martes, 30 de noviembre de 2010

Silencio... Algo que ocultar


Comenzando...
(Stephanie Dawnther)

“Mi cumpleaños... lindo día para morir” pensé con ironía. Era tarde, ya no había mucho que hacer, la angustia me consumia viva. Siempre odie venir a esta casa, tan apartada de la ciudad, pero nadie me hizo caso. Mi vida peligraba y la de los demás… ya era historia. Tenía que salvar la mía y no tenia muchas opciones, eso merodeaba cerca de mí, podía sentir su presencia como se siente la luz que otorga el sol en pleno verano.
Vi el rostro, detenidamente, de cada uno de mis familiares, ¿que les había pasado? Era todo tan extraño, nada tenia sentido, todo se habia vuelto de un minuto a otro tan confuso. De repente escuche unos murmullos, demasiado tarde, venían por mi. Cerré los ojos con fuerza intentando despertar del sueño de la verdad, pero no podía. ¿Que hacer? Mi única oportunidad era la camioneta roja que había en el patio delantero, con el único problema que no sabia manejar, ¿podía, la desesperación, hacerme recordar exactamente como Mónica manejaba? Dicen que la desesperación te hace forjar cosas que ni pensabas que podías hacer. Mire las paredes de la casa y me di cuenta que no tenia mas opciones. Me pare lentamente porque los murmullos se sentían todavía, con el dolor de mi alma le saque las llaves de la chaqueta de Mónica. Mire la cara de inocencia de mi Melina… Las lágrimas rondaron mis mejillas sin mucho que hacer por quitarlas… Con gran esfuerzo me limpie los ojos de las molestas gotitas de agua que nublaban mi vista. No había tiempo para sacar ropa ni nada, solo ir a la camioneta salvando la única vida que quedaba en las habitaciones de la casa tan odiada por mi. Abrí la puerta delantera con cierta timidez, con cierto temor de que mi asesino personal me esperara fuera de la casa con una tortura preparada. Corrí a la camioneta roja y mientras lo hacia recordé cuantas veces Mónica se había quejado de la estupidez de la camioneta, “no me falles esta vez” pensé por la camioneta. Entre a ella sin mucho revuelo, pero los músculos no quisieron hacer nada mas. ¿Qué estaba haciendo? Estaba dejando atrás a toda mi familia por salvar mi maldita vida, ¿que haría sin ellos? Que respuesta mas simple; nada. ¿Por qué tendría que irme? Era preferible quedarme y enfrentar mi destino junto con las personas que ame, amo y amare por el resto de la eternidad, por las que daría la vida… Exacto, la vida. Me baje del auto y camine lentamente a la casa. La adrenalina me recorría por cada vena que poseía. Pero luego todo el panorama cambio.
-¿Tú?- murmure confundida. No entendía nada, que tipo de situación era, nada… absolutamente nada. Él me miraba confundido y el miedo se sentia en el lugar, se notaba que lo unico que queria era poder sacarme del momento de peligro.
-Al auto- escuche como una voz femenina se incorporaba al chico que yo miraba y me respondía… La mire con ganas de replicar, pero su cara de odio cuando me di vuelta a mirarla fue demasiado. No quise hacer preguntas, solo obedecí. Casi instantáneamente la paz se volvió mi principal sentimiento, no sabia como pero asi habia sido. Encendí el auto y lo puse en marcha… Andaba, con la poca atención que le había prestado a Mónica en sus manejos. Llegue a la carretera y estaba completamente vacía, típico para un lugar tan frío, tan vacio, sin vida… sin vida…
En un instante la camioneta se fue de mi inspección, pero aunque logre tomar el control no me di cuenta que ya no estaba sola… el auto beige que venia en sentido contrario estaba a punto de impactar contra mi camioneta… en eso pensaba cuando olvide todo, desde quien era hasta que estaba haciendo ahí, solo sentía el dolor aplastante y así… comencé mi nueva vida…

3 comentarios:

  1. waaaaaaaaaaaaaaaaaaa siiii me utaaaa
    renee ta finaaaa..ahora promocionaree tu blog y tu tambien hazlo y ayudam cn el mioo sip..??

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  2. vale necesito la otra parte de la novela tu sabes cuall

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