lunes, 25 de abril de 2011

Capitulo 55: Siempre con Nosotros.

Siempre con Nosotros.


         ¿Era necesario? Tan solo era esa mi pregunta. Cuando entre, algo mas calmada porque Carla ya sabia toda la verdad… o parte de ella, casi me voy directo al hospital para que me internen. La casa estaba decorada con muchos globos de todos colores, serpentinas por aquí y por allá. Era casi un mareo ver tanta cosa dentro de la casa. ¿De donde sacó Grace todas estas cosas? Porque, obviamente, esto era gracias a Grace. Sonaba la música de fondo, ¿”Go all the way”?, ¿En serio esa era la canción que sonaba insistentemente?, por lo menos la música era buena. Carla se veía contenta viendo la casa, casi tuvimos que contenerla para que no fuera a ver su habitación de inmediato. Luego de un rato ya se calmo mas, Anita estaba viéndola con los ojos abiertos y tiraba sus brazos para que Carla la cargara. Grace se la pasó con cierto miedo y Tobías se gano cerca por cualquier cosa. Pero ya mi mente no estaba ahí, estaba en Joseph y en la que fue la casa de Cristóbal. Intente no prestar atención a eso, pero ni Carla me hacia salir de la imágenes de mi mente… Pelear al lado de mi hermana y ganarle a la chica que nos hizo la vida casi imposible, luego ver como Tobías perdía contra Arturo… el pánico que hubo en mí al pensar que podía perderlo, el fuego consumiendo los restos… Cristóbal luchando hasta su última fuerza contra Nicolás, pero no podía hacer mucho… el grito que produjo cuando él… lo mató… ver como tiraba sus restos al fuego, riendo de nuestra derrota, la furia que me embargo y como lo destruí… el fuego calentando mi pena. ¡Como dolía recordar! Que ganas de ser Carla…
-¿Estas bien?- me pregunto mi hermana. –Parece que hubieras quedado pasmada- me dijo. La mire con los ojos algo vidriosos, estaba a punto de gritar en agonía, entrar en pánico. Suspire y saque las cosas de mi mente.
-Estoy bien- le conteste y me fui. Solía mentir bien cuando de decir que me encontraba bien se trataba. Podía, con cierta facilidad, decir que todo estaba bien cuando no era cierto. Salí por la puerta de la cocina, esta daba al río. Me senté entre las piedras y mire a los árboles que decoraban nuestro paisaje, siempre nuestras casas solían tener un paisaje similar. Deje que mis manos tocaran el agua clara del río y solo sentí la textura tan particular. Como dolía, cerré los ojos y bote el aire. “Mi Cristóbal” pensé.
-¿Por qué me mentiste?- me preguntó Isabella.
-¿Qué quieres?- le conteste parándome y secando mis manos en mis pantalones.
-Saber que te pasa-
-Isabella… ¿Qué crees que me pasa?-
-Lo siento, sabes que si. Pero tenemos que tener la entereza de Grace y Tobías, tienes que seguir su ejemplo-. Ella se movió nerviosa cuando bufe.
-Perdí a mucha gente, muchos murieron por mi culpa. Pero ni siquiera logre mi objetivo porque Cristóbal murió, él ha muerto y no hice nada para remediarlo. No pude hacer nada… nada-. Contradecía furiosa conmigo, era después de todo mi culpa.
-También me siento culpable por la muerte de Cristóbal- me dijo Isabella.
-Eso no se compara, hermana- le conteste. Camine hacia el río, entrando en él para sentir mas el agua, el cielo tenia un extraño color grisáceo, pero de repente se azulaba, llovería. El viento me golpeo la cara, moviéndome el cabello. Isabella suspiro y se sentó en una roca.
-Créeme que se lo que sientes. Perder a quien amas es… terrible- me dijo Isabella. No le respondí, seguí mirando el agua a mis pies. –Recuerdo a Vicente cada día de mi vida- agrego. Cerré los ojos adolorida. –Cuando Francisca lo mató por venganza a nosotras fue lo que mas me había chocado… claro, después de haberte perdido-. Isabella seguía hablando, pero yo seguía sin prestar atención porque, si bien ella no tenía ninguna culpa y no debería descarga mi dolor con ella, no quería compañía, debía estar sola, superar lo que me dañaba. –Stephanie…- me llamo. Pero no conteste. Isabella me miro y se paro para irse. Seguí su camino con la mirada, odiándome por esto. Antes de que ella desapareciera me susurro: -Deberías ver que hizo Joseph con la casa-.

