martes, 10 de mayo de 2011

Capitulo 58: Sobreviviente.

Sobreviviente


         -¿Cómo?- pregunté mirando al frente. Mi mente aun reaccionaba solo por instinto, quería correr, pero Kathy estaba aquí y ella no tenia culpa de las cosas que habían sucedido hace... algunas semanas. No debería llorar, pensando y haciendo balances de la vida. No debería llorar porque todo me ha ido mal, debería sonreír porque aun nada ha acabado y me he dado cuenta que las cosas han sucedido para bien. Aunque no vea aun los resultados…
-¿Qué pasa?- pregunto mi amiga.
-Por Dios, es ella-. Seguí mirando al frente, ella me miraba fijamente. Mis pesadillas todavía no terminaban, ya no era la princesa que debía ser. Ahora todo estaba acabado, en frente de todo el mundo. Su cabello largo rubio, algo ondulado, su figura alta, esbelta, una pequeña Barbie. Puso su mano en su cintura y me miro sonriendo. Katherine se empezó a alterar.
-¿Stephanie?- pregunto. Yo no tomaba e cuenta, la mirada de la asesina estaba asfixiándome, tenía que hacer algo, pero mis impulsos nerviosos habían quedado congelados.
-Okey, párate y súbete a tu auto-. Tome a Katherine del brazo y prácticamente la tire al auto mientras dejaba dinero para la cuenta. Cuando Kathy choco contra la puerta, la mire por si se había hecho algún daño, lo menos que necesitaba ahora es que empezara a sangrar. “Oh, genial Valeria. Deberás empezar a ir a un psicólogo” pensé. -¿Kathy?- pregunté. Ella estaba bien y me miraba con los ojos muy abiertos.
-¿Qué pasa?-. No hice nada más que subirnos al auto de inmediato cuando vi a Samantha caminar hacia nosotras con el paso rápido y elegante que la caracterizaba. Con Kathy en el asiento del copiloto y yo conduciendo como una loca, Samantha no tenia mucho que hacer… a menos que corriera, pero ella no haría eso para descubrirse… ¿cierto? No pude evitar mirar hacia atrás para ver si nos seguía… No, no había nada. Pero mi instinto me estaba diciendo que no estaba segura y cada segundo que pasaba mi vida estaba en riesgo y la de Kathy igual.
-Mierda… Max, contesta- decía Katherine con las manos en las sienes, ¿se estaba comunicando brujamente?... ¿Seria ‘brujamente’ una palabra? –Deja de pensar estupideces- me dijo Kathy.
-Genial, otra vez que no tengo privacidad- bufe.
-La tienes… o la tendrías, si te protegieras- me dijo con los ojos cerrados y frotándose las sienes.
-Calla- le pedí. Ella seguía murmurando cosas sin sentido para mi, pero no estaba pendiente de eso si no de arrancar del peligro. Mire por el espejo retrovisor… ¡Oh, por Dios! ¿Esto podía ser peor? Samantha estaba en un auto siguiéndonos la pista a donde quiera que fuéramos… ¿A dónde ir? No podía poner en peligro tan injustamente a Carla, no después de todo lo que peleamos por ella y además Anita era tan especial que definitivamente era un peligro que Samantha la conociera… la querría como un trofeo. Y Elizabeth… no tenia culpa. Pero, mierda, necesitaba ayuda con urgencia. -¿Te comunicas mental?- le pregunté a Kathy. Ella asintió con su misma posición. –Por favor que esto funcione- pedí al cielo. Tome el brazo de mi amiga y ella empezó a tiritar, en cambio yo estaba en máxima alerta intentando de que el poder de la fotocopiadora funcionara esta vez… ¿Funcionaria solo con vampiros de mi tipo o con cualquier fuente de poder? Pero… ¡Wuau! Mi mente empezó a vagar en los recuerdos de mis amigos, en Isabella… Isabella. “Por favor, Isabella escúchame… Soy tu hermana, ayúdame” pensé y sabia que los pensamientos le llegaban… tuve un pequeño atisbo de Isabella, ella estaba alterada al ver mis pensamientos y mi peligro. Deje de tocar a Kathy y perdí toda magia que podía haber tenido dentro. Seguía conduciendo por las calles de ¿Santiago? y la lluvia empezaba a amenazarnos. El bosque estaba creciendo cada vez más… ¿Cuánto habíamos conducido? Nunca tanto… ¿A que velocidad?
