martes, 30 de noviembre de 2010

Capitulo 3: Imposible


Capitulo 3

Imposible.





Paso un mes después del suceso del beso, eso casi habia sido un precedente que marcaba el antes y el después.. Las cosas se quedaron en ese punto, no nos llevábamos mejor aunque tampoco peor y eso se agradecía. La película se volvió un hecho completamente molesto y fastidioso. Todo el pueblo nos empezaba a mirar raro y tenia miedo de nosotros hasta el punto que dejamos de ir al liceo y de salir de casa, pero eso fue peor. Las sospechas se volvieron más fuertes y la policía quiso eliminarnos. José Tomas investigó sobre el director de esa película porque nos mostraba exactamente como éramos física, social y psicológicamente y el hallazgo fue muy sorprendente.
-¿Un vampiro como director de cine?- pregunto Grace totalmente consternada. Abrí la boca sorprendida.
-Así es, el maldito es un vampiro que quiso hacer un ‘autobiografía’. Te prometo que lo odio al bastardo- dijo José Tomas totalmente rabioso. Con Tobías nos miramos extrañados, ¿por qué un vampiro querría mostrarse así? Estaba loco, apenas los Volturis supieran de la existencia de esa película lo eliminarían como una rata inservible. ¿Acaso no se daba cuenta que la ‘realeza’ de nuestra especie haria cualquier cosa para mantenernos ocultos?, ¿no entendia el significado de ‘oculto’?
-Quería morir con gloria- dijo Tobías divertido. Todos sonreímos, pero sabíamos que seria la ultima sonrisa en esa casa. Discutimos si llevarnos cosas de esa casa o comprar todo nuevo porque teníamos suficiente dinero como para vivir en una mansión o mas aun, el dinero es algo accesible cuando tienes mil horas de tu vida libres para poder trabajar y conseguirlo. Quedamos de acuerdo que nos llevaríamos casi todo porque tenia muchos recuerdos, pasamos ahí diez años escondiéndonos y luego otros cinco tratando de llevar una vida normal y nos encariñamos con esas cosas, compraríamos un camión y aun avión grande y nos iríamos en él con las cosas, nada de correr. También acordamos que tendríamos que escondernos por algún tiempo hasta que esa película se olvidara.

