domingo, 29 de mayo de 2011

Continuación del Capitulo 64

“¿Qué bebe?, ¿Cuál bebe?, ¿Cómo?, ¿Por qué?” me preguntaba en la mente. Bueno, el como no quería saberlo, pero ¿Por qué no nos lo contó? Beth nos debía explicaciones, pero por ahora tan solo nos quedaba esperar aquí… en un hospital, en el mismo hospital donde Carla se había atendido hace algunas semanas. Me debatía entre calmar a Carla o gritar a todo pulmón que porque nadie nos contó nada.
Isabella, Joseph, Franco y Emily me miraban algo nerviosos y las lucecitas amarillas que tanto los caracterizan aparecían de repente, cambiando el semblante de Joseph y Franco. Emily y mi hermana se veían imperturbables, aunque las lucecitas no estuvieran, aunque hubiera la tercera guerra mundial se quedarían quietas ahí, mirándome y mirando a Carla para ver como estábamos.
Felipe, caminando de un lado para el otro, se veía demacrado, preocupado por el bebé y la salud de una integrante de la familia. Lo que me parecía bastante extraño, él se veía bastante desosegado por Beth, como si no pudiera estar tranquila sabiendo que ella esta ahí con algún tipo de riesgo.
-¿Felipe?- pregunté. Él me observo con sigilo antes de prestarme verdadera atención. –Tranquilo, Beth estará bien- le serene. Pero él seguía pegado a su ensoñación de ser, nada menos que un perro guardián. Bien, cosa de él.
Carla, a mi lado, sonreía levemente intentando no mostrar cuanto le dolía saber que su madre estaba aquí, en un hospital. Quisimos que fuera a casa con Anita, Grace, Tobías y… Loreto, pero ella no quiso. Aparte en cuanto dijeron que Loreto igual se iba, se rehusó terminantemente a irse con ella. Recuerdo todavía ver a Tobías bufar por el odio que Carla le tenía a Loreto.
De nuevo nos había tocado que Mikael trabajara para alguien de la familia.
-¿Marcados por las tragedias?- pregunto riendo. No encontraba razón para que riera y estaba a punto de despedazarlo.
-No tiene idea- susurre bajo para que él no oyera.
-¿Cómo esta Beth?- pregunto Felipe casi amenazándolo.
-Ella esta bien, estable. Pero el bebé… ella puede perder al bebé- sentencio el medico. Todo dimos un paso atrás quedando algo pasmados de toda la situación.
Felipe bajo la cabeza dando a entender que no quería que eso sucediera. -¿Quién es el padre de la guagua?- pregunto y Felipe de inmediato levanto la mano.
-Yo lo soy-
-Bien, acompáñeme- le pidió Mikael. Mientras… nosotros veíamos a Felipe anonadados porque si él era el padre del bebé… o sea, Beth… tendría un nuevo hibrido…
-¡¿QUE?!- grito Isabella. Exacto, eso era lo mínimo que hacer por las situaciones que habían sucedido sin explicaciones.
-Tranquila- le calmo Emily -, él no es el verdadero padre del bebé-.
-Gracias al cielo- dijo Joe que ya no brillaba –No pretendo ver otro parto así-.
-Yo menos- agrego Isabella escondiéndose en sus brazos.
-¿Quién es?- pregunté. Emily me miro y dudo en contestarme. –Bien, no lo hagas- dije leyendo su expresión.

El ambiente quedo tranquilo. Después de unas horas, Felipe nos contó que el padre de la criatura era Miguel, el doctor que había atendido a Daniela. Pero… que él se haría cargo.
-Ya decía yo que no eran solo amigos- susurro Isabella mirando a Felipe. Él tan solo bajo la mirada avergonzado.
-Mi mama va a estar bien- nos dijo Carla asegurándonos con toda su fe que así seria. –Por ahora, hay otro problema- continuo. La tome de los hombros para que me mirara. Le pregunté que sucedía y ella apunto a la entrada. Ahí estaba una vampira… imponente y fiera… ahí estaba Samantha.

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