-Stephanie… cuidado- me decía Kathy cuando veía algo que atropellar.
-Si, lo se. “No muertos”-. Mi amiga rodó los ojos y vio al retrovisor; Samantha seguía tras nosotras. Las calles se veían tan normales, con la gente riendo de la nada, todo estaría tan normal, pero ella tenía que aparecer… ¡Por Dios! ¿Y si ella no era la única que estaba viva?, ¿Si… tan solo a lo mejor, descubrieron la forma de volver a unirse aun quemados?... ¿Si Francisca vivía? Eso era imposible, ¿cierto? Odiaba tener que trabajar con suposiciones. Estábamos cerca de un puente… había un río pequeño, ¿hasta donde habíamos llegado conduciendo? Me intente ubicar en mi mapa de la cabeza… ESTÁBAMOS FUERA DE SANTIAGO, llegando a un río caudaloso a más no poder.
-Mierda…- dije cuando un auto se nos atravesó de la nada. El auto azul se quedo perpendicular a nosotras y para esquivarlo tuve que cambiar mi rumbo y dirigirme al río. Rompimos la barra de contención y caímos al río.
-¡Stephanie!- grito Katherine.
-No te sueltes- le grite por encima del todo el ruido que se produjo porque varios autos cayeron junto con nosotras. ¿Quién había sido el estupido que se atravesó así? Tan solo pude ver que su cabello castaño estaba demasiado lindo para ser normal… era un hombre que cooperaba con Samantha; Nicolás. Empecé a ver todo en cámara lenta desde que la barra se rompió. Vi como el agua comenzó a inundar el auto de Katherine. Ella estaba intentando abrir la puerta con todas sus fuerzas sin éxito, yo tome la manilla y tire… hasta ahí quedo la puerta. Salimos nadando cuando sentí que Katherine desfallecía. Nade lo más rápido que pude a la orilla, sin importar si otros me veían deje a mi amiga cerca del fango que se formaba en la pequeña isla que había en el río… o lago, lo que sea esta cosa. Katherine estaba azul y empecé con los masajes cardiacos, para mi suerte reacciono de inmediato.
-¿Steph…?-. No pudo seguir preguntando y tosió con fuerza. Los paramédicos estaban llegando y no sabía si era buena idea que la vieran.
-Kathy… tan solo responde si quieres que el medico te vea-. Creo que hizo la reaccionar porque movió enérgicamente su cabeza con un “No”. Tenía que sacar a Katherine de aquí y no se me ocurría nada, yo misma estaba empapada con los ojos fijos en las personas que se ahogaban en el río y en Samantha y Nicolás que nos veían sonriendo. Hice un gesto con mi mano, nada amable y tome a Kathy entre mis brazos.
-Alto ahí- nos grito un policía, ¡Ahora se le ocurre llegar a tiempo! Por suerte mi hermana bajaba de la camioneta con Emily, Franco, Tobías y Joseph. Todos me miraban con pánico, pero Emily estaba quieta mirando a Samantha. Tobías tan solo me miraba asustado, sabia que tan solo quería saltar y ver como yo estaba. Él se acerco a la barra dispuesto a lanzarse, pero Isabella le tomo el hombro y él dio un paso atrás. Samantha, cuando supo que mis amigos estaban ahí, se dio media vuelta y se subió al auto con Nicolás y se fueron. “Cobardes” pensé. Emily me miro y sonrió… “Distraigan” pedí. Emy asintió.
-NO, PERO ¿QUE HA PASADO? ¡MI HERMANA!- grito Franco y Emily a la vez, hizo que sonrieran, pero tuvieron que disimular. En unos segundos todos los miraron y eso fue lo que necesite para poder sacar a Kathy del lío que se estaba formando cerca de nosotras. Corrí hacia dentro del bosque, mezclándome entre la espesura, teniendo cuidado de que la bruja no se dañara mas.