Teníamos todo listo para retirarnos del lugar, nuestro destino seria Chile que, extrañamente, me producia sensaciones en el estomago difíciles de llevar, salimos de caza la ultima vez para recorrer el hogar que fue nuestra casa por mucho tiempo.
Estaba en la mitad justa del bosque recordando el último combate que tuve con Tobías como hermanos. Fue una pelea divertida y amigable, añoraba poder volver el tiempo atrás y cambiar las cosas, que pudieran ser como antes, que todo siguiera el mismo curso y no este que tomo inesperadamente. Luego fui a la colina en la que Tobías me confeso su amor. Faltaba poco para llegar y encontré una figura sentada ahí; Tobías. Lo observe mucho rato y sabia que él tenia claro que yo estaba ahí. Pasaron horas así y nadie se cansaba de mirar; Tobías el horizonte y yo a él. Por primera vez... desee llorar. Quise poder hacerlo y liberarme de toda esta rabia y tristeza que tenía dentro de mí, quise poder llegar a su lado y abrazarlo como en los viejos tiempos, quise que todo fuera como antes. ¿Por qué todo tenia que complicarse? No era justo, ni para él ni para mí. No puedo ser quien quiere él que sea, no puedo...
-¿Te quedaras ahí todo el tiempo?- me pregunto mi compañía. Yo asentí y él volvió a mirar su punto fijo. Nuevamente quise poder llorar. Es indescriptible lo que sentía en ese minuto; dolor, rabia, pena, congoja, todo junto de una sola vez. Un golpe directo al corazón. Una punzada que prometía no cansarse nunca de doler. ¿Cuánto aguantaríamos así? Algún día el dolor seria insoportable para uno de los dos y nos separaríamos, ¿Qué pasaría con Grace y José Tomas? Sufrirían, obviamente. Pero... ¿con quien se quedarían, si hubiera que elegir? Me prometí evitar esa situación a toda costa. Si tuviera que hacer una visita fatal a los Volturis para que no tuvieran que elegir... lo haría.
Escuche el grito de Grace, fue un grito que tuve que taparme la boca para no proferir uno del mismo tipo. Tobías se gano a mi lado de inmediato.
-¿Estas bien?- pregunto asustado por mi expresión.
-Si, pero que Grace no- conteste parándome y corriendo. Él me siguió en silencio, pero sabía que su cabeza era un caos por dentro. Cuando llegamos nos encontramos con la sorpresa; unos vampiros nómadas que no venían en mucha actitud de paz.
-Hola- saludo la rubia. Los vi y en total eran cinco; dos chicas y tres chicos. Por sus ojos pude saber que no seguían nuestra dieta, rojos como un fuego violento y puro. Creí conocer a las muchachas pero luego dejo de importarme si lo hacia o no. Grace estaba en el umbral de la puerta con expresión asustada y José Tomas la acompañaba un poco mas calmado. Quise poder ganarme a su lado, pero sabia que una mala maniobra desencadenaría una pelea en la que teníamos todas las de perder, éramos minoría.
-Hola- saludo Tobías por educación. Ella sonrió y dio un paso hacia él, lo tome de la mano y me acerque a él, la chica sonrió disimuladamente y volvió a su puesto.
-No era mi intención quitarle el compañero a alguien- musitó coqueta y teatralmente culpable. Iba a contradecirla diciendo que Tobías no era mi compañero pero no necesitaba ver un sufrimiento de Tobías y tampoco me dieron ganas de hablar cuando el chico más alto, el que parecía ser el líder del grupo, hablo.
-Suficiente Pamela, no queremos pelear, somos minoría- exclamo enojado. “¿Minoría?” me pregunte. ¿Quién mas estaba en nuestra casa?, ¿Quién mas, que presentara un peligro decía yo? Respondiendo esa pregunta, salio una chica que se puso al lado de Grace, era alta, pelo café oscuro liso, de tez blanca como la de nosotros y sus ojos ámbar demostraban que era nuestra aliada. También me di cuenta de a donde conocía a las chicas; eran Pamela y Catalina, las eternas enamoradas de Tobías. Sentí celos, si porque eso era, no podía negarlo. Abrace a Tobías demostrando que él era mío, las miradas de Pamela y Catalina ya me estaban fastidiando demasiado. Tobías me abrazó y escondió su cara en mi cabello, senti sus labios en mi cuello susurrando que él era mio, algo que hizo sentirme tan miserable. Pude ver como Catalina se desilusionaba, pero Pamela seguí la vista fija en él. Avance un paso en su dirección con actitud amenazante, pero Tobías me agarro enérgicamente para que no pudiera desafiarlas. “Me ganarían en fuerza por ser jóvenes, pero no en técnica” pensé contenta conmigo misma, pero luego recordé que si peleaba con alguna de ellas, su grupo las defendería y si me dañaban e incluso antes, mi grupo me defendería. Pero luego paso algo que me saco de todo pensamiento; una pareja salio de nuestra casa, el chico de pelo castaño claro y la chica de pelo negro. Se notaba que eran compañeros por la forma en la que se protegían uno al otro. Sus ojos eran pardillos, mas aliados. Ahora entendía porque el líder dijo ‘minoría’, éramos siete vampiros fuertes y con mucho entrenamiento contra tres entrenados y dos neófitas.
-Me presento, me llamo Felipe, un amigo de Arturo- dijo el alto muy calmado, sin intenciones de que el ambiente cambiara a un combate, pero la expresión de Grace se estremeció cuando escucho el nombre de Arturo. –Ella es Pamela, ella Catalina, él Sergio y él Matías- continuo. Bien, ya sabía los nombres de nuestra ‘visita’, ahora quería saber el motivo.
-¿Qué les hizo pasara por las cercanías?- pregunte sin emoción. El que respondía a Matías me contesto coqueto.
