sábado, 12 de marzo de 2011

Capitulo 27: ¿Por qué, Emily?

¿Por qué, Emily?

            -No-. Fue el único sonido que pude emitir después de que Isabella me contara que Emily había estado aquí con el fin de matarme y al no poder hacerlo porque me quería se fue con Francisca para condenarse a muerte… Ni siquiera conocía a Francisca y ya estaba arruinándome la vida de todas las formas posibles. ¿Por qué?, ¿Por qué me odiaba?, ¿Por qué Emily se fue?, ¿Por qué, Emily?
-Imposible- concordó Cristóbal que había estado atento a la historia con el fin de entender que pasaba en esta familia. Cuando Isabella termino de hablar él se gano a mi lado desplazando a Joseph y me abrazo. Pero aunque Cristóbal estaba abrazándome, sabiendo que Valeria ya no estaba conmigo, no podía dejar de pensar en que Emily estaba en peligro…
-Tenemos que ir a por ella- grite e Isabella me miro significativamente. Ella no quería llevarme ahí, no quería que Francisca me viera, pero eso a mi me daba lo mismo, yo necesitaba que Emily estuviera bien.
-Si, hay que hacerlo- dijo Joseph y luego miro a Isabella. Ella con sus ojos le pidió que por favor yo no fuera, pero si ella creía que me iba a quedar tan tranquila se equivocaba rotundamente.
-Yo voy, Isabella. No me importa que digas- aclare y luego ella asintió.
-Arréglate, tenemos poco tiempo- dijo Joseph e Isabella al mismo tiempo, se miraron y sonrieron. No quise ver más… definitivamente no. Subí a mi cuarto y Cristóbal me siguió.
-¿Dónde vas?- pregunto.
-A Johady- respondí rápidamente mientras metía en mi mochila mi pasaporte falso, mi carné falso, dinero, las llaves de la camioneta que tenia, las llaves de la casa… la foto que me regaló Tobías en navidad.
-¿De ahí eres tú?-
-Si-. Lista, estaba lista. Ahora teníamos que llegar a Emily lo demasiado rápido como para defenderla de la tal Francisca. Pero… un momento. -¿Quieres ir? O quieres quedarte acá porque yo igual podría pasarte las llaves de la casa para que te instalaras aquí mientras que tomas tu control…-
-Para- dijo Cristóbal con voz firme, -Voy contigo-. No se porque, pero eso me subió el animo.
Bajamos y mi hermana estaba con un pequeño bolso listo y Joseph no había vuelto aun.
-Fue a buscar algunas cosas- aclaro mi hermana que estaba completamente aturdida por lo que estábamos pasando.
-Tranquila, Isa. Llegaremos a tiempo- la consolé. Sonrió.
-Listo- dijo Joseph al abrir la puerta.
-Perfecto- musito mi hermana y me quito las llaves de la camioneta y corrió hacia fuera por ella. Joseph la siguió solo para darme intimidad con Cristóbal.
-¿Seguro que quieres ir?- pregunte.
-Párate y vamos- respondió tomándome la mano y llevándome con él hacia afuera.


Sábado, 11 de enero

Querido diario:
            Como explicarte… estoy en a camioneta aun. Isabella quiere llegar hasta Argentina en camioneta para poder tomar su avión privado y volarlo a la velocidad que ella desee. Llegaremos mas rápido, dijo ella.
            Diario, estoy asustada por Emily. Ella se ha ido y no sabemos que pueda hacerle Francisca cuando sepa que yo sigo viva. Extraño demasiado a Emily y creo que me voy a volver loca si no llegamos a tiempo.
            Cristóbal esta sentado a mi lado sin preguntar nada, solo mirando el horizonte, ya esta atardeciendo. Joseph esta en el asiento de copiloto mirando como un tarado a mi hermana. Se que Isabella igual lo mira. Se que no es el momento pero me encantaría que estuvieran juntos y como van… bueno…
            Ay diario! No sabes como extraño a Valeria en mi mente. Ella se ha ido después de que la mande al demonio y no la he encontrado, he buscado en toda mi mente, pero ella no esta, simplemente desapareció. Me da miedo saber que nunca más sabré de sus comentarios estupidos, que nunca más la oiré. La extraño de verdad…
            Bueno diario, quiero pensar un momento. Te escribiré cuando pueda de nuevo.         
                                                           Stephanie Dawnther… ex Valeria Medina.