-¿Qué?- pregunté y casi me caigo cuando vi a Max parado ahí con su estilo brujesco. Él sonrió y me pidió a Katherine… él la tomo en sus brazos y la beso tiernamente en los labios, luego dijo cosas sin sentido. “Hechizo” pensé. Moví la cara con desagrado, no sabia si me gustaba la magia. Max seguía moviendo sus manos por encima del cuerpo de Katherine y me dio la impresión de que yo no debería estar aquí…
-Estará bien- me dijo Max. Asentí sin saber que decir. Mi amiga se empezó a mover de la nada y su ropa estaba seca, ella se veía como nueva. “Genial”.
-Gracias- me dijo Kathy.
-No es nada. Y disculpa por todo… Lo que pasa es que…-
-Se lo que paso- me dijo ella. –Estabas tan fuera de ti que dejaste tu mente al descubierto y creo que ya no hay nada del pasado que me tengas que explicar. Todo lo he visto y vivido como si fuera yo-. “Por eso a veces Kathy hacia esos gestos de dolor”. Lo note muy tarde, pero lo note.
-Bueno, eso esta muy bien. Porque definitivamente no te iba a contar nada- le dije. Reímos.
-¡Valeria!- gritaron. Eran mis amigos. Tobías fue el primero en llegar por el lado contrario que entramos con Kathy. Él se apretó a mí como si fuera la última vez que nos veríamos y luego me beso con furia. Tomo mi cabeza para que no pudiera escapar del calor que me producía su cuerpo y en segundos sentí como el ambiente cambiaba y mi cuerpo estaba cada vez mas calido. Tobías tomo mi cintura para subirme a él, tal cual lo hizo en la casa de… Cristóbal… ese día que… ¡No, ahora no, recuerdos no! Temblé y Tobías creyó que lo hacia por otra cosa, pero el dolor que se iba acumulando en mi pecho era demasiado. Ahora yo ardía, quemaba, pero no era por la pasión. Intente separarme de él sin fuerzas. “Emily” rogué.
-Tobías… la mataras- dijo ella. Él de inmediato me dio mi espacio, pero yo aun no recuperaba mi cara y mi expresión de felicidad de verlos. Seguía traumada porque tenía las caricias que Cristóbal me dio ese día, pegadas a mí como un chicle, sus manos recorriéndome entera y diciendo que me amaba… ¡¿Cómo todo dolía tanto aun?! Él estaba muerto y yo aun no lo quería aceptar.
-Tranquila- me abrazo Isabella entendiendo lo que me pasaba, pero evitando decir algo sobre el tema. Alguien más entro al sitio del bosque y me sentí mas relajada rápidamente; Grace.
-Casi te di por muerta- grito. Sonreí y me deje llevar tan solo por el presente.
-¡Que día!- dijo Katherine.
-Sobrevivientes… definitivamente, día de sobrevivientes- acepte yo. Luego recordé que algo importante había en el bolso de Katherine.
-¿Kathy?- la llame, ella me miro. -¿Tu bolso?- pregunté. Su cara cambio de un tono normal a un blanco calcáreo.
-¡Mierda! El anillo- dijo. Tan solo Max entendió. Yo corrí hacia el río de nuevo y Katherine y Max desaparecieron de la nada para aparecer al frente mío casi al borde de la pequeña isla. -¿Dónde habrá quedado?- pregunto Kathy. Entre los tres nos miraros y vimos como Samantha salía del agua con ayuda de algunos policías… ella tenia el bolso de Kathy.
-¡Por Dios! Tiene el anillo- dijo Max. Suspire frustrada.
-Bastarda de mierda- dije tan solo moviendo los labios, aunque sabia que ella podría saber que esas lindas palabras eran para ella. Nicolás estaba arriba viéndola salir y sonreía triunfante. Ningún policía nos vio… lo ultimo que supimos fue que Samantha estaba en el auto de Nicolás viéndonos en nuestra derrota. “Arg! Tiene el anillo” pensé.

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