martes, 21 de junio de 2011

Continuacion 70: Matricidio (Tobías Dawnther)


Matricidio
(Tobías Dawnther)

Este día me casaba. Tenia el traje encima de la cama y verlo me daba nauseas. Me senté en la ventana para ver la casa de Pablo en donde debía estar Loreto vistiéndose para nuestro… matrimonio. Temblaba de solo pensar en esa palabra. Sentí que alguien se quedaba en la puerta de mi habitación, rogué porque no fuera Loreto, no quería verla ahora. Stephanie miraba por la puerta y entró mirando mi vestimenta, tan solo llevaba unos pantalones y desabrochados más encima… quizás que estaría pensado. Suspiro creyendo que no había notado que entró, como no notarla, su aroma embriagaba. La observe y luego mire al traje y desee tirarme por la ventana. Se acerco y puso una mano en mi hombro dándome la corriente eléctrica que el día de mi matrimonio debía evitar.
-Oye… debes estar feliz. Te casaras- me dijo atorada. Quise que me dijera algo mas, como "No te cases" o "Vámonos de aquí", pero nada de eso paso.
-Gracias por tu… animo- le respondí alejándome del toque de ella.
-Bueno, ojala seas muy feliz. Te quiero mucho, Tobías- me dijo antes de ella irse a su habitación y cerrar con un portazo. Mire el traje una vez más y comencé a pensar si seria buena idea casarme ahora. Estaba dudando el mismo día…
Al final de todo me vestí y me arregle el cabello para estar presentable para mi novia y… futura esposa. Baje hacia el living y ahí estaban todos ya arreglados. Stephanie vestía un vestido rojo y el cinto de encaje negro le realzaba la cintura haciéndome pensar cosas… inapropiadas, por decir lo menos.
-¿Nos vamos?- pregunté sacándome los pensamientos.
-No, aun no. Esperen a que les llame- me respondió Emily, la que ayudaría a mi… futura esposa a arreglarse. Franco la siguió en cuanto ella salio.
Sentí que Stephanie daba un suspiro y salio de la casa dejándonos consternados. Carla quiso seguirla, pero Beth se lo impidió.
-Debes querer estar sola- le dijo. Carla comenzó a mirarme con furia. Me lo merecía después de todo.
Esperamos una hora y Emily me mando un mensaje de texto al celular. "Estamos listos para la boda" leí en mi mente.
-Bien, vamos- dije algo mas emocionado por ver la hermosura de Loreto y poder casarme con ella para estar juntos por siempre. Salí y me subí al auto, Franco, Felipe y Joseph se subieron conmigo. En el otro auto manejaba Grace y se llevaba a Carla, Beth y Anita y Alex, Pablo y Marcelo se irían juntos. Emily llevaría a Loreto al registro civil. Me casaría como Tobías Dawnther y ella como Loreto de la Fuente, Emily la dejó ocupar su apellido para que pudiera ser legal. Conduje lento hacia mis destino, era como si no quisiera llegar… de verdad, no quería llegar. Me estacione de repente.
-¿Qué pasa, Tobías?- pregunto Franco poniendo su mano en mi hombro haciéndome recordar a Stephanie y como se veía. Prendí la radio para relajarme con la música y seguir mi camino.
"Hoy se ha inaugurado el nuevo museo en el cerro ‘Gabriela’, la casona de la familia Medina Zambrano de los años 1890… se mostraran fotos de la época y artículos de los integrantes de la familia"
-La casona- dijimos Joe y yo al mismo tiempo y bajamos del auto para correr hacia allá. Ahí debía estar Stephanie e Isabella. No me dio el tiempo de pensar que estaba dejando plantada a mi novia en el registro civil. Tan solo corrí.
Entramos a la casona y vimos mucha gente recorriendo la estancia. Subimos al segundo piso y sentí el aroma a sangre en la última habitación, Joe también lo hizo y avanzamos hacia allá. Estaba Isabella, Stephanie y Nicolás… las personas muertas en el piso… temblé por el olor.
-Aléjate de ellas- advertimos con Joe al mismo tiempo, otra vez. Las chicas nos miraron y vieron nuestros trajes.
-No se molesten, tan solo les pido que cuiden las pequeñas…- intimidó Nicolás y miro con amabilidad excesiva a Stephanie, ardí en rabia, quería pegarle y destrozarlo porque no tenia derecho a mirarla así. De repente, agarró el brazo de Isabella y la adosó a él para besarla. Joe, furioso, la quito de él y la dejo entre Stephanie y yo. Le pegó el combo que yo deseaba darle a Nicolás y lo mando a la mierda, dejando la pared partida a la mitad.
