martes, 10 de mayo de 2011

Capitulo 56: Cuentos de Hadas.

Cuentos de Hadas



         -Tenemos que irnos- dijo Joseph mirando a Isabella. Ella asintió y tomo mi hombro para que pudiera verla.
-Estaremos en casa- me dijo. Solo moví la cabeza afirmativamente. Sonreímos a duras penas y Grace siguió a mi hermana, luego Pablo miro a Lorena para que ambos también se fueran. Lorena sin hacer ningún gesto camino hacia el auto en que yo había venido. Quedamos solo Tobías y yo. Él miraba a los lados nervioso, no sabia que hacer, parece que quería darme mi espacio, pero a la vez el instinto de protegerme lo hacia quedarse aquí a mi lado.
-Creo… que debo irme- dijo de repente y empezó a caminar hacia la camioneta que quedaba estacionada fuera de la casa. Supongo que ahí se habían venido los demás.
-No, no deberías- le conteste. Él me miro confundido y luego me abrazo fuerte, quedando frente a la tumba de Cristóbal. Sentí como mi pecho se oprimía al ver la foto de una de las razones de mi vida. Sentí que ya nada tenia sentido y recordé como había sido la impotencia de no poder hacer nada, recordé de cada momento lindo, cada agrio. Mis manos empezaron a temblar y mis ojos se cerraron sin consentimiento. Tobías me dejo sola, entro a la casa, levemente frustrado y cerró la puerta trasera con un portazo. Sabia que lo había herido una y mil veces con mis acciones, que las cosas habrían sido muy distintas si jamás nos hubiéramos venido a Chile, pero creo en el fondo de mi ser que era necesario conocer a Cristóbal… el me enseño como pararme después de la mas fuerte y dolorosa caída. Me agache para tomar la foto; se veía tan lindo. Desvié la vista hacia dentro de la casa para tener la fuerza y dejar el retrato ahí, en su tumba. Tendría tiempo de venir a verlo cuando quisiera. Suspire y me decidí, tenia que entrar a la casa y dejar de pensar en el pasado y el futuro que no se realizara. Me dolía lo más profundo del alma entrando a la casa y casi dejando la mitad de mi ahí… dejando a Stephanie ahí y Valeria entrando sin mas. Valeria no tenía sentimientos por él, pero Stephanie… “Ven conmigo” pensó Valeria y sentí como dos partes se unían de nuevo, haciendo que el dolor y la indiferencia se hiciera mínima. Seguí recorriendo la casa y escuche que Tobías estaba en la habitación del segundo piso. Subí y la puerta de la habitación de invitados estaba abierta.
-¿Tobías?- llame. Él no contesto, pero yo sabía que él se encontraba ahí.
-Siéntate conmigo- pidió dando palmaditas en la cama. Le hice caso y quede sentado mirándolo de frente. –Se que a lo mejor no es el momento ni el lugar, pero si no lo hago ahora… no lo haré nunca- me explico y quedamos mirándonos frente a frente. -¿Te gustan los cuentos de hadas?- me pregunto. Asentí con la mirada fría, sin emociones. –Te advierto que no se que final tiene… y no lo sabré dentro de mucho-. Volví a asentir.
