martes, 10 de mayo de 2011

Capitulo 57: El Regreso de Katherine.

El Regreso de Katherine.


         Habían pasado ciertos minutos desde que quedamos en el más profundo silencio. Nos había hecho muy bien sacar todo de nosotros y que quedaran las cosas claras. Pero el silencio tuvo su fin con el sonido de mi celular. Lo saque del bolsillo de mi pantalón y conteste.
-Stephanie, ¿Quién habla?-
-Hola, soy yo, Katherine Donnaly-
-¡KATHERINE!-
-Si, hola, Steff- me contesto mi amiga de Johady. No podía creer que me había llamado después de tanto tiempo sin vernos, pensé que ella se había olvidado de mí.
-¿Cómo estas?-
-Bien, ¿Tú?-
-Bien. Aquí, en Chile-
-¿Si? Mira que coincidencia, yo también estoy aquí-
-¿Ya viniste? Pensé que te demorarías más-
-Si, debería haber demorado más, pero Max tenia que venirse urgente y yo no me quedaría allá sin él-
-La bruja enamorada- bromee. Ella río y escuche a alguien mas reír. -¿Esta Max? Mándale saludos- le dije. Tobías me miro confuso, obviamente él también recordaba a Max. Asentí para que él supiera que el mundo es pequeño.
-Dice que también manda saludos- me contesto Katherine.
-Bueno, así que… ¿Cuándo te veo?-
-Hoy, si es posible. El día esta nublado, hay que aprovechar-
-Si, tienes razón. ¿Dónde?- pregunté y ella me dio la dirección de un Starbucks.
-¿Puedes ir?- me pregunto.
-Obvio, nos vemos-
-Adiós-. Se cortó la llamada y empecé a arreglarme para ir. Tobías me observaba algo confundido.
-¿Bruja?, ¿Max?- pregunto y mientras arreglaba la cama para que quedara igual le conté todo sobre mi estancia en Johady cuando estaba lejos de ellos. Tobías quedo con la boca abierta. -¿Brujas?-
-Si, y todavía recuerdo cuando le dije que era una vampira y que tuviera cuidado conmigo porque podría matarla, lo único que hizo fue decirme que era una chupasangre y que, lamentablemente para mi, eso no era suficiente para que dejara de molestar con sus preguntas-.
-¿Crees que Carla sea una bruja?- pregunto Tobías.
-¿Qué? No entendí a que te refieres…-. Tobías me miro, era evidente porque lo decía y yo no me había dado cuenta… “El mismo problema psicológico” pensé. Suspire y salí de la habitación, Tobías me siguió. –Por favor, ojala que no-. Tobías empezó a reírse con ganas.
-Seria súper raro- dijo. Sonreí. Saliendo de la casa, él miro su torso y dijo malicioso: -Me preguntaran por esto- dijo apuntando a su pecho.
-Diles que yo lo hice- conteste.
-Será raro- sentencio.
-Ándate en el auto, yo iré a pie- le dije y acto seguido él se subió al auto para irse. Lo mire en el umbral de la puerta y cuando lo vi lejos me eche a correr.

Estaba sentada en una mesa del Starbucks en donde me quede de juntar con mi amiga bruja. La vi bajar de su mini cooper negro, ella seguía igual… ahora tendría unos diecinueve años, pero encuentro que tiene las mismas facciones y su cabello sigue rizado, en un estilo desordenado… ahora tenia el pelo amarrado en una improvisada coleta. Cuando me vio sonrió y se sentó en la mesa.
-Buenas- me dijo elegantemente.
-Buenas- conteste. Ella río y me abrazo fuerte. Cuando los saludos cordiales terminaron, el mesero llego a ver nuestro pedido.
-Un expresso y un mocaccino- pidió Katherine. Luego ella agrego solo para mí: -Espero que tomes café-.
-No tienes idea cuanto café consumo- le conteste.
-Eso esta bien-. Katherine empezó a conversarme sobre como había sido su vida después de mi partida, me contó que con Max tenían planes de casarse, pero mas adelante. También que ella había dejado familia, amigos y todo por venirse con él. Ella estaba más que enamorada. Max le había enseñado todo lo que significaba ser brujo y ella estaba profundamente agradecida por eso. –No sabes cuanto me hubiera costado asumir todo de no ser por él- me dijo. Luego empezó el cuestionario a mí, pero el mesero interrumpió.
-¿Algo más?- dijo mirando nuestra mesa, pareciera que tenía miedo de vernos.
-Si, dos más, igual que lo anterior- conteste yo. Él se fue rápidamente.
-Damos miedo- dijo Katherine. Sonreí y luego empezó de nuevo con su batahola de preguntas hacia mi, evadí la mayoría de ellas. Mi amiga se entristeció. –Siento mucho todo lo que has pasado- me dijo poniendo su mano sobre la mía. Solo asentí. –Pero mira… te tengo un regalo- dijo sacando de su bolso una pequeña caja azul. Me la paso cuidadosa y la abrí… era un anillo hermoso, común y corriente. Lo tome y casi me un paro cuando brilló levemente, pero se noto bastante al se un día nublado, al contacto con mi piel brillaba como mil diamantes. Más de una persona se volteo a ver el destello de luz.
-¿Un anillo?- pregunté. Katherine asintió y tomo el anillo, de inmediato este dejo de brillar.
-Es especial porque funciona en ti- me explico.
-No entiendo- confesé.
-Mira, recuerdo lo del sol…-
-Si, ¿y?-
-Esto hace que tu brillo se centre en el anillo y no en ti- me dijo. Ella se echo para atrás y se cruzo de brazos con aire triunfante. Observe el anillo una vez, en mis manos brillaba casi igual que mi piel al sol.
-¡Wuau! Katherine, gracias- le dije. Ella asintió solamente. Guarde el anillo en la cajita y lo deje encima de la mesa, con un gesto le pedí a Kathy que guardara el anillo. Mi amiga miro el anillo orgullosa de si. -¿Puedo preguntar algo?-
-Dime- dijo ella tomando la cajita y guardándola en su bolso.
-¿Con que vampiro lo probaste?-
-Con ninguno- contesto trivial. Después de pensar un momento, agrego: -Tan solo se que funciona- me confeso. Tome su mano y la oprimí suavemente.
-Se que si-.

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