jueves, 17 de marzo de 2011

Capitulo 33: Nadie como tú

Nadie como tú
                   (Stephanie Dawnther)

            Estábamos sentadas en el comedor de la casa de Katherine, ex–casa mía. Habíamos hablado de muchas cosas, pero destacando mi viaje a Chile y ahí fue cuando le conté todo lo que había pasado. A medida de que iba contándole cosas ella se iba traumando más y mas, hasta que al final miro al frente y se preguntaba como eso podía ser real.
-Lo es, Katherine- afirme. Ella rodó los ojos y me miro nuevamente. Termine por contarle lo ocurrido con Isabella últimamente y sus ojos derramaron las lagrimas que yo no podía. Me sentí impotente, la envidie.
-Es terrible-.
-Lo se, Katherine- repetí acongojada, sumida en la tristeza que me tenia no saber como estaba mi hermana, no saber como estaban mis amigos. Mi amiga noto mi pena, me abrazo de repente y sentí apoyo, por fin.
-Te extrañe mucho- me dijo amable.
-Yo también te extrañe- le asegure.
Las horas pasaron y hablamos de cosas más superficiales. La tensión iba disminuyendo. Me había olvidado de todo el caos que tenía que enfrentar, olvidado que tenia que salvar a Isabella, olvidado de que Cristóbal me dejaría algún día… olvidado.
-Steff…- susurro. La tensión volvió a subir, pero no era mala. Tan solo curiosa.
-Dime-
-Tengo algo que decirte-
-¿Qué es?- pregunte y ¡Por Dios! El vaso de bebida que estaba en la mesa del living, lo había visto claramente, prácticamente voló por el aire para estar en las manos de Katherine. Me llegue a asustar, fue tan rápido, tan violento. Mi amiga observaba con mucho cuidado mi reacción, no pude hacer mas que mirarla atónita.
-¿Cómo hiciste eso?- pregunte. Ella sonrió y dejo el vaso en la mesa del comedor.
-Soy una bruja- dijo y me quede quieta. ¿Ella era que?, ¿una que? Sacudí la cabeza de un lado a otro para darme cuenta que miraba a Katherine como si hubiera visto un ovni. Claro, si los vampiros existían, los brujos también, ¿por qué no?
-¡Wuau! Y ¿cuándo supiste?- pregunte ansiosa. Quería saber como había pasado todo esto.
-Pocos días después de que te fuiste-
-Lo siento-. Me sentía culpable, debería haber estado ahí cuando ella supo todo esto. La mire con mis ojos desconsolados, pidiendo perdón.
-Relájate, hubo alguien que me ayudo- dijo y su voz salio demasiado feliz.
-Así que es él quien te pone así- asegure y ella rió. Era tan obvio que estaba feliz, tan obvio que me irradiaba la felicidad a mí también. Asintió avergonzada.
-De hecho, lo conocerás porque vendrá en un par de minutos. Su nombre es Max-. ¿Para que más explicaciones? Yo sabía perfectamente quien era su Max. 
Katherine no dijo mas, se fue a arreglar mientras yo miraba el cable. La temporada de la seria ‘NCIS’ había terminado y estaba otra, pero seguía sin tener mucha ciencia. Al cabo de un rato, Katy estaba lista. Bajo muy vanidosa, me miro y se dio una vuelta.
-Perfecta- resumí. Ella seguía arreglando las cosas para la visita de su Max.
-Ding Dong- imite a un timbre. A los segundos tocaron el timbre real. Katherine me miro con los ojos en blanco.
-Esto de tener amigas vampiros…- burlo. Sonreí. Inmediatamente sentí el olor de Max inundar la casa. Olía bien, como a chocolate o algo así. Se saludo con Katherine para luego entrar al comedor. Y me miro, abrió sus ojos desmesuradamente y odie que lo hiciera, después de todo era el novio de mi amiga Katherine. Pero ella solo rió.
-Stephanie este es Max. Max ella es Stephanie- nos presento. Lo salude con una sonrisa y una toma de mano. Él no me dijo nada y apenas sonrió, es mas, se veía concentrado, como intentando recordar algo.
-Si, nos conocemos- le dije a Max y mi amiga se confundió.
-El avión- afirmo él y luego le explico a Katherine sobre nuestro encuentro anterior. Ella solo rió nuevamente.
-¡Que chico es el mundo!-.

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