-Explícate, Tobías-
-Hace mucho tiempo, como en los años 1870 y 1890 habían unos villanos muy malos; Gabriela, JT y Tomy. Ellos eran muy extraños porque nunca morían por ser malos, pero tenían una condición… debían beber sangre… algo así como los vampiros- susurro la ultima parte. No hay que ser muy inteligente para saber de quien hablaba; mi primera familia vampira. Cerré los ojos y pedí que continuara. –Ellos venían con amigos; Ema, Francesca, Arturt y…- paró para pensar en algo, pero yo ya estaba en otra cosa; Emily, Francisca, Arturo y ¿Quién mas? Tobías suspiro frustrado. –Vicente- termino. Bien, al parecer había buscado un nombre para él, pero se rindió. Despeje mi mente y empecé a imaginarme cada cosa que Tobías me contaba: -Todos esos eran villanos y venían buscando una nueva vida para poder ser buenos, llegaron a Chile en invierno a una especie de escuela que habían en esa época. Todos ellos entraron causando mucha expectación porque al ser villanos eran algo “llamativos” para atraer a las presas… Pero jamás se imaginaron que se encontrarían con personas que cambiarían sus vidas. El primer día que fueron quisieron pasar desapercibidos, pero eso no pasó. Todos estaban casi encima de ellos para conocerlos y saber de donde venían. Pero había dos jovencitas que no se acercaron aunque nos miraron como todos, ellas andaban juntas aunque eran completamente diferentes; la de más edad tendría unos diecisiete años, su cabello castaño oscuro y sus ojos de un color café brillante, era alta, con la piel pálida y muy hermosa. En cambio la mas pequeña, en todo sentido, tendría unos quince años a lo sumo, era de baja estatura con el cabello de color castaño que se aclaraba mientras llegaba a las puntas, sus ojos tenían el color verde azulado y sonreía mucho, su piel también era pálida y a veces la veían sonrojarse. ¿Sus nombres? Isabella Ignacia y Valeria Stephanie-. Abrí los ojos de golpe cuando pronuncio el nombre de mi hermana y seguido del mío, me tense y con un gesto pedí que continuara. –Jamás pensamos que ellas serian las hermanas Medina Zambrano… de hecho, jamás pensamos que podían ser hermanas, eran completamente opuestas, pero si se les miraba fijamente se veía la misma belleza y la misma piel traslucida-. Tobías suspiro y tomo mi mentón para obligarme a mirarlo fijo. -¿quieres que siga?- pregunto.
-Quiero que sigas, lo que no significa que me guste lo escuche- le confesé. Tobías asintió.
-Insisto, no se que final tiene- repitió. Moví la mirada hacia la ventana y trate de acompasar mi respiración que se había hecho frenética desde que escuche mi nombre en el cuento. –Pasaron algunos días antes de que Ema se acercara a ella muy curiosa, ellas tres formaron una amistad bastante fuerte en pocas horas, parecía que fuera cosa del destino que se unieran. Por lo que supieron los villanos, las hermanas tenían una muy buena situación y eran casi de la realeza, también se sabia que cada una estaba prometida a unos tipos de la nobleza. Vicente y Tomy se pusieron muy tristes cuando supieron eso porque ellos estaban sintiendo algo más que empatia por las chicas, aunque no hayan hablado ni una sola vez. Así pasaron algunos días hasta que Tomy y Vicente se decidieron a hablarle a las muchachas y eso sirvió tan solo para comprobar que las amaban; Vicente amaba a Isabella y Tomy a… Valeria- termino bajando la mirada. No quise romper la magia del cuento que me contaba y adaptarlo a la realidad porque lamentablemente en ese minuto pensaba de verdad en ese cuento como algo aparte, algo que no me sucedería nunca a mí.
-Continua-. Tobías subió la mirada y se aclaro la voz.
-Un día de Junio, Francesca salio con Tomy y ella le contó a él que estaba perdidamente enamorada del. Tomy estaba muy triste porque no podía darle amor a esa chica y tiernamente le contó que él ya estaba enamorado. Francesca intento no demostrar cuanto le dolía y pregunto quien era, pero Tomy no quiso contarle por temor a que esa villana le hiciera algo a su amada. Aun así, Francesca no se quedo tranquila, pero por ese momento lo dejo pasar y a los días nos contó que tenía una relación con Arturt. Todos los villanos quedaron casi en shock cuando supieron, sin embargo, no dijeron nada porque no era su tema. Pasaron más semanas y era ya Julio cuando Vicente e Isabella se escaparon junto con Ema que ayudo a su relación. Isabella quería mucho a Vicente y no le importaba que estuviera prometida a otro que ni siquiera conocía, así que se convirtió en villana para estar con él por siempre-. Solté mis manos y puse una encima de la mano de Tobías, él me acaricio la mejilla y me miro significativamente. A él le estaba costando mucho hablar sobre esto, pero lo hacia porque me lo debía, después de todo era mi vida en un cuento no muy trabajado que digamos, él había hecho todo esto muy improvisado.