El volvo de Beth ronroneaba calidamente mientras lo conducía hacia la casa de Cristóbal. No sabia si me dolería tanto como ya me dolía, pero tenia que saberlo, además Isabella despertó mi interés y curiosidad. Sabia que ella corría detrás del Volvo escondida entre las sombras. Estaba lloviendo levemente, un tanto calmado, pero era la calma antes de la tormenta. Moví mis hombros al pensar que me estaría esperando. Mi celular sonó.
-¿Alo?- conteste algo furiosa. Estaba en mis cavilaciones y casi me da un paro cuando el celular sonó.
-¿Stephanie?, ¿Vienes para acá?- me pregunto Joseph al otro lado de la línea.
-Voy en camino, Joe-. Oí el suspiro que supuse seria de Pablo.
-Eso esta muy bien- me congratuló, pero lo que menos necesitaba ahora eran sus felicitaciones. Quise contestarle mis pensamientos, pero no era adecuado que me descargara con Joseph, él tampoco tenia culpa. Mierda, ¿Quién la tenia? Fácil respuesta; yo misma.
-Nos vemos-. Le corte algo mas calmada. Había oído a Loreto decir que eso me haría bien, ¿pero que eso?, ¿Qué hicieron en la casa de Cristóbal? Conduje algo más rápido y sentí el golpe en el capo del auto, con dos movimientos, mi hermana estaba dentro del auto.
-Isabella…- reclame. Ella ni siquiera me miro, solo miraba la carretera hacia la casa de Cristóbal. Me dolió en cuello y el corazón al pensar de nuevo en él.
-Llegamos- dijo Isabella saliendo del Volvo y caminando hacia la casa. Para ella estaba todo normal, ella ya había visto todo esto, pero para mi era nuevo. “Esto no estaba así cuando… lo vi por ultima vez” pensé. Quede quieta en el lugar…
-¿Qué mierda?- pregunté. La casa blanca ya ni siquiera tenia rastros de que una batalla campal se haya presentado ahí, estaba completamente blanca de nuevo. Recordé como bese a Cristóbal por última vez… Seguí mis pasos, camine por inercia. Adentro no había ni un alma, se sentían los sonidos en el patio trasero. Pero yo estaba pegada dentro del living, no lo había visto nunca y aun así sabia que esto no era lo mas bonito cuando estábamos en medio de la lucha. Todo ordenado, nada fuera de lugar… Estaba temblando cuando caminaba hacia fuera, ya sabía que esperar… mire a mí alrededor al llegar al final, en la esquina derecha… Llore desconsolada…
-Lo siento, sentimos que esto era lo mejor. Algún recuerdo tenia que haber en esto…- me dijo Joseph. Él estaba frente a la lápida de Cristóbal mientras que Isabella, con los ojos cerrados tal vez recordando, estaba frente a la lápida de Daniela. Me sentí más que herida, en todo este tiempo jamás se me ocurrió recordarlos así. En la tumba de Cristóbal había una foto del hace algunos años, estaba igual que el día que me invito a almorzar. En cambio Daniela tenía una foto de pequeña, estaba adorable con su vestido verde claro y sus mejillas sonrojadas.  Atrás estaba la lapida de Exequel y Miguel, el doctor. Ambos tenían una foto también. Observe que había en la esquina izquierda y Loreto con Pablo miraban los recuerdos de Fernanda y Helen… Lleno de flores, fotos y más estaba la lápida de José Tomas. Bote un sollozo. Joseph me abrazo. –Sabíamos que algo debíamos hacer con todo este desastre, no se nos ocurrió nada mejor- se excuso.
-Gracias, Joseph- le conteste, mirándolo directo a los ojos. Él asintió y volvió a abrazarme mientras mirábamos el recuerdo de José Tomas. Me dolía tanto aun. Estaba una copia de la foto que yo tenia en mi velador, él sonreía mientras nos abrazaba con ademán protector. También había una foto donde él estaba con Grace y Tobías, sonreían mientras el sol los iluminaba, creo que yo aun no llegaba a ellos en ese tiempo. Recordé como se veía cuando su cara mostraba la mas pura alegría e inocencia, como él era capaz de sostenernos cuando habíamos caído a lo mas bajo, como él era capaz de alegrarnos con el mas simple gesto, tan solo con su presencia.
-“Siempre con nosotros”. No se me ocurrió nada mejor- me dijo Joseph. Claro, escrito con flores estaba esa frase. “Siempre con nosotros” pensé. Todos, todos ellos, siempre estarían con nosotros.
Sentí que alguien se nos unía a nuestra reunión. Grace entraba algo sorprendida, Tobías la seguía algo mas firme, pero cuando vieron la tumba de José Tomas apretaron la mandíbula para no sollozar. Ella se acerco lento y Tobías no se quería mover. Grace se sentó al lado de las fotos y miro cada uno recordando cada momento pasado con su amigo de siempre. Tobías por fin se movió, se sentó al lado de Grace y le tomo la mano. Ambos sonrieron al ver la foto donde brillaban.
-No saben… cuantos recuerdos nos trae esta foto- nos dijo Grace. Pablo asintió y Loreto se escondió en su abrazo. Mire a mi hermana, ella seguía con la vista fija en la tumba de Daniela… pero la vi… La vi claramente como le hablaba llena de dolor a la tumba de Cristóbal.
-Lo siento- pronuncio Isabella.

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