-Mira, estúpido, vuelves a intentar besar a Isabella y te rompo la mandíbula, imbécil de mierda- le dijo Joe al idiota de Nicolás. Oímos pasos hacia la habitación y Nicolás salía por la ventana
-Tomen mi advertencia- dijo y quise pegarle, no alcance.
-Vienen hacia acá- dijo Isabella con miedo. Joe la ató a si y la sacó de la habitación por la ventana. Yo mire a Stephanie y le ofrecí un abrazo.
-Tenemos que hablar- le susurre y ella se tiró a mi brazos. La agarré bien y la saque de ahí dejándola sentada en el techo de la casona. Busque algún camino para salir de aquí. –Deberíamos irnos- dije. Y me siguieron ligeramente. No dirigimos a casa, pero me quede quieto cuando supe que era el punto exacto de mi elección… o iba a casa con Stephanie o me iba a casar con Loreto. Observe a Stephanie y le pedí perdón con los ojos… corrí hacia mi matrimonio. Apuesto que aun llego a tiempo.
En la puerta estaba Grace esperanzada con Pablo mirando las calles. Al verme, la sonrisa se desvaneció.
-Pensé que te habías ido con Stephanie- susurro ella. Entré a casarme y vi a Loreto… se veía hermosa… tenia un vestido blanco pegado a su cuerpo con detalles en crema. Su cabello liso peinado hacia la derecha. Sus tacones blancos y las rosas blancas en sus manos… una pequeña diosa. Me puse en mi posición para empezar la ceremonia.
-Bueno, ya que están aquí las dos partes involucradas podemos empezar la ceremonia- dijo el abogado que nos casaría. A la sala entró Grace y Pablo suspirando. –Por tiempo, nos acortaremos- aviso y luego procedió a dar las palabras que harían de Stephanie mi esposa… o sea… de Loreto, eso Loreto, mi esposa seria Loreto. –En primer lugar, quiero saber si ambos se unen con la voluntad propia- dijo y Loreto asintió… me obligue a asentir también. –Entonces… comenzando como es tradición… ¿hay alguien en esta sala que sepa de algún motivo por lo que esta pareja no pueda unirse? Que hable ahora o calle para siempre- pregunto. Carla quiso levantar la mano, pero Beth se lo impidió.
-Él no la ama- susurro tan bajo que solo los vampiros oímos. Temblé.
-¿Nadie? Bueno, entonces continuamos. Señor Tobías Dawnther, ¿acepta a la señorita Loreto de la Fuente en el sagrado vínculo de matrimonio para amarla, respetarla, cuidarla en cualquier situación, quererla en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?- pregunto y quede pasmado. Me mordí la lengua para evitar el ‘No’ que quería salir. Trague y mire a nuestros amigos… y algunos amigos de Loreto. Necesitaba que Stephanie estuviera aquí. La necesitaba de verdad. -¿Señor?- me preguntó de nuevo el abogado. Intente que la palabra saliera de mi, pero era imposible.
-Yo me opongo- dijo alguien abriendo la puerta. Era Stephanie… era mi Stephanie. –Yo me opongo y tengo una excelente razón… él no la ama, él me ama a mi- afirmo ella. Sentí como podía respirar tranquilo. La mire fijamente y todos estábamos igual.
-Eso no es cierto- dijo Loreto dando un paso en su dirección.
-Con cuidado- amenazo una voz detrás de ella, era Isabella.
-Buenas- saludo alguien entrando también a la sala. Ella… ¿no era Linda? –Yo también me opongo a la estupidez de matricidio que tienen aquí- burló ella. Grace se tenso en un segundo y tomo a Linda para sacarla de la sala. Ellas salieron y Pablo y Alex las siguieron.
-¿Es cierto eso, señor?, ¿Usted no ama a la señorita Loreto de la Fuente?- me pregunto el abogado.
-Tobías…- dijeron ambas al unísono. Sentí la mano de Carla en la mía y el calor que ella introducía en mi, era el mismo que estaba sintiendo de Stephanie.
-¿Señor?- preguntaron de nuevo.
-Es cierto- conteste. Loreto me miro tan furiosa y me tiro el ramo, pero Stephanie alcanzo a agarrarlo y en la cara de la que iba a ser mi esposa, lo rompió en trocitos. Ella sonrió satisfecha.
-Vamos- dijo alguien en la puerta. Mierda, era Samantha. Loreto la siguió aun enojada.
-¿Qué tienes que ver con ella?- le pregunté a Loreto.
-Nada que te importe- me dijo soltándose de mi apretón. Salio de la sala junto con Samantha. Mire a Stephanie y ella sonreía por haber evitado mi matrimonio. Tome su cintura y la atraje hacia mi.
-¿Qué me paso?- le pregunté.
-Nada, es que tan solo eres demasiado irresistible- me contesto abrazándose a mi.
-Me explicaras- le hice prometer.
-Lo haré-. 

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