lunes, 13 de junio de 2011

Capitulo 66: Se ha roto, irremediablemente (Tobias Dawnther)

Se ha roto, irremediablemente…

(Tobías Dawnther)


        Con Stephanie quedamos fuera del hospital, con una sola mirada deje a todos en claro que quería un espacio con ella a solas.
Isabella me miro con odio, era obvio que me odiaría después de lo que le hice a su hermana. Pero Emily asintió triste y, muy pegada a Franco, entro sin más.
-¿Te sucede algo?- me preguntó Stephanie sin acercarse, ella tenía una ilusión que después de que me quede por ella, sin tomar en cuenta a Loreto, las cosas se arreglarían, pero… no era tan fácil. Sentía un amor inexplicable por Loreto y, a veces, tan solo a veces, lo que alguna vez sentí por Stephanie ni siquiera se comparaba.
-Ven a mí y abrázame. No sabes cuanto te necesito- le suplique y ella boto el respiro. Dio un paso hacia mí y luego dudo, ella no quería que la viera débil. -Por favor- le rogué de nuevo al verla así.
-No, Tobías. No ahora- me respondió. Baje los brazos que, antes, tenía levantados para recibirla entre ellos. Había ocasiones, momentos que necesitaba tanto a Stephanie que dolía… como ahora.
-Por favor- volví a suplicar y su cara se descompuso.
-No puedo- se excuso.
-Se que… se lo que has visto… se que piensas que me he acostado con Loreto una y otra vez, pero es mentira. Yo… sigo siendo… yo no me he acostado con ella y… no lo haría- le manifesté de repente. Se sentía bien ser sincero con ella. Sin embargo, Stephanie no hizo más que reír.
-No me tienes que dar explicaciones- dijo burlándose -, yo soy tu ex- me explico.
-Si, lo eres- dije agrio. Ella se burlo de la confesión más importante que le había hecho después de que todo terminara entre nosotros.
-¿Entonces?- susurro aclarándose la voz. Sentí un auto estacionarse.
-No debería, tienes razón-. Estaba enrabiado con ella de una manera inexplicable e irracional. –No debería porque no importas… porque ya no importas- le dije riendo. De repente, un odio intenso me corrió por la venas contra ella. Mientras Stephanie me miraba atónita.
-¿Ya no importo?- me preguntó temblando, pero intento ser fuerte.
-No- contesté decidido. Era verdad, nunca había sentido algo tan verdadero en la vida. Estaba siendo sincero por primera vez con ella. Sentía que Stephanie nunca importo, o si lo hizo fue para enseñarme a amar lo auténtico…
-¿Nunca importe?- pregunto ella, de nuevo. Trague saliva al verla desolada. Tenia un sentimiento encontrado que quería salir a flote, pero era imposible, la rabia de la verdad me carcomía y necesitaba decirla ahora para luego no sentirme culpable por haberle mentido.
-No, Stephanie- le contesté y luego me acerque a ella, tome su mentón y la hice que me mirara directo a los ojos. –Insisto que me da rabia haberte prometido cosas imposibles y aunque en ese momento lo sentí verdad… no lo era y ahora lo descubrí-. Stephanie me miro y en sus ojos se vio la tristeza por mis palabras.
-Necesitabas ser sincero, Tobías- me dijo Loreto atrás de mi, tomo mis hombros y me tiro hacia ella. Sentí la electricidad característica de ella dándome el calor que siempre anhelaba. –Deberías dejarlo en paz, lo prometiste- ahora ella se dirigía a la del frente… ¿Cómo se llamaba?
-¡Tobías!- me llamo la chica. Ella suplicaba. –Tobías, mírame… ¿quién soy?- me pregunto. Apuntándose, obligándome a recordar, ella gritaba. Vi salir a una chica más del hospital ganándose al lado de la otra.
-¿De verdad ni siquiera la recuerdas?, ¿Tan caliente estas por Loreto que ni siquiera recuerdas a Stephanie?- dijo la segundo chica… ella leía mi mente… Emily, eso era. Ella era Emily.
-No lo se. Me vuelve loco- dije por Loreto. Emily se enfureció mientras que… ¿Stephanie? sollozaba a su lado.
-Tengo una idea- le susurro Stephanie a su amiga. Emily sonrió. La primera comenzó a mirarme y sentí como desde dentro empezaba a salir un calor envolvente, dentro de mi ser había un abrazo dándome el calor propio de… de ella, era ella, era su calor. Poco a poco comencé a recordar quien era ella… Stephanie, mi amor eterno.
Di un paso hacia ella y esta sonrió, di otro y Emily dio uno hacia atrás. Otro más y Stephanie se acerco a mí.
-¿Tobías?- pregunto Loreto detrás de mí. Pero no podía escucharla con claridad, era una voz de lejos, ahora lo único que sabía y sentía era que mi Stephanie me rodeaba en ella. Al estar cerca sentí como algo dentro de mí se rompía. No pude más que dar vuelta la cabeza y ver como Loreto se perdía en sus cavilaciones.
-No pude mantenerlo- casi grito Stephanie frente de mí. Pero seguí caminando hacia ella con una idea en mi mente. Ella sonrió y estaba con aire triunfante. Emily también comenzaba a sentirse animada. Al llegar al lado de Stephanie, con maldad le susurre, cerca de su oído:
-No harás que vuelva a estar detrás de ti-. Luego, me acerque a Loreto y tomándola de su hermosa cintura la apegue a mí, besándola.
-Vamos al auto- me dijo con sentido malicioso. Al estar dentro del auto a punto de partir, vi a Stephanie cerrar los ojos y modular con los labios:
-Se ha acabado, todo se ha roto… irremediablemente-.

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