-Tobías… yo quiero que sigas, por favor- le pedí. Sin más, él siguió.
-Así quedaron tan solo Francesca, Arturt, Gabriela, JT y Tomy. Valeria seguía yendo al colegio después de la partida de su hermana, pero se notaba mas demacrada, no tomaba atención y unos días después dejo de ir. Tomy se preocupo mucho y empezó a ir a su casa por las noches para ver si ella estaba bien. Lo que encontró era terrible; Valeria había enfermado y estaba con reposo absoluto en su cama, se veía tan mal. Era tan triste no poder hacer nada, fue un infierno para mi y…- él susurro la ultima parte dejando de lado la historia, pero cuando se dio cuenta cambio de inmediato su adolorido tono de voz y mostró entereza. –Fue triste para Tomy, pero por el bien de ella y el de él decidió dejar de ir a verla y seguir con su camino. Tomy sabía que si ella se convertía en villana su enfermedad acabaría, pero él también sabia que no podía ser tan egoísta de sacarla de su vida de un día para el otro. Los días pasaron hasta que los villanos supieron que Valeria estaba cada día peor y que pronto moriría. Tomy se quedo atónito cuando lo supo y Francesca se dio cuenta de su reacción, ella descubrió que Tomy estaba enamorado de Valeria. Tomy sopeso cada vez mas la idea de convertirla en villana, pero Gabriela y JT siempre lo impedían porque ellos no dejarían que robara su vida. Pero algo paso entonces que hizo cambiar todos los planes; luego de un rato buscando a Francesca y Arturt captaron un aroma en dirección a la casa de Valeria y ahí se dieron cuenta que ellos… habían ido a matarla-. Me estremecí cuando Tobías empezó a hablar de eso, no podía creer que así habían sucedido las cosas. Recordé como decía en mi biografía que había enfermado gravemente y que, cuando morí, nadie supo quien fue mi asesino pero tampoco se encontró mi cuerpo, solo mi sangre. –Tomy, Gabriela y JT fueron corriendo hacia la casa de Valeria y lo que encontraron fue macabro; cuerpos destrozados y toda la familia de ella completamente muerta sin gota de sangre… Lo siento, Stephanie- dijo Tobías, pero apreté su mano para que siguiera contándome, sin importar cuanto doliera, sonreí cuando reviví la muerte de Francisca en mis manos. –Tomy corrió dentro de la casa buscando a Valeria, pero ella ya estaba afuera corriendo a la camioneta. Él la vio subirse y quedarse quieta en el asiento del piloto, ella vacilo y luego se bajo, comenzó a caminar hacia la casa, en ese momento JT intentaba mantener a Francesca y Arturt lejos de Valeria. Tomy corrió hacia ella y le dijo que se volviera a la camioneta, ella lo reconoció y quiso empezar a preguntar, pero Gabriela no la dejo. Valeria se subió nuevamente y Francesca, adivinando su final, arranco con Arturt. Valeria empezó a manejar hacia la carretera y desde luego… ocurrió lo que Francesca presumía… Valeria choco y su camioneta quedo envuelta en llamas-. Tobías empezó a hablar más rápido y desesperado, su voz estaba temblorosa y mando a la mierda la historia: -Yo… yo no pude soportarlo. Verte ahí fue terrible y no quería que murieras así que… te transforme. Gabriela y JT llegaron tarde para impedirlo. Verte retorcerte entre llamas fue… una impotencia… tan grande que… me dejaba sin aliento. Odie a Francisca con todo mi ser y quise poder matarla, pero tú estabas ahí, muriendo… debía hacer algo. Yo lo siento- termino bajando la mirada. No pude consolarlo, con suerte estaba consolándome a mi misma y queriendo razonar cada cosa que él me había dicho esa tarde, tratando de no gritar de impotencia porque la estupida de Francisca me quito mi futuro, mi vida, mis familiares… ella me quito todo. Moví la cabeza de un lado a otro… pensé en la recompensa de todo eso; Grace, José Tomas, Tobías… pude reencontrarme con mi hermana y Emily… pude conocer a Cristóbal…
-Yo también te amaba cuando era humana- dije asegurando mas que preguntando.
