domingo, 5 de diciembre de 2010

Capitulo 4: Chile

Capitulo 4

Chile.



Pasaron las horas tan lento, que llegue a Chile muy irritable. Lo único que quería era tirarme a un sillón y hacer nada, como siempre lo había hecho. Estábamos todos en el mismo animo, lo supe cuando vi a José Tomas y a Grace con mi misma expresión. Tomamos un taxi con las maletas de mano que nos llevara a donde iba a aterrizar el avión con todas nuestras cosas. Santiago era muy bonito, pero extrañaba Johady. Llegamos a un tipo de parque enorme y el avión ya bajaba. Cuando aterrizo el chico que manejaba salio un poco asombrado al vernos.
-Hola- dijo nervioso.
-Hola, Max- contesto José Tomas. Grace, Tobías y yo hicimos un gesto con la mano y el tal Max miro con picardía a Grace y luego a mí. Le di un pequeño golpe a ella en el estomago y esta sonrió y bajo la mirada coqueta. Max me miró nuevamente, pero Tobías me abrazó dejándole una cierta advertencia y Max desvió la vista hacia Grace. Tobías solo sonreía ahora.
-Todas las cosas están a salvo- aseguró Max entrecortadamente. Grace dio un paso en la dirección del muchacho y este se sonrojo.
-Muchas gracias, de verdad- murmuro Grace. José Tomas la tomo por el brazo y la hizo dar dos pasos atrás ¿protegiéndola?
-¿Sabes donde podemos conseguir una casa rápido?- pregunto Tobías. Yo me estaba inquietando porque de verdad quería irme a una casa y cazar... solo quería cazar y hacerlo ahora si no querían que el tal Max pagara las consecuencias.
-¿Arrendar?- pregunto Max.
-No, comprar- corrigió Grace. Él puso cara de pensativo y Grace sonrió, Max se sonrojo nuevamente y Grace dio una pequeña carcajada. Era obvio que Max se pusiera nervioso con ella, si a los ojos humanos los vampiros éramos totalmente hermosos y Grace aun más; su pelo castaño claro, largo hasta la cintura y liso era muy lindo y su altura y esbelta figura era lo que volvía loco a Max. Por lo contrario yo era más bajita y con el pelo hasta los hombros, el color era distintos tonos de castaño y era ondulado. Pero entre nosotras no desentonábamos, éramos distintos tipos de belleza, mientras ella parecía modelo, yo estaba más cerca del promedio humano. Y para que hablar de Tobías y José Tomas, los chicos perfectos, por los que todas las chicas mueren. Tobías tenía el pelo café oscuro liso, alto, con cuerpo de deportista y su boca era perfecta, la forma perfecta. José Tomas, por otra parte, era de la misma altura, pero mas parecido a un chico promedio en el físico, el pelo ondulado rubio era muy lindo, y adoraba la forma de sus ojos.
Lo que me saco del pensamiento fue escuchar nuestra nueva dirección.
-Antonia Toledo, #4565, cerca del bosque “Las Parcelas”, es alejado del centro de la ciudad, incluso mas cerca de la cordillera. Tienen que tener cuidado porque se dice que ahí andan muchos pumas, mucho animal peligroso- advirtió Max y reí ya que la advertencia le salio como a una persona vieja y supersticiosa. Con Tobías nos miramos entretenidos. “Pumas... Hace mucho tiempo que veo pumas, solo ciervos y eso...” pensé satisfecha. Y así nos encontramos con la que seria nuestra nueva casa.

Grace estaba ordenando la casa con ayuda de Tobías. José Tomas sacaba las cosas del camión que había comprado acá en Chile para movilizar los muebles y las demás cosas
-¿Qué hiciste con el camión que compraste en Johady?- pregunte cuando me acorde de este.
-Se lo di a un caballero que vi por la calle, si hubieras visto lo feliz que estaba- me dijo con alegría.
-¿Y con el avión?- pregunte.
-Se lo di a Max, para que volviera a Johady- respondió. Sonreí por lo bondadoso que estaba José Tomas.
Salí a ver las cercanías de la casa y ver si era verdad el cuento sobre los pumas. Cuando había recorrido bastante, encontré lo que quería; varios animalitos carnívoros me miraban con miedo. “Pumas... genial” pensé.
Me volví a la casa porque todavía no conocía bien el perímetro ni tampoco sabía si teníamos vecinos cercanos, no quería asustar a la gente ni menos que algún humano con la imaginación sin límites se pusiera a pensar en nuestra naturaleza. Cuando llegue estaba todo como en la casa de Johady.
-¡Genial!- exclame cuando vi la casa, Grace estaba poniendo el ultima detalle; rosas rojas en el florero azul en la mesa central del living.
-¿Cierto?- pregunto felizmente Grace. Asentí y les conté sobre los animalitos que había encontrado.
-Tendremos que tener cuidado, no queremos su extinción aquí- dijo José Tomas.
-Si, además no se si tenemos vecinos cercanos- agregue.
-¿Saben?- dijo Tobías de repente. –Yo se quien nos puede ayudar a tener papeles en Chile- dijo muy contento consigo mismo.
-Si, y ¿quién?- pregunto Grace.
-Es J Jenks. Se que ha trabajado con varios como nosotros y puede hacernos los papeles de inmediato. Es bueno en eso- dijo Tobías apoyándose en mi.
-Cuando dices “con varios como nosotros”...- dijo Grace con tono preguntón.
-Vampiros- afirmo Tobías. “¡Wuau!” pensé sobre ese tal J Jenks. Debía ser valiente como para trabajar con gente como nosotros.
-¿Esta en Chile?- pregunto José Tomas. Tobías lo miro con una cara de furia teatral ya que la pregunta de José Tomas fue bastante tonta. Aun así Tobías le respondió.
-No, esta en Suiza. Pero voy a ir para allá a decirle que me haga los papeles- dijo Tobías con sarcasmo. Yo reí y Grace también.
-¿Sabes donde esta exactamente?- pregunto José Tomas siendo mas especifico con lo que en realidad quería saber.
-Dijo que se quedaría en una casa en Santiago, Las Condes se llama la comuna- respondió.
-Perfecto, comunícalo luego- dijo Grace. Y en eso quedamos...

