lunes, 13 de junio de 2011

Capitulo 69: ¿Dónde están? (Stephanie Dawnther)

¿Dónde están? 

(Stephanie Dawnther)


        Pablo me contenía para que no ayudara a Felipe a matar al idiota de Joe que ataco a mi hermana haciéndola trizas. No permitiría que ese imbécil le hiciera daño. Isabella se había ido sin despedirse de mí, ella debía estar muy consternada.
De repente, Tobías salio de la casa y me vio como estaba; despeinada, con la ropa rasgada, furiosa, herida, triste…
-Stephanie- él susurro y quise acercarse a mi, pero Pablo se lo impidió.
-Le has hecho bastante daño, ¿no?- le dijo poniéndome detrás del.
-Déjame tenerla- le ordeno Tobías y dejo al pobre de Pablo sin sus sentidos, él cayó al suelo y Tobías me tomó y me metió a la casa de los chicos, aunque Felipe y Joseph seguían peleando.
-Necesito ayudarlos- dije intentando soltarme de sus brazos.
-Steph…- me llamo y entramos hacia la habitación. Cerró la puerta y miro la ventana rota. Se extrañó y luego me miro de nuevo. Lento, tomo la parte de mi blusa rasgada y la retiro con un solo impulso. Capte sus intenciones.
-Aléjate- le dije intentando taparme. Pero él sonrió y se acerco a mi… no sentí nada de repente, mi visión, mi tacto… ya no estaba. Caí a la cama y sentí a Tobías subirse a mí. Quise alejarme, pero no podía porque no sentía nada. “Protegerme, protegerme” pensé y comencé a crear mi escudo, me costó un mundo, pero lo logre. En cuanto tuve mis cinco sentidos, tire suavemente a Tobías para quedar en la puerta de la habitación. Tendría que llevarlo hacia fuera y así tomar su poder y ayudar a Felipe. Lo bese y él me siguió el juego. Salimos de la pieza y quedamos en el sillón, mire hacia fuera mientras Tobías me tocaba. Aun Felipe y Joe peleaban, pero ahora Pablo intentaba ayudar al bueno. Me concentre en conseguir el poder de Tobías y lo obtuve… era como un calor que recorría el cuerpo. Mire a Joseph y en segundos cayó. Pablo y Felipe se miraron y luego vieron la escenita en la que me encontraba. De inmediato, entraron y tiraron a Tobías lejos para correr conmigo hacia la casa. Ahí se encontraba Emily, Franco y Loreto, los tres se miraban apenados.
-No quería, no quería- lloraba Loreto. Solo pude mirarla con odio para subir a mi habitación. Pablo me acompaño, cerró la puerta tras de él.
-¿Sabe Felipe donde esta Beth y las pequeñas?- pregunté. Y Pablo asintió, se sentó en una silla rosa y miro a su alrededor.
-¿Dónde están Beth y las pequeñas?- pregunté.
-Se fueron con Grace, creo que nombro a Katherine- me contesto. “Katherine” pensé, con ella estarían bien.
-¿Y mi hermana?-
-No se donde fue- me contesto. Mire mi celular y tenia llamadas perdidas de ella. Marqué y no me contestaba, marqué de nuevo y me salio el buzón de voz de inmediato. Suspire y me senté en la cama.
-Lo siento tanto- le susurre a Pablo. Él me miro extrañado. –Lo siento por todo, desde que nos conocieron toda su vida se ha complicado- le explique para que entendiera mi disculpa.
-No- dijo seguro de si mismo y se sentó a mi lado en la cama. –Ha sido una suerte conocerlos, sobre todo porque… yo me enamoré- dijo él confesándome eso. Cerré los ojos… no, por favor, dime que no es de mi. Necesito un amigo normal que me quiera como una amiga normal.
-¿De quien?- pregunté tiritando.
-De Grace- contesto. Di un suspiro y reí. Me sentía mejor, ahora me sentía mucho mejor. –Ella es tan… perfecta- susurro como si estuviera pensado en ella, como si la tuviera en frente.
-Ella es una excelente persona- concordé.
-Si- acepto él mordiéndose el labio… Reí y me saco la lengua.
-Se te están pegando sus gestos- le bromee. Él rió conmigo. Nos quedamos en silencio encima de la cama y tan solo se oían nuestras respiraciones. Se sentía bien estar tranquila después de tantas sensaciones que había pasado, aun no podía tomar el verdadero peso de la pelea con Joseph, pudo haber muerto Felipe, Isabella, Pablo… pude haber muerto…
Sonó mi celular rompiendo el mutismo.
-¿Alo?- conteste.
-Hola, Stephanie. Soy Katherine- saludo mi amiga bruja.
-Hola, ¿Cómo estas?- pregunté por cortesía, pero me moría por saber como estaban las pequeñas y Beth.
-Bien y por lo que se, tú no estas muy bien-. Suspire en respuesta. –Grace, Elizabeth, Carlita y Anita están aquí- me dijo.
-¡Oh, que bien!- respire mas tranquila.
-¿Quieres hablar con alguna?-
-Todavía están despiertas…- dije afirmando. Me sentí culpable por la vida que les estaba dando a ellas.
-Si- susurro Katy.
-Pásame a Beth- pedí y ella me contesto.
-¿Cómo estas?- me pregunto.
-Bien, ¿ustedes?-
-Bien- me contesto.
-¿Te sientes bien?- pregunté por su embarazo.
-Si, mi bebé y yo estamos bien-. Oí detrás de la línea como Max preguntaba “¿Estas embarazada?”. Sonreí.
-Que bien…-. Mire a Pablo y pedí hablar con Grace, le pase el celular a él.
-¿Alo?- oí como el contestaba a la voz de mi amiga. Hablaron un rato e intente no escuchar por darles privacidad. Al final, cortó y me entregó mi teléfono. –Gracias, lo necesitaba-.
-No es nada- dije yo. Bajamos hacia el primer piso cuando ya la mañana comenzaba. Vi a Franco y Emily abrazados en el sillón del living, ellos se veían mal, estaban casi pasmados aun. Me fui a sentar en el mismo sillón que ellos y abrace a Emily. Ella estaba triste y cerraba los ojos sin motivo, era como si estuviera cansada después de un gran trabajo. Ladee la cabeza intentando recordar si había hecho algo o se había encontrado en alguna pelea, pero no, ella no había luchado. Franco lo había hecho, pero se veía bien, se veía normal. Él me miraba de reojo.
-Lo siento- dijo de repente tomando mi mano, se veía realmente apenado. Dude si concederle mi perdón, pero luego… acepte su disculpa.
Seguimos en la misma posición hasta que la molestia andante apareció.
-Hola- dijo Loreto. Venia totalmente despeinada, con la camisa de Tobías y un short puesto a la rápida, no quería saber de que venia. Fue a la cocina y saco dos botellas de… sangre y se sentó en un sillón y luego prendió la televisión. Al rato, llego Tobías con un pantalón solamente. Lo quede mirando de pies a cabeza y él reparó en mi observación, se mordió los labios intentando ser sexy, pero tan solo provocó repulsión en mi. Se sentó junto a Loreto y tomó una de las botellas y comenzó a tomársela. Vi a mi alrededor y note como Pablo, Emily y Franco brillaban intensamente, ya no era un amarillo, eran un dorado fuerte. Los sentí parte de mí. No se que seria, pero era de mi, provenía de mi. Carla también lo había visto y anoche también vio como Joe quedaba sin esa luz antes de transformarse completamente.
Pablo se sentó a mi lado y comenzó a mirar mi vestimenta; unos jeans rajados al final, unas chalas sucias, una blusa completamente rota. Movió la cabeza, reprobatorio.
-Debería cambiarte- me dijo tomando una tira de mi blusa. –Y deberías lavarte ese cabello- dijo ahora tomando mi pelo. Sonreí por sus acotaciones y me pare. Pablo también lo hizo, pero sabia que él iba a su casa a ver los daños, aunque Tobías no lo tomo así.
-¿Se van a bañar juntos ahora?- pregunto irónico.
-Si, Tobías. Y no sabes que otras cosas vamos a hacer- respondí tomando a Pablo de la mano y guiándolo a mi habitación. Él tan solo me siguió. Ya dentro de mi pieza, me solté para sollozar en mi cama.
-Tranquila, es un imbécil- me tranquilizo.
-Lo se- le conteste. Aun así, dolían sus palabras. Yo no era la que se acostó con una extraña después de terminar con mi novia horas antes. Fue él.
-Ya, ahora, de verdad, báñate y luego vamos a mi casa- me dijo él moviendo mi cabello ya de por si desordenado.
-Ya voy- respondí y me dirigí al baño con ropa interior, un vestido y toallas. Pablo sonrió cuando deje mis compartimientos abiertos.
-Necesitas una cuota de orden urgente- bromeo. Sonreí y entre al baño. Di el agua y estaba calentita, tibia, excelente. Me desvestí para poder bañarme y al entrar a la tina sentí que temblaba por el contacto de algo tan caliente, pero me sirvió para relajar los músculos tensos. Me remojé bastantes minutos y luego me preocupe de mi cabello. Estaba lleno de barro y tierra, hasta pasto tenia. Me lo lave bien con mi shampoo preferido y trate de que quedara limpio. Me limpie de cada partícula de tierra que podría tener en el cuerpo y después salí del agua mas tranquila. Me seque para vestirme y al final me puse el vestido lila que tanto me gusta, lo ajuste bien para quedara ceñido a mi cuerpo. Comencé a secarme el pelo con el secador y trate de dejarlo como me gustaba, aun así algunas ondas se salieron de lugar. Me mire al espejo y vi que estaba bien arreglada. Salí para tener la aprobación de Pablo, pero al salir vi que él estaba ordenando mi ropa.
-Estaba ordenada- replique.
-Claro, no se que harías sin Grace- dijo y volteo para verme. -¡Wuau! Te ves bien-. Di una vuelta para que el vestido se elevara con el aire. Intente ayudar a Pablo a ordenar todo, pero él no me dejo. –Tocas mi orden y te mato- me amenazo. Me senté en mi cama y espere que concluyera.
Cuando por fin termino su orden, tome la ropa rota y baje para botarla a la basura. Pablo, como buen amigo, me escoltaba por cualquier cosa. En el living, todos seguían igual.
Salimos de la casa para ir a ver los daños de la morada de Alex, Marcelo y Pablo. Ellos estaban ordenando cuando llegamos. La pared estaba reparada y las ventanas también.
-¿Saben donde esta Joseph?- pregunté sentándome en un sillón mientras ellos arreglaban su casa.
-Ni idea, pero lo vi hace poco en el bosque, a lo mejor sigue ahí- me contesto Marcelo. Asentí por su respuesta. Necesitaba hablar con él y preguntarle que le había pasado que se descontrolo así, atacando incluso a su propia novia, a mi hermana.
-¿Tienes teléfono?- le pregunté a Pablo. Él me entrego su celular. Llame al numero de mi hermana, pero seguía sin contestar y la desesperación se inicio en mi.
-Debe estar bien- dijo Pablo y se sentó junto a mí.
-Eso espero- contesté y me acomode en mi amigo.
-¿Y a ti, no que te gustaba Grace?- pregunto Alex y Marcelo rió.
-Si, ella me gusta, la amo. Stephanie es mi amiga- aclaro Pablo y reí porque se puso nervioso.
-Tonto- le susurre. Él se encogió de hombros.
Fuimos con los chicos a cazar y sentimos que el aroma de Joseph estaba reciente, por lo menos él seguía en las cercanías. No demoramos mucho porque no había mucho por donde elegir, así que fue algo rápido.
Entramos a mi casa, si es que puede llamarse así, e increíblemente, todos seguían en la misma situación. Había solo un cambio; Joe estaba sentado en un sillón aparte mirando televisión. Los quede mirando y Emily me miro triste, la vi brillar doradamente. Ella se levanto de su posición y se fue con Alex, que la esperaba ya en la puerta. Una pregunta mental, supuse.
-Joseph…- llame, él enfoco su vista en mi. Tobías también lo hizo y vi su boca abrirse y su contemplación detenerse en sitios no apropiados, lo fulmine con la mirada. -¿Podemos salir?- hable a Joe. Él me siguió hacia fuera, él brillaba y sentía que no se soltaría de ese centelleo. Caminamos hacia cualquier dirección y le pregunté sobre lo que había pasado ayer.
-Stephanie, juro que no se que paso- me dijo apenado -, de verdad, perdí el control incluso atacando a mi hermano- sollozo. Sentí la necesidad de consolarlo, pero lo evite porque no se merecía ningún consuelo por ahora.
-Y por cierto, ¿Dónde esta tu hermano?- pregunté.
-Lo que se es que fue por Beth-. “Bien, eso esta bien” pensé. -¿Stephanie?- me llamo Joe.
-Dime-
-De verdad no se que paso. Al principio sentí que podía resistirme al sentimiento que crecía dentro de mí, pero luego se me hizo muy difícil, casi imposible, me dolía la cabeza y todo el cuerpo, tuve que seguir la ira dentro de mí- se eludió él.
-Pero… ¿sabes que causó esa ira en ti?- pregunté mas interesada. Tenía una teoría.
-No lo se- me dijo bajando la cabeza. Tome sus manos y me miro. –Necesito a Isabella-
-Y se que ella también a ti, pero si te dejas llevar por esos ‘impulsos’, como los llamas tú, la perderás- le avise. Él sollozo como un niño. –Tranquilo- dije frotando sus manos contra las mías. –Ella volverá-
-¿En serio no sabes donde esta?- pregunto.
-Ni siquiera me contesta el teléfono- le confesé. Él bajó la mirada nuevamente.
-Vamos a casa- al final murmuró.
Tenía una hipótesis y necesitaba probarla, pero Joe no era el indicado. Él me dijo que sentía que la ira iba dentro de él y que no sabia de donde venia, al principio pude resistirse… al principio cuando estaba con esa luz rara, pero luego lo perdí y su control se perdió. Entonces… ¿quién provocaba esa ira en él? Pude centellarlo, pero como no fue el tiempo suficiente, no sirvió de mucho. Y lo peor… él dijo que aunque estaba con esa luz, se sentía tentado, o sea, esa luz no era efectiva al cien por ciento. “Mierda” pensé.
Cuando volvimos, Emily ya había llegado y estaba junto a Franco… en donde pertenecía. La vi sonreír ante mi pensamiento.
Necesitaba comprobar mi suposición y ahora encontré al indicado. Mire a Tobías, maliciosa. Me mordí los labios mirándolo y comencé a ver las lucecitas con un dorado fuerte. Él seguía al lado de Loreto, pero eso no me importo. Me senté a horcadas encima de él y comencé a moverle el cabello. Loreto, al lado, miraba atónita lo que pasaba, ella se levanto.
-Tobías- le ordeno que parase, pero él seguía con la luz y me miraba con amor.
Sonreí ante la comprobación de mi presunción. -¡Tobías!- grito Loreto ahora. Él la miro, pero luego siguió enfocándose en mí. Era cierto… yo podía hacer que la gente se conservara igual aunque Loreto hiciera algo… no se que, pero ese algo hacia cambiar… yo lo protegía. ¡ESO ERA! Mi escudo, los protegía con mi escudo. Por fin, este poder se hizo fuerte y podía resguardarme y proteger a los demás. Aun así, tenia que perfeccionarlo porque ayer, en un golpe de estupidez, perdí el escudo con Joe y hubo el medio problema en la casa.
-Tú eres la perra que hace esto- dije parándome en frente de Loreto. Ella dio un paso hacia atrás y miro a Joseph, pero era tarde, yo ya lo tenia envuelto en mi escudo y estaba tan enrabiada que, dudo mucho, que mi escudo este débil. Di un paso mas a ella y esta tembló.
-Aléjate- me exigió sin fuerzas, pero yo no lo haría. Esta bastarda aquí al frente había deshecho mi familia cruelmente. Tome su brazo dispuesta a sacarlo de su sitio, pero…
-¡Paren!- gritaron desde la entrada. Era la voz de Grace. Pablo de inmediato fue a ella. Retrocedí y fui a su encuentro.
-¿Qué pasa?- pregunté, pero ella no respondió y sonrió algo triste, ella estaba ocultando algo. -¿Qué paso?- pregunté de nuevo. Ella siguió sin contestar.
-Quiero que paren- dijo como justificación. La mire extrañada y con desconfianza. Al estar tocando a Grace obtenía su poder y sentía lo que ella… ella estaba confusa, ella mentía.
Loreto salio de escondite con Tobías detrás de ella. “Mierda, lo perdí” pensé. Él ahora la seguía como perrito faldero. Entrecerré los ojos dispuesta a matarla, pero Grace me lo impidió.
-Tranquila, no debe haber muerte, ¿cierto?-. “Esa sonrisa no se la compro” cavilé. La mira mas desconfiada aun.
Emily se levanto de su asiento y saludo a Grace. Cuando quedamos solas, Emily me dijo:
-Yo tampoco le creo, esta evitando pensar en algo, lo se-. “¿Qué te pasa, Grace?” me pregunté.

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