Mire hacia la ventana y metí mi diario a mi bolso. Ahí estaría seguro y nadie lo leería otra vez, nadie que no fuera yo, nadie. El viaje en la camioneta se me estaba haciendo demasiado largo, aunque la velocidad de Isabella era tres veces lo permitido en la carretera. Estar en la camioneta rápido me dio una especie de deja vú.
-Stephanie…- me hablo Cristóbal. No me había dado cuenta, pero parece que llevaba rato mirándome.
-Dime- respondí sin mirarlo. El sol me tenía cautivada, adoraba el atardecer.
-Ven acá-. Me tomo del brazo y con su increíble fuerza me tiro hacia él, me abrazo y susurro lo más despacio que pudo: -Te amo-. Su voz fue can cargada de dolor que yo sabia que algo mas iba a decir, pero se lo calló. No tenia intenciones en preguntar que era, las palabras que había pronunciado me hacían demasiado feliz como arruinarlas buscando otros significados. Acerque mi boca a la suya y con un suave roce de labios me beso tranquilamente. El sol ya dejo de parecer tan bonito.

Demoramos exactamente una hora y trece minutos, pero creo que fue mucho mas que eso, a mi se me hizo eterno pensar que Emily iba camino al peligro y que nos llevaba horas de ventajas, me estremecía pensar que podíamos llegar tarde.
Cristóbal se mantuvo a mi lado siempre, pero estaba distante. Pensativo, estaba evitando mi mirada y eso hizo que mi pánico aumentara.
Isabella corrió a su avión privado y nos hizo entrar casi volando. El avión partió rápido y casi me da algo al corazón… ¡que ironía!
-Isabella podrías solo relajarte por favor- le pedí a mi hermana, estaba temblando y el avión iba de una dirección a otra. –Joseph, podrías tomar el volante- pedí.
-NO!- grito Isabella. Con Joseph nos miramos y nadie quiso discutirle algo a ella después de su grito. Joseph se fue a sentar a un rincón y cerro los ojos como si estuviera dormido. Cristóbal y yo nos fuimos a sentar a otra parte del avión donde había más ventanas y se podía ver el cielo. No hablamos, no sabia si era por la tensión de Emily o porque entre nosotros ya no había tema, nada que decirnos. Estábamos unidos por un amor que él quería olvidar por su familia y yo debía olvidar por mi cordura. Sabíamos que tendríamos que estar un tiempo juntos y esa idea me emocionaba más a mí que a él. Como lo amaba todavía, de solo mirarlo me sentía feliz, era una lastima que él no sintiera lo mismo. Me dolía la parte donde debía estar mi corazón, ahí se sentía el vacío de los deseos que jamás se cumplirían. Acariciando mis manos me miro y me beso de repente, como respuesta a una idea que él pensaba. Le devolví el beso con todas mis ganas, pero a los segundos él estaba ausente, ya no se entregaba en el beso así que lo termine y triste me fui a sentar cerca de Isabella. Ella me miro y entendió a la perfección lo que me pasaba pero no me dijo nada. Cristóbal no hizo ningún ademán de seguirme de nuevo. Me sentía tan mal… ¿Cómo iba a terminar mi historia de amor?, ¿iba a ser capaz de sobrevivir esta vez?, ¿me dolería tanto como la primera vez que él se fue, que él me abandono? Saber que él estaría con Daniela y su hija en otra parte hacia que mis ojos se cerraran con fuerza por el dolor en el pecho que me oprimía.
-Ya vamos a llegar- dijo Isabella después de las horas que pasaron haciéndose pesar.
-¿Dónde aterrizaras?- pregunto Joseph abriendo los ojos.
-Aterrizaje improvisado- contesto Isabella y le sonrió. Mi hermana empezó a hacer que el avión aterrizara y lo hizo tan rápido que casi pierdo el equilibrio sino hubiera sido por Cristóbal que me sujetó.
-Cuidado- dijo y luego me dio un pequeño beso en el cuello juguetón, pero ya nada me importaba. Él me quería, pero ya no como antes. Ya no era su destino, sino el pasado que lo confunde. Después de que me fui jamás las cosas volverían a ser las mismas entre nosotros. Ahora soy la persona que lo atormenta.
-Jamás quise serlo- le dije haciendo un seguimiento a mis pensamiento. Él no alcanzo a preguntar porque había dicho eso. El avión había aterrizado ya. Isabella empezó a bajar y Joseph la siguió, luego tome mis cosas y también baje, Cristóbal bajo al final.
-¿Qué hacemos?- pregunte. Joseph mostró confusión en el rostro.
-¿Sabes que a lo mejor tendremos que pelear por Emily?- Isabella le pregunto a Cristóbal y temblé. Por instinto me puso en frente del. Isabella entendió que yo jamás dejaría que algo le pasara a manos de Francisca.
-Lo se- dijo Cristóbal seguro y entrelazo sus brazos en mi cintura.
-¿Será mejor que seamos mas?- pregunte solo para confirmar.
-¿Estas pensando en Grace y José Tomas?- pregunto mi hermana. Asentí. –Bueno, pero tendrías que ir a buscarlos ya. Con Joseph iremos a donde Francisca-. Volví a asentir.
-Sígueme- le dije a Cristóbal. Y corrí…

No hay comentarios:

Publicar un comentario