Pasamos una semana aproximadamente revisando todo alrededor de nuestra nueva casa, solo para asegurarnos. No vivía nadie cerca, había mucho animal salvaje y también era un lugar frío, donde el sol no tenía mucho acceso. Era buen lugar, para gente como nosotros. Pero había nostalgia por la casa en Johady. Teníamos una vida casi normal en esa ciudad, si no hubiera sido por la maldita película... seguiríamos ahí.
Pero se me había ido un gran detalle que aun no aclaraba. Pensar que la gota de miedo a mi historia no la repercutiría era un completo error. Era día jueves y había ido recién de caza, los chicos habían iniciado la suya y Grace cortaba algunas flores que habían plantado en el jardín trasero, llevábamos un mes en Chile y planeábamos escondernos por un año.
-¿Gabriela?- pregunte molesta y confusa. Grace se tenso de inmediato, por la pregunta y porque no se había percatado que estaba detrás de ella.
-Gabriela- me respondió. Siguió en su tarea de las flores y sabía que por las buenas no iba a conseguir nada. Tome por los hombros a Grace y la deje en una posición que me mirara a los ojos.
-Los chicos están muy lejos y no llegaran a tiempo para impedir que consiga lo que quiero y tengo varios métodos para obligarte a que me digas la verdad- amenacé. Pude sentir que Grace usaba su don en mí, pero luego lo dejó. La solté extrañada, ¿por qué ella había usado su don tan poco tiempo? Con los segundos que actuó sobre mi no consiguió nada.
-Stephanie... ¿Se puede saber que hiciste para que la paz fluyera en mi y no en ti?- pregunto Grace. Yo di un paso atrás porque sabía que yo no estaba haciendo nada, supongo.
-Nada- conteste de inmediato.
-Entonces...- siguió ella pensante. Cambio su expresión y empezó a observarme como un cazador a su presa. Retrocedí otro paso y esta dio un paso a mí. Me asuste y quise poder haber borrado mi amenaza. “Me esta cambiando el tema” pensé. Eso era... ella hizo esto para evadirme el tema.
-¿Gabriela?- volví a preguntar.
Grace suspiro y siguió con su tarea en las flores. Empezó a tararear una melodía extraña y yo me senté en la banca blanca que había en el patio trasero. La observe un buen rato y cuando llego José Tomas y Tobías volví a insistir con mis preguntas. Ellos también estaban implicados en el asunto.
-Gabriela...- repliqué cuando José Tomas y Tobías nos saludaban por nuestros nombres. José Tomas me miro suplicante por el tema, pero yo necesitaba la verdad. -¿Siete años?, ¿La muerte de Stephanie?- pregunte y entre todos se miraron. -¿Qué mierda me están ocultando?- agregue. Tobías se sentó a mi lado y me abrazo con ternura, escondió su rostro en mi cabello y suspiro, acerco sus labios a mi cuello y con cortos y suaves besos lleno mi cuerpo de una extraña sensación, a veces seguia la linea hacia mi boca, pero luego retrocedia..
-¿Qué quieres saber?- me pregunto José Tomas un poco molesto.
-El porque de las mentiras que dijeron al clan que vimos- exigí dando a entender que lo que quería era obvio.
-Queríamos protegerte- respondió con sencillez Grace.
-¿Quién es Francisca?- pregunte incomoda porque sin quererlo ese nombre no me agradaba para nada.
-Una amiga- respondió José Tomas.
-¿Querían protegerme de Francisca?- pregunte y parece que di en el clavo. Grace abrió sus ojos de tal forma que me asusté y José Tomas estaba nervioso. Tobías seguía tranquilo, pero pude notar que cuando nombre a Francisca él me abrazaba mas fuerte. Sentía como quería protegerme aunque fuera de un recuerdo vago e impreciso. Tobías me beso el cuello con delicadeza y suspiro en oído que todo estaba bien, que tan solo era una exageración.
-No- respondió tajante Grace. Ella estaba completamente tensa y actuó sobre mí, consiguió relajarme solo un momento porque mi tensión era mucho más potente que su paz, además ella no estaba tan concentrada como para hacer que su don causara mucho efecto en mí. Creo que por alguna vez en mi vida... mi escudo sirvió.
Pasaron semanas y todas esas explicaciones vagas hicieron que recordara mi pasado y que quisiera saber del a toda costa, pero no sabia por donde empezar porque el único recuerdo que tengo es de despertar en la casa de Grace en una ciudad extraña y ver la preocupación de Tobías y luego… sus preguntas. Pero eso no era ni siquiera una pista. Me propuse investigar, pero luego me di cuenta que no sacaba con buscar porque a lo mejor no me gustaría lo que encontraría así que preferí dejar la búsqueda y concentrarme en esta vida. Total... ¿qué cosa tan importante tendría que encontrar?...

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