lunes, 7 de marzo de 2011

Capitulo 24: Conmigo... por siempre (Stephanie Dawnther)

Conmigo... por siempre
(Stephanie Dawnther)


            ¡Que irónica es la vida! No tan solo porque nunca espere que Daniela pudiera estar con Cristóbal, si no porque ¿un accidente automovilístico? Después de todo, mi peor pesadilla se había vuelto realidad. El sufrimiento volvió como el primer día en que el que pensé que él había muerto, aunque hubiera sido una mentira. Pero ahora, ahora era real... yo misma lo había presenciado. En nuestra carrera loca por Santiago se me había olvidado que alguien me perseguía, que el amor de mi vida me perseguía, jamás fue conciente que un accidente podría suceder en el momento menos esperado. Me pillo tan de sorpresa que casi choco yo contra un poste. Ver por el espejo retrovisor como el auto de Cristóbal se volcaba hacia que mi mente solo pensara en salvarlo y mi propia vida tenía poco valor ahora. Me baje del auto tan rápido que podría haberme puesto en evidencia, pero no me importo, usando la velocidad conveniente corrí hacia el auto recién inclinado. Estábamos cerca de “Las Parcelas” y no había mucha gente que pudiera ayudar... él tipo del auto escapo, lamentablemente para él recordé muy bien su patente. Cualquier cosa, juraba que lo haría pagar. Moví las piezas del auto que me llevarían hasta él con mucho cuidado porque aun no sabía muy bien como estaba.
-Stephanie...- susurro él adolorido. Me sentí tan impotente por no poder sacarlo rápidamente y ponerlo a salvo. “Todo esto es mi culpa” pensaba mientras las piezas del auto salían con dificultad. Valeria estaba pasmada y traumada mirando como Cristóbal y el auto se volvía uno. –Stephanie... ayúdame- me susurro y yo enloquecí. Tenia que sacarlo de inmediato, deje la amabilidad y tome las partes con furia, tirando y rompiendo para poder sacar a Cristóbal.
-Resiste, cariño, por favor resiste- suplique cuando deje de escuchar la respiración de Cristóbal. Grite una y otra vez para que él me respondiera pero no lo hizo. Logre sacar su cuerpo y estaba sangrando...
Tapando la boca y la nariz me pare y me eche para atrás. Yo estaba completamente hambrienta y Cristóbal sangraba a mi lado. Retrocedí un paso mas y me di cuenta que yo lo amaba y podría resistir a todo, era mi vida y él podría vivir tan solo si yo me controlaba. “Yo se que puedes” dijo Valeria y agradecí la confianza que de repente deposito en mi. Me acerque con los músculos aun tensos y me di cuenta de lo primordial... su corazón. Cada vez latía más lento, cada vez se iba separando de mí. Recordé cuando antes quise poder haber hecho algo para evitarlo y ahora... ahora que podía estaba completamente paralizada. Valeria negó con la cabeza “Tú debes hacer algo” me exigió y puede haber sido eso lo que me dio la fuerza para tocarle y hacerlo reaccionar.
-Cristóbal... reacciona- le pedí con mis fuerzas nulas. Él intentaba luchar y lo sabia, pero su cuerpo y sus fuerzas no vivirían... no una fuerza humana. Su corazón... cada sonido era más débil y desacompasado que el anterior. –Cristóbal...- gemí de dolor. Sabia que estaba perdiéndolo pero ¿qué podía hacer? Aquí no había un hospital cerca y no podría llevarlo muy lejos...
Y así Cristóbal moría en mis brazos...


Viernes, 10 de enero.