-Viendo las bellezas del pueblo-. Sentí como Tobías sacaba el rostro de mi cabello y lo miraba con furia, ahora era yo la que usaba la fuerza para detenerlo conmigo. Matías sonrió satisfecho por la reacción de Tobías, parece que él quería que la pelea empezara ahora. Matias emitio un pequeño rugido y Tobías me tomo el rostro y lo pego contra su pecho, ahí pude sentir como rugia en silencio. Grace miro a Tobías reprendiéndolo por su actitud y la entendí, si bien ganaríamos no sabíamos si lo haríamos sin o con bajas y eso nos estremecía. José Tomas miraba fijamente a Sergio, quien me miraba fijamente a mí como si estuviera feliz por ¿conocerme? La primera chica que salió y se ganó al lado de Grace se tensaba mientras Felipe la miraba desafiante. “¿Qué esta pasando?” me pregunte. Sabía que nadie me daría la respuesta, así que tendría que esperar.
-Se podrían presentar ustedes ahora, cierto?- dijo Sergio mientras me miraba. Grace tomó la palabra antes de que yo pudiera decir algo.
-Por supuesto, yo soy Grace, él José Tomas, la chica de mi lado es Emily y la pareja son Isabella y Vicente. Los de allá son Gabriela y Tobías- respondió lo mas natural posible, tanto que hasta yo le creí. Pero algo me quedo dando vuelta, ¿Gabriela? Yo que supiera me llamaba Stephanie...
-¿En serio? Oh! Podría jurar que ella era Stephanie - dijo Sergio desilusionado pero también un poco suspicaz. Ladee la cabeza intentando encontrar una explicación lógica para mi nuevo nombre. Felipe me miro de pies a cabeza como comparándome con una imagen mental. Quede totalmente confundida, ¿por qué Grace no le decía mi verdadero nombre?
-¿Realmente te llamas Gabriela?- me preguntó Felipe.
-Gabriela- asentí. Sin saber porque, sabía que no era conveniente decir mí nombre real. Todos me miraban expectantes y Tobías intentaba ganarse frente de mí para protegerme. Suspire casualmente y todos miraron para distintas direcciones, solo Sergio me miraba con desconfianza aun. Las chicas se veían un poco asustadas ahora y sabían que si se provocaba una pelea, ellas morirían por ser nuevas en esto. Se juntaron y se encogieron ante la expectativa de una pelea.
-Gabriela...- dijo Sergio luego de observarme -, se parece a Stephanie- agrego sonriendo.
-Sabes perfectamente la historia de Steffi- dijo Grace intentando disimular que quería que la conversación sobre ‘Stephanie’ llegara hasta ahí.
-Recuerdo que le decían Steffi de cariño. ¡Que ternura!- dijo Felipe como recordando a alguien, que sabia perfectamente a quien. Todos mis aliados se estaban poniendo cada vez más inquietos, la tensión se sentía. –Que lamentable que ella haya muerto- agregó Felipe. Todos los aliados miraron a Felipe y luego a mí. Me estremecí, pero mi subconsciente me decía que no era buena idea demostrarlo. Sonreí y Tobías me abrazo más fuerte de lo que lo había hecho.
-Bésame- me pidio él y ahí fue cuando me di cuenta que mi labios estaban intentando pegarse a los suyos, mi boca estaba deseando la suya con intensidad. Tobías se sorprendió al ver mi entusiasmo, pero cuando se dio cuenta que lo hacia para no perder los estribos y demostrarles a los enemigos que estaba completamente confundida, él lo hizo sin mas explicaciones. Fue dulce ese beso, mas que el anterior y también sentí el nerviosismo por la situación. Tuve que admitirme a mi misma que me agradaba besar a Tobías. Después del beso me susurro que me amaba. Se que todos pudieron escuchar a Tobías y eso me incomodó. “Disimula, disimula” me decía mi misma con la esperanza de hacerme caso. Me arrepentí de haberle dejado que me besara, ¿qué tenia en la cabeza? Grace dio un paso al frente y se puso al frente de Felipe.
-Si, una lastima. Ahora ¿por qué están aquí?- preguntó con un tono alto. Él miro a sus compañeros y luego suspiró.
-Estuvimos buscando compañeras- respondió mirando levemente a Pamela y Catalina.
-¿Hace cuanto las convirtieron?- pregunto Isabella. Su voz era totalmente envidiable.
-Hace poco, no más de un mes, creo- respondió Felipe nuevamente.
-Duele, cierto?- pregunto Vicente a Pamela y Catalina, ellas se miraron y temblaron nerviosas.
-El peor dolor que he sentido en toda la vida- contesto Catalina con la voz casi inaudible.
-Nos han producido muchos problemas. Por su causa tenemos que irnos- dijo José Tomas muy molesto.
-Oh! Lo sentimos, de verdad. Bueno, nosotros no seguimos su estilo de vida y ellas... tampoco quieren seguirlo- respondió Felipe. Todas las preguntas iban hacia él y ninguno de sus compañeros pretendía alegar algo que él dijera. El liderazgo era algo obvio, pero se notaba que era asumido no por la decisión del grupo en si.
-No importa. En todo caso, ya se estaban empezando a dar cuenta que no envejecíamos nunca. Éramos la envidia de las chicas- dijo Grace aparentando calma con una sonrisa.
-¿Cuánto han estado aquí?- pregunto Matías.
-Siete años; tres escondiéndonos y cuatro haciendo una ‘vida normal’- respondió de inmediato Grace. Otra mentira más, mi mente estaba completamente confusa y no sabia que decir o que hacer. Tobías me abrazo y caminamos hasta el umbral de la puerta.
-Bueno- dijo Tobías -, Gabriela y yo tenemos que llevar las cosas al camión- explico. Entramos y empezamos a llevar las maletas y muebles al camión que había comprado José Tomas. Dentro de la casa, todo se veía muy desolado, incluso me dio pena. Pero todavía me preguntaba porque una mentira sobre mi persona y otra sobre el grupo. Pero sabia que el otro clan podía escucharnos todavía y no quería arriesgarme a estropear alguna clase de maniobra que tenia Grace para protegerme. Luego entro Isabella y Vicente a ayudarnos a llevar cosas en completo silencio. Aun podía escuchar la discusión que tenían afuera. Todo se basó en que el otro clan había causado nuestra partida del lugar y que le dijeran a una tal Francisca que igualmente la visitarían a menudo.
-Lleven a Gabriela algún día, se que Francisca estaría contenta de conocerla- dijo Sergio. Grace asintió con una sola palabra y luego el clan se fue. Grace, José Tomas y Emily entraron silenciosamente y no dijeron nada. “¿Puede aun escucharnos?” me pregunte. Era probable...

Estábamos de camino al aeropuerto en el que nos iríamos en pareja separados, pero aun no sabia con quien irme. Todavía no preguntaba sobre mi nombre ficticio, mi supuesta muerte y los ‘siete’ años que habíamos pasado en Johady. Todavía no quería saber, todavía no quería perder la calma... Pero luego pensaba en que no me interesaba mayormente, había vivido todos estos años con el misterio de mi vida humana y esto no era mas que agregarle un gota mas de miedo a mi historia.
Grace manejaba y José Tomas iba en el asiento delantero. Tobías iba mirando por la ventana completamente ido en sus pensamientos y no sabia si interrumpirlo. En la media hora pasada había pensado mucho en que él me quería más que a una hermana y había sacado un par de conclusiones que quería poner en práctica. ¿No seria yo la que me estaba cerrando a la posibilidad de querer a Tobías? Sabia que no seria tan dificl volver a sentir lo que ya habia sentido alguna vez. No era imposible quererlo, si él pudo, igual yo. Me acerque y me acurruque en él. Tobías me miro extrañado, pero luego de mi sonrisa, él me sonrió y me abrazo fuerte todo el camino al aeropuerto.
Faltaban diez minutos para que el vuelo saliera y Grace se iría con José Tomas.
-Me sorprendes- dijo Grace suspirando.
-Olvídalo- dije adivinando a lo que se refería -, aun estoy en shock y no quiero perder el control, pero en Chile... es otra cosa-. Ella sonrió y asintió un poco preocupada.
-Contrataron un avión para llevar algunas cosas, cierto?- pregunte.
-Compramos un avión enorme para llevar todas las cosas- me corrigió José Tomas.
-Luego, quiero pilotear el avión y estrellarlo. Okey?- pregunto Tobías.
-Haz lo que quieras, chupasangre- le contesto Grace irónica.
Había llamado a Grace y José Tomas para su vuelo y en segundos nos llamarían a nosotros también, así que cada uno se fue a su vuelo correspondiente.
Con Tobías, camine lentamente. Él insistió en comprar comida para el viaje.
-¿Para que quieres comida comprada, si la puedes conseguir gratis en el avión?- dije con cierta maldad.
-Porque todavía no se pilotear un avión y no me gustaría que el piloto denunciara a dos vampiros sicópatas. Tú si, cierto Steffi? Apuesto que te encantaría que hiciéramos un show en el avión frente al mundo- respondió llevando en sus brazos tres bebidas grandes, chocolates y una bolsa grande de papas fritas.
-No te dejaran entrar con eso- le advertí.
-A que si...- me respondió. Cuando entramos, ocurrió lo que premedite; le pidieron a Tobías que se desasiera de la comida. Pero él tenía un plan bajo la manga, con su don dejo sin sentidos a los guardias y así pudo entrar con todo lo que había comprado. Su don era plenamente increíble, era genial.
Mientras nos acomodábamos sentía como Tobías tomaba un sorbo de bebida. Sentí una punzada en el estomago porque de verdad a mi eso me parecía asqueroso.
Ya sentados en el avión, este se puso en marcha y cuando íbamos por los aires, Tobías hablo.
-Nuestra familia es increíble y por eso que somos tan molestados por otros clanes; la chica que controla emociones, la chica del escudo, el chico que te deja sin sentidos y el chico que... que... es muy simpático- murmuro. Sonreí ya que Tobías adoraba molestar a José Tomas por no tener ningún don en especial, pero si algo había que rescatar era que tenía una fuerza impresionante, que superaba a la fuerza de un neófito e incluso a toda la familia junta.
-No te olvides que José Tomas es fuerte- le corregí.
-Mmm... Puede que eso sea algo similar a un don de nosotros- afirmo. No quise seguir hablando así que deje que la conversación quedara hasta ahí, además un caballero atrás de nosotros se puso atento. No voy a negar que me daban ganas de hablarle a Tobías sobre alguna masacre que hayamos cometido y que el señor nos escuchara, a ver si le darían ganas de escuchar conversaciones ajenas de nuevo. Pero me retuve porque a lo mejor nos denunciaba a la policía. Y eso... era lo que menos necesitábamos ahora.

1 comentario: