lunes, 13 de junio de 2011

Capitulo 67: Dávida de la Vida (Stephanie Dawnther)

Dádiva de la Vida

(Stephanie Dawnther)


     La semana había pasado lento. Me había ido del hospital porque necesitaba alguna paz. Fui a cazar a la cordillera. Cacé unos ciervos y de ahí volví a casa, demore unas horas que me hicieron pensar. No llegue a muchas conclusiones.
Emily me esperaba sentada en el umbral de la puerta con las manos tapándose la cara. Al sentirme, se paro y entro a la casa, dejándome entrar a mí también. Yo, sin tomarla en cuenta, subí hacia la habitación de Anita, pude escuchar su respiración y estaba dormida. Necesitaba la paz que ella podía provocar.
Me senté en un sillón de su dormitorio mientras ella se movía algo inquieta por la cama. Era una bebé hermosa, ya parecía de unos cinco o seis meses cuando en realidad recién tenia un mes de vida. Era 4 de Mayo y ella había nacido un 4 de Abril… era una pequeña. Queríamos celebrarle una fiesta por su mes, pero encontramos que no seria apropiado con Beth en urgencias.
Emily, a mi lado, se apoyo en mi hombro y comenzó a suspirar.
-Es un idiota- dijo. Sonreí y asentí.
-Lo se-. Mire a Emily y ella me veía extrañada porque estuviera tan calmada.
-No es tu calma, es tu rostro, parece que nada hubiese pasado-
-Nada ha pasado- le respondí. Lo hacia porque no quería que nadie viera cuanto me afectaba o cuanto me dañaba cada acción de Tobías. “Ahora ya no es Cristóbal el que me daña, es Tobías” pensé y me gane un codazo de Emily. Puso sus ojos en blanco. Pero luego dejo de prestarme atención.
-¿Anita?- preguntamos ambas al mismo tiempo. Ella seguía en su sueño, pero de repente se sentó a toda velocidad, aunque fuera pequeña, se vio grande tomándose las manos y poniéndose a llorar como si la cosa mas terrible hubiera sucedido. Tomo su cabello y lloro más aun. Con Emily nos acercamos de inmediato y la tomamos para que se calmara.
A la pieza entro Alex, Pablo y Marcelo a ver que le había sucedido a la bebé. Y ahí caí sentada a la cama junto con Anita y Emily… yo miraba hacia la pared, como al vacío… sabía que era Emily que leía la mente de Anita, pero al estar en contacto con ella… yo también podía ver…
Era Grace… ella corría hacia la casa y se topaba con Loreto y Tobías, había una especie de pelea… no podía oír que decían, era borroso, pero exacto a la vez, era obvio que eso sucedería, no importan los motivos o las palabras, eso sucedería sino se impedía. Grace luchaba contra Tobías… Loreto reía… Grace suplicaba.
-¡NO!- grite antes de salir corriendo hacia el lugar donde se provocaría la disputa. Grace no caería frente a Tobías… yo no lo permitiría. En un segundo, Anita estaba en brazos de Pablo y yo corría… corría hacia la salida y después al lugar exacto, yo sabia donde era.
Al llegar sentí la ráfaga de viento de demostraba que Grace estaría aquí. Me acerque a ella antes de que pudiera seguir caminando y no hubiera nada que hacer más que pelear.
-¿Qué pasa?- pregunto Grace cuando la empuje para que caminara en dirección opuesta.
-Ehh… No, nada- conteste y me puse a caminar.
-Te conozco, además tus emociones son de nerviosismo- me dijo quedándose quieta.
-Ya, si, pasa algo, pero camina- le rogué. Ella espero que hablara. –Parece que hemos descubierto el don de Anita- explique.
-¿Ah, si?- pregunto.
-Si-
-¿Y cual es?-
-Ver el futuro- contesté. Ella de inmediato capto la historia.
-Algo pasaba conmigo, ¿cierto?-. Asentí. –No quiero saber- me dijo ella.
-Mejor aun- replique más feliz. No habría querido explicarle que Anita la vio peleando contra Tobías y que él… ganaba. -¿Cómo esta Beth?- pregunté.
-Bien- me respondió. Miro su reloj y daban las ocho en punto. –Se vendrá a casa hoy porque Mikael dice que ella esta mejor y el bebé ya no corre ningún tipo de riesgo-.
-Mira, que bien- felicite al destino. Por lo menos no tendríamos que lamentar algo terrible.
-¿Me vas a creer que Beth tiene cuatro meses de embarazo?-. Casi me ahogo.
-¿CUATRO?- grite tosiendo y Grace asentía y reía a la vez.
-Si, cuatro meses-
-¡Wuau!- pude decir.
Habíamos llegado a casa y estaba Isabella, Joseph y Franco saliendo del auto de Felipe, este último ayudaba a Beth bajar. Pero no quiso arriesgarse y la tomó como a una niña pequeña.
-¡Bájame!- grito Beth. Felipe sonreía y la tomaba más fuerte. Franco se encargo de cerrar las puertas del auto. Entramos a casa y Felipe fue a dejar a… ¿su novia? a la habitación. La acostó suavemente y le dejo el pijama encima, luego sonrió y salio para dejarnos a todos fuera, excepto a Carla que ayudaría a Beth por si tenía algún problema. La oí alegar que podía vestirse sola y a Carla reír. Después pudimos entrar y saber como estaba. –Estoy mejor, gracias- dijo ella sonrojándose. Me senté a su lado y Carla me imito. Ambas abrazamos a nuestra ‘madre’.
-¡Que bien que estas aquí!- dijo ella. Afirme con la cabeza.
-Estoy mejor, cariño- le contesto. Grace había traído a Anita y esta gateaba hasta Beth, se acurruco en ella y comenzó a mirarla. Beth estaba feliz aquí en casa.
-Cualquier cosa, me llamas- dijo Felipe saliendo de la habitación con todos los demás detrás.
-Ehh… ¿podría hablar contigo?- pregunto. Felipe asintió y yo tome a