Querido diario:
            Estoy en mi casa. Isabella y Emily están en la cocina sentadas alrededor de la mesa con una cara de poker impresionante. Estoy asustada por eso.
            Estoy tan confundida. Todo ha sido muy doloroso. Creo que aun estoy aturdida. Cada grito es mas doloroso que el anterior y no se si pueda soportar esto por mas tiempo... sabiendo que estas decisiones son mías... he hecho algo terrible, he condenado a lo que prometí nunca condenar... Convertí a Cristóbal...
Cuando estaba con él, muriéndose en mis brazos, decidí que no podía vivir sin él, que lo necesitaba y egoístamente lo transforme... sin preguntarle lo que él quería y sin importarme su futuro, fui lo bastante estúpida como para arrebatarle su humanidad. Fue un esfuerzo enorme poder transfórmalo porque ese día no era mi mejor día de autocontrol.  Pero no importa nada que pase conmigo...
Después de haberlo mordido y cuando empezó a gritar lo traje casa con toda rapidez en el auto. Al llegar Isabella me esperaba en el sillón y al ver a Cristóbal quedo confusa, pero la reacción de Emily... fue lo mas me sorprendió... si la hubieras visto estremecerse cuando grite que había convertido a Cristóbal. Luego ella salio a toda velocidad, fuera de la casa sin ningún tipo de explicación. Llego hace poco con la cara preocupada y de verdad aun no quiero preguntar... los gritos de Cristóbal me hacen sentir cada minuto peor. Él es mi única preocupación ahora...
No he querido ni pensar cuanto me va a odiar por haberlo transformado en esto. Tiemblo de solo pensarlo.
Oí que Isabella me llama. Vuelvo...
                                                           Tu Stephanie

Guarde mi diario debajo de la cama como siempre y baje rápidamente, Isabella se veía preocupada al máximo y no tenia idea que quería. Tampoco quería saber, mi preocupación era Cristóbal... estaba retorciéndose de dolor en mi cama y no tenia ninguna idea de cómo parar esto o volver el tiempo atrás. Desearía tanto eso...
-Vale... tengo una pregunta- me dijo Isabella.
-Stephanie- le corregí y luego suspire -, ¿qué pasa?-
-Quería saber que planeabas para cuando Cristóbal saliera de este estado- dijo con la voz segura y un poco apremiante. “Ni idea” pensé en contestar, pero mi cabeza peligraba por eso. Pensé un momento que después de todo esto, Cristóbal me odiaría así que seguiría su propio camino, pero no se iría antes de que le explicara todo sobre esto. No tenia claro como decir todo, pero tendría que haber alguna forma. Emily me miro con furia y luego suspiro para intentar calmarse, me había leído el pensamiento. Me enfurecí pero no había nada que hacer, mi escudo seguía siendo débil. “Así que sabes que pienso... bien por ti” pensé para Emily, ella me volvió a mirar y su furia volvía a aparecer. De un momento a otro estaba pegada a la pared y Emily tenia su mano en mi cuello obligándome a mirarla. La fuerza que aplicaba hubiera matado a un humano. Isabella se estremeció para luego intentar protegerme, pero Emily le exigió que se quedara donde estaba.
-Mira, Valeria... yo no estoy aquí por la razones que Isabella y eso lo sabes desde la primera vez que nos vimos en Chile. Es mejor que tomes bien tus elecciones porque nosotras no somos hadas madrinas para arreglar lo que tú haces- dijo en un habla rápida y confusa, llena de ira. Pero al terminar su dialogo, Isabella se enfureció y de un certero golpe tiro a Emily al otro extremo de la habitación, se oyó como el ruido sordo se apoderaba del silencio que había en la habitación. Y me puse en guardia, sabía que Emily no era débil y que podía perfectamente con nosotras dos. Pero todo cambio en un instante, las tres dimos vuelta la cabeza para mirar lejanamente a mi dormitorio, los gritos habían cesado y Cristóbal parecía despertar a de nueva vida. “Genial” pensé con sarcasmo y Emily me miro furiosa, Isabella se gano delante de mí con intento absurdo de protegerme, recordé a Joseph. Su manera era igual.
-Creo que todo ha acabado- dijo Isabella, no comprendí si lo dijo por la pelea sin motivo con Emily o por la conversión de Cristóbal. Subimos en un segundo la escalera y ahí estaba Cristóbal... hermoso, llegando los rayos del sol a su piel como a nosotras, mirándose al espejo atónito y sin palabras. Camine dos pasos lentamente acercándome a él y Emily suspiro notablemente y luego bajo, exasperada. Sentí la puerta que crujió, ¿Cuál era su problema? Las cosas se hacen mas fáciles si ella no estuviera así.
-¿Soy un vampiro?- se las arreglo Cristóbal para preguntar. Mire a Isabella que estaba con la cabeza apoyada levemente a su hombro buscando algo...
Cristóbal carraspeo para tomar mi atención de nuevo. Sentí como mi estomago se revolvía de repente intentando dar una respuesta no muy contundente, las cosas debían ir con calma.
-¿Por qué sacas esa conclusión?- respondió Isabella antes que yo, pero Cristóbal solamente la miro extrañado y luego me miro a mi.
-¿Soy un vampiro? Te hice una pregunta, Stephanie- me dijo un poco mas calmado, como si esta situación la estuviera llevando bien. Isabella miro hacia arriba en un ademán de demostrarle que ella sabia tanto como yo. Pero aun así, deje que la responsabilidad fuera totalmente mía.
-Isabella, por favor- le pedí para que saliera de la pieza y poder hablar tranquilamente a solas con él. Ella abrió los ojos sorprendida por mi extraña petición y luego se encogió de hombros y se fue. Ahí Cristóbal estaba parado con los sentidos alerta.
-No te haré daño- dije sentándome en la cama -, tan solo espero lo mismo de tu parte- agregue. Él se encogió de hombros y recordé el gesto de Isabella.
-Me hace falta una respuesta- dijo con voz seria, pero se notaba algo extraño detrás de ella.
Intente controlar mi expresión, pero no pude, el estomago se volvió a revolver y luego contraer por todas las explicaciones que tendría que dar ahora. “Trata de ser razonable, para mi no fue fácil descubrir que mi cuerpo era una especie de chupasangre” Valeria dijo en mi mente y la odie, si la odie por todas sus frases estúpidas que de repente decía.
-Si, lo eres- dije sintiendo el odio por Valeria en mi boca. Él suspiro preocupado y luego se apoyo contra la pared.
-Tengo que ir a ver a Daniela- explico en un suspiro de contrariedad. Me estremecí al escuchar esa frase, pero era cierto, tenia que hacerlo, pero ¿ahora?
-No creo que sea posible- le reconocí con cierto miedo de su respuesta.
-¿Por qué?- pregunto aun sin inmutarse, llegue a pensar que había entrado en el aturdimiento, pero eso era demasiado extraño para ser verdad. Sentí la ilusión brotar dentro de mi, pero la sofoque. Mi última ilusión había acabado en esto.
-Porque corres el peligro de perder el control, y hacer algo ‘no debido’- explique con cierto macabro. Cristóbal me miro con cierto desapruebo y luego cerro los ojos y echo su cabeza hacia tras, apoyándose totalmente. Lo vi y me impresioné, seguía siendo tan hermoso como cuando era humano y sus facciones de serio le hacían verse de una manera extraña que hizo que mi cuerpo se sintiera acalorado de repente. “No” pensó Valeria con cierto escalofrío. Intente calmarme.
-Supongo que eres mas experta en ese tema- concordó él. Lo mire fijamente y se veía el pesar en sus ojos, él odiaba dejar a Daniela y a Carla y sin querer eso me hacia sentir miserable. Necesite la fuerza para no irme de la habitación y culparme una vez mas por lo que había hecho. Cristóbal me miro preocupado y luego su vista se fijo en algo lejano que no pude ver. -¿Por qué me convertiste?- pregunto y quede sumergida en el aturdimiento. ¿Qué le diría? La verdad no porque era hacerlo sufrir innecesariamente, su vida estaba hecha y esto no tenia porque destruirla por completo. Él podía seguir teniendo su relación con Daniela y Carla, a pesar de que él fuera un vampiro... podría funcionar entre ellos. Que no haya funcionado justo con nosotros no era un motivo para que... todo terminara mal.
Volví a pensar en la pregunta de Cristóbal y aunque busque alguna respuesta concordante y buena, no la encontré porque no la había. Lo había transformado porque no soportaba verlo morir y deseaba estar con él, sin pensar en las consecuencias. Pensé en ser sincera, pero casi sin quererlo dije:
-No lo se-. El sonido salio cortante y lejano, como si el tema fuera de lo más superficial. Cristóbal suspiro intranquilo y luego salio de la pieza. Quede tan desconcertada, tan absorta en su hecho que no lo seguí. Sentada en mi cama busque mi diario y no lo encontré donde debía, eso era extraño. Estaba segura que debajo de mi cama tenia que estar. Lo busque y lo encontré abierto en la primera pagina, 24 de diciembre... ahí contaba como lo había pasado los cuatro años que pensé que Cristóbal estaba muerto. Temí que él lo pudiera haber leído, no quería que se sintiera culpable por mi propia estupidez. Baje rápidamente con el diario en la mano y no estaba, su olor inconfundible no se encontraba en ninguna parte, pero para mi lamento Isabella tampoco se encontraba. Deje el diario encima del sillón y corrí hacia el bosque que estaba cerca. Intente ubicarlos por el aroma pero no se sentía por alguna parte, por lo menos juntos no. Se notaba que Isabella tomaba un camino distinto al que Cristóbal tomaba. Esto me preocupo aun mas, después de todo él era nuevo en esto, era un neófito y también estaba indefenso. Corrí por el bosque sin encontrar nada más que su fragancia. Isabella había desaparecido por completo y Emily... para que decir. Me sostuve en un árbol porque ya no podía correr, de repente me entumecí y quede quieta en el lugar, con suerte podía seguir mirando. Busque en mi lugar si encontraba algo nuevo, pero nada, todo seguía silenciosamente traumante.
-¿Steff?- pregunto esa voz tan protectora y tan tranquilizante a la vez. -¿Stephanie?, ¿Eres tú?- volvió a preguntar y lo mire para responder.
-Si- dije en un susurro, pero obviamente él me oyó.
-¡Que sorpresa!- exclamo contento.
-¿Qué quieres, Joseph?- conteste con un grito. No estaba de buen humor. Él dio un paso atrás y estudio mi rostro.
-¿Qué pasa?- pregunto. Lo mire con furia y él se puso a la defensiva, conocía muy bien esa posición, era la misma que había usado contra Felipe. Intente no dejarme llevar por una rabia interna que me poseía sin razón, pero fue difícil. –No te dañare- explico y sonreí. ¿Cómo si mi persona importara? Lo único que verdaderamente importaba era que Cristóbal estaba en alguna parte, solo e indefenso... me derrumbe, no podía haberle condenado a esto, esto... era lo peor que podría haber hecho. Me sentia tan miserable y la mirada de consuelo de Joseph lo hacia todo aun peor, estuve agradecida que Isabella o Emily no me vieran así... estuve contenta de que Cristóbal jamás se enteraria de cuanto dolor me causa saber que él tenia su vida aparte y egoístamente fui y se la quite. ¿Por qué aparecí? Por un segundo tuve delante de mis ojos el futuro del sin no hubiera parecido hace algunos días... probablemente estaría casado y feliz, si él seria feliz... Daniela podría hacerlo feliz, era una buena persona. Estaría contento con su hija Carla, pero aun así eso no me importo... tuve que condenarlo a mi vida, a estar atados por siempre aunque fuera solamente por ser de la misma especie...
-Joseph... por favor... vete- le pedí, pero él se acercaba mas a mi con intenciones de consolarme. ¿Cuál era su idea?
-Se que has sufrido mucho y aunque no se que paso ahora con exactitud, lo superaras... yo se que lo harás, siempre has podido superar… todo-. Su voz fue tan extraña que me hizo sentir como si me conociera de siempre.
-Si supieras… no me tendrias tanta confianza…- susurre y con terror vi como Emily se acercaba a Joseph y a mi.

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