-No lo se, nunca lo supe- me confeso. –Tan solo sabia que eras perfecta para mi y que podríamos hacer una vida juntos. Te llevamos a nuestro ex-hogar, cerca de Alaska y cuando despertaste de la conversión… no recordabas nada y ni siquiera sabias tu nombre. Te pusimos Stephanie Dawnther… y te hicimos una nueva vida, tú jamás preguntaste por el pasado y creímos que jamás lo harías. Yo quería contarte que te amaba a penas despertaste, pero Grace me advirtió que seria una falta de respeto porque no te dejaría mas opción que estar conmigo, así que me hizo prometer que no te diría nada hasta que tú fueras mas conocedora de la vida y estuvieras mas lucida, por supuesto. Deje pasar el momento de confesarme ante ti porque cada día te encontraba más niña y quería verte feliz. Hasta que… ese día en la colina…- dejo la frase en el aire para que yo sacara mis propias conclusiones.
-¿Sabes?- le dije mientras pensaba en todo, -cuando yo desperté sabia que tú eras para mi, pero luche contra eso porque te conocía recién y pensé que tan solo estaba confundida. Sentía mucho amor por ti…-. Yo también deje la frase en el aire. Tobías intento que no lo molestase que no siguiera hablando y que no hablara en presente sino en pasado.
-Yo aun… te amo- me dijo recostándose en la cama. Sopese las opciones de respuesta y decidí que seria mejor soltar todo de una vez.
-Te amo, pero aun sigo enamorada de Cristóbal- le conteste, el nombre de mi ex me hizo daño en la garganta y en el corazón. Tobías suspiro y cerró los ojos. Me recosté a su lado y bese suavemente su cuello, lo oí gemir despacio.
-¿Estas feliz con tu vida?- me preguntó.
-Si…- dude. Tobías me miro fijo.
-¿Te arrepientes de haber cambiado ahora que sabes la verdad?-
-No- dije con firmeza. Tobías beso mi boca con lentitud.
-Entonces estas bien, solo quiero que tú estés bien- termino de decir. Siguió su beso con intensidad y recorrió mi espalda con avidez. Me coloco arriba del en un movimiento seguro y sin vacilaciones. Me deje llevar por la sensaciones de mi cuerpo y sentí que cada vez en lugar estaba mas candente. Tobías recorrió mis labios con su lengua y dejo escapar un suspiro de placer.
-Te amo- le susurre.
-Por siempre, cariño-. Sus manos tomaron mi cintura por debajo de la ropa y me apretó a él. Recorrí su pecho con las manos deleitándome de lo bien formado que era y de que él era mío. Raje su polera con fuerza y quedo hecha pequeños pedazos de tela, él no podía dar crédito a lo que yo había hecho. -¿Estas segura?- me pregunto y eso me hizo reaccionar.
-No, no lo estoy- le conteste, me voltee quedando encima de la cama lejos de Tobías y me acurruque en mi misma. Él se acerco y murmuro en mi oído.
-No te preocupes, estoy aquí- me aseguro.
-Eso espero, no puedo sin ti- le confesé y me di vuelta para esconderme en su regazo. Él me abrazo protector.
-Estoy contigo, este cuento de hadas aun no tiene final- me aseguro.

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