jueves, 21 de abril de 2011

Capitulo 49: Balances. (Stephanie Dawnther)

Balances
(Stephanie Dawnther)


Veía a la bebe para calmar un poco el dolor que tenia dentro de mi. Me concentre el ver su cabello y su rostro perfecto. Ella hipnotizaba a cualquiera que viera, era perfecta. Isabella estaba con Joseph algo sentida después de que me escabullí de su abrazo. Elizabeth se veía algo aturdida, ella tuvo que enfrentar la muerte de su hermana y cuñado, además de estar a cargo de una pequeña de 10 años y una hibrida recién nacida de repente. Por lo menos se veía mejor que yo, mi cara no se que tenia que cuando alguien la veía se descomponía. No podía respirar, me costaba demasiado, la cabeza estaba apunto de estallar, me dolía mucho. Tenia ciertas punzadas en el estomago y me hacían perder la conciencia de vez en cuando. Isabella estaba atenta a cualquier reacción mía. Escuche como entraban los chicos. De inmediato Grace se sentó a mi lado y apoyo su cabeza en mi hombro. Ella estaba tan mal como yo. Ambas habíamos perdido a José Tomas, un pilar fundamental en nuestra existencia, era como perder a un hermano o un padre. Él era siempre una base sólida donde podíamos apoyarnos. Tobías se arrodillo frente a nosotras y nos encerró en un abrazo. Estábamos sufriendo la muerte de uno de los nuestros, un espacio que jamás se podrá llenar. Me pesaba tanto el corazón. Le pase la bebe a Elizabeth, no podía tenerla mas. Abrace a Tobías dejándome por fin sentir todo el dolor de haber perdido a José Tomas, de haber perdido a Cristóbal y ser la responsable de la muerte de Helen, Fernanda, Exequel y aquel medico que tanto ayudo a que la bebe de Daniela pudiera vivir. También la muerte de ella… estaba tan marcada en mi cabeza que no pensaba en nada mas, recordaba cada conversa con ella como si se estuviera repitiendo. Había sido tan importante en mí.
-Stephanie…- me susurro Grace. Ella estaba demacrada.
-Dime, Grace- le conteste.
-Necesitamos saber que haremos con Carla- me aviso. Mire a Elizabeth, pero ella estaba mirando la pared blanca con la bebe en sus brazos aturdida, las lagrimas caían de sus ojos. –Ella no esta bien para tomar decisiones ahora- siguió Grace, pero su voz se quebró. Se silenció.
-Isabella, ¿Dónde están los otro chicos?- pregunto Joseph.
-Se quedaron en casa, estaban arreglándola para… distraerse- confeso mi hermana. Tobías sollozaba casi inaudible, él sufría por la muerte de José Tomas. No me había percatado que él lo veía como a un verdadero padre. Tome su cabeza y le bese tiernamente, pero él no me respondió. Se paro y salio del hospital. Lo seguí hasta la plaza que había en frente, estaba lloviendo y las gotas estaban muy frías.
-¿Te puedo contar algo?- me dijo sentándose en el pasto mojado. Me senté a su lado y bese su mejilla, él corrió la cara y tomo mi cintura, me beso apasionadamente. -¿Puedo?- me insistió.
-Cuéntame- le pedí.
-Yo tenía 18 años cuando me encontré a Grace y José Tomas. Era 1765, el día del cumpleaños de mi madre. Ella estaba en el hospital, internada porque sufrió graves quemaduras gracias a mi padre. Él le pego y luego la quemo en una fogata. Cuando intente defenderla, él me tiro y me dejo inconciente. Ni siquiera se preocupo de mí ya que cuando desperté estaba en el mismo lugar con serios dolores de cabeza. Fui dando tumbos al hospital para ver a mi madre, sabia que estaría ahí y que mi padre estaría en la sala de espera fingiendo preocupación. Él no esperaba verme vivo y cuando se percato de mi presencia, me llevo hacia fuera del hospital. En ese lugar me dio una fuerte golpiza y por ser mi padre no me defendí. Pero no me di ni cuenta cuando en pleno corazón me enterró una daga. Me dejo en un callejón oscuro, la noche iba llegando. No sabia quienes eran, pero apenas se fue mi padre llegaron ellos. “Venimos a ayudarte” me dijo una voz mágica, era perfecta. Una chica me miro sonriente, aunque yo no tenia porque sonreír. “Si, él es un completo enfermo mental” dijo un hombre, lo vi y miraba en dirección donde se había ido mi padre. Yo no podía hablar por el dolor de la daga, cuando sentía que ya no me quedaban fuerzas, el chico se me acerco y se disculpo. Luego José Tomas me mordió. No se como, pero cuando desperté estaba en una casa bien amueblada, casi rica en esa época. Vi a Grace y José Tomas mirándome curiosos. Los tome como unos padres adoptivos de inmediato, pero ellos se rieron cuando se los dije. “Yo seré tu hermana, soy muy joven para ser madre” me contesto Grace. Pero José Tomas se emociono y me abrazo como un verdadero padre. Desde ese momento que mi vida estuvo mas llena de color. A los meses supe que mi madre había muerto esa misma noche de mi transformación y que encontraron a mi padre ahorcado. No sentí ninguna lastima por mi padre, pero visite muchas veces la tumba de mi mamá y los chicos me acompañaron. Después del terremoto que hubo, el cementerio desapareció bajo los escombros y decidí tener a mi madre solo en mi memoria-. Tobías suspiro y me miro con los ojos adoloridos: -Es por eso que la muerte de José Tomas es demasiado para mi. Siento como si hubiera perdido… a mi padre-. Él sollozo con la cara yacida en sus manos. Era un niño pequeño que lloraba la partida de su padre. Lo abrace, pero estaba mas que pasmada con la situación. Tobías seguía enterrado en ciertos pensamientos y me quise entrometer. De repente, Tobías me abrazo y me empezó a besar. Estaba sollozando aun, pero tenia la fuerza de mantenerme apretada a él. Después del beso, lo escondí entre mis brazos.
La lluvia nos abandonaba para dar paso a la oscuridad…

Entramos al hospital para ver a los chicos quietos y cada uno sumido en sus propias cavilaciones, en sus propios balances de esto. Con Tobías estuvimos con Grace, que ya se veía mejor, pero seguía algo desconsolada. Felipe estaba junto a Elizabeth mientras esta se tomaba un café. Nadie hablaba, nadie quería romper el silencio, pero había que hacerlo.
-¿Qué haremos con la chica?- le pregunté a Elizabeth. Ella me miro incrédula.
-¿Haremos? No. ‘Haremos’ me suena a muchos- me respondió. Tobías le rugió algo callado y ella se estremeció.
-Hablo en serio, no podemos dejarlas. No ahora- le respondí algo inquieta.
-Ella ha perdido la memoria- me aviso Isabella. Reflexioné esto por algunos segundos.
-Carla podría tener una nueva vida, una vida normal- dijo Joseph.
-¿Normal?- casi grito Elizabeth -, déjenme reírme. ¡Que lindo su concepto de normal!-.
-¿Te has percatado que pronto tendrás que contarle lo que su padre fue? Porque definitivamente, Anita no es normal y Carla no es tarada…- Isabella empezó a decir, pero termino casi gritándole las cosas. Elizabeth se paro de inmediato cuando mi hermana se empezó a acercar a ella.
-Cállense, por la mierda. Estamos en un hospital- nos retó Emily. Franco asintió como un niño bueno. El perfecto Golden Retriever de Emily. Puse los ojos en blanco, “la enemistad entre Isabella y Elizabeth es tan… disimulada” ironice en mi mente. Elizabeth 0se volvió a sentar.
-Emily tiene razón- le dije y oí como Emily murmuraba que siempre tenia razón, la fulmine con la mirada. Grace se ofusco.
-Bastante- reclamo -, no podemos terminar peleando entre nosotros-. Nos relajamos, pero mi hermana estaba aun airada.
-Insisto con el tema de Carla. Necesitamos saber que le haremos creer. Porque si Elizabeth pretende decirle “Oh! Carla, ¿sabes que? Tu papá Cristóbal era un vampiro y murió protegiéndote y ¿sabes donde esta tu mamá? Tu mamá Daniela esta muerta por dar a luz a tu hermana Anita que, por cierto, es una hibrida, o sea mitad humana y mitad vampira. No te asustes, pero prueba solo sangre”- dijo Isabella revolviéndose de un lado a otro, moviendo los brazos, plenamente furiosa. Más de algún humano se quedo mirándola atónito hasta que Joseph la calmo y ella termino su parlamento con un: -Si pretenden decirle eso, están locos-.
-Isabella…- la llamé -, no es por nada, pero… Cállate- le dije. Ella suspiro y se callo.
-Bendito sea el cielo, se callo de una buena vez- dijo Elizabeth. Isabella se enfureció y quiso atacarla.
-¡Ya! Por favor- les grite. –Me tienen aburrida o se calman o les juro que las amarrare hasta que puedan soportarse- les advertí. Isabella y Beth se tranquilizaron.
-Bueno, podríamos formarle una familia- dijo Grace algo más contenta.
-Si, podríamos, pero ella tendría que saber la verdad algún día…- les dije. Todos suspiramos, eso era lógico. Lo trágico seria su reacción.
-Beth podría ser su madre- propuso Felipe.
-Es demasiado joven- replico Tobías. -¿Cuántos años tienes?-.
-Tengo veintidós cumplidos hace poco- nos dijo.
-Mentiremos sobre tu edad. Puedes tener veintiséis y así habrás tenido a Carla a los dieciséis- arreglo Felipe. Elizabeth asintió.
-¿Embarazo joven?- pregunto y él le sonrió. Ella le devolvió la sonrisa e Isabella bufo.
-Nosotros podríamos ser los padrinos de Carla, amigos de Elizabeth- dijo Joseph. Isabella miro el cielo.
-¿Amigos?- pregunto sarcástica.
-Isabella… suficiente. Te tragaras cada estupida palabra que se te ocurra en contra de Elizabeth, no es el momento- le advirtió Emily. Mi hermana dijo que lo sentía.
-Yo podría ser hermano del padre de Carla y Anita. Junto con Emily seremos los padrinos de Anita Belén- dijo Franco animado. Emily asintió sonriendo.
-Yo seré la hermana de Beth- dijo Grace levantando la mano. Le sonrió a Beth y esta se sonrojo.
-Gracias- le contesto. Grace se encogió de hombros.
-¿Soy el hermano de Joseph?- pregunto Felipe y toso reímos por su tono de pregunta.
-Al parecer, si- le contesto Joe.
-Genial…- murmuro Felipe con sarcasmo.
-¿Qué seremos de ellas?- me pregunto Tobías.
-No lo se…- le conteste un poco ida.
-Puedes ser mi hija… adoptiva por supuesto. No podría haberte tenido a los diez años- me dijo Beth.
-¿Y yo?- reclamo Tobías. Le sonreí y lo bese por impulso.
-Hermanita… por favor… no es horario- me dijo Isabella. Reímos nuevamente.
-Puedes ser nuestro hermano- le dijo Felipe.
-Si, me agrada- le contesto Tobías. Joseph le sonrió.
-Hola, hermano nuevo- le dijo.
-Hola, hermano nuevo- le contesto Tobías.
-Bien, estamos listos. Tenemos lista la historia…, tenemos lista la nueva vida de Carla Anais y Anita Belén- dijo Grace.
-Espera… ¿Qué apellido usaremos para ellas?- pregunto Elizabeth.
-Hadsome Miller. Tú eres Miller y su padre fue Hadsome- le contesto Emily.
-Pero… ¿y Stephanie?- pregunto. Todos me miraron.
-Yo soy adoptada… Yo soy Dawnther, Stephanie Valeria Dawnther-.

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