaba y a veces también me aburría, sentía de todo con él pero nunca… de otra forma. Con él había pasado toda mi existencia y definitivamente se convirtió en el hermano mayor que nunca tuve… que supongo que nunca tuve en realidad. Pero ¿que hizo cambiar la relación tan fácil que se daba con él de un momento a otro?, ¿en realidad me molestaba la pregunta que me formuló al principio?... y ¿por qué? La visión de la vida estaba dando una gran vuelta.
-Lo siento- musite por mi demora en la respuesta. –Es solo que me dejaste un poco… anonadada, no esperaba esto- explique un poco tonta o por lo menos así me sentía.
-Yo tampoco- confesó. Miro el horizonte tratando de buscar las palabras correctas para no ¿asustarme?
-¿Qué pasa Tobías?- pregunte sin mas cuentos, eso era lo que yo quería saber. Me miro con ojos tristes y suspiro, me dio a entender lo que yo ya sospechaba. Tome un respiro fuerte e intente aclarar mi mente. Tobías me quería mas que una hermana, no? Le pregunte porque una parte de mi imaginación se pregunto si yo estaba siendo muy paranoica… exacto; imaginación.
-Te quiero mucho, demasiado como para verte como mi… hermana. Me enamore de...ti- respondió. Soltó la palabra ‘hermana’ como una desdicha, debo admitir que me sentí mal. Pero cuando pronuncio las pabras finales, su rostro se volvio dulce y a la vez triste, aldo que me hizo sentirme aun peor, como una criminal.
-Yo… te quiero… mucho Tobías, pero no se si mas que… un hermano- murmure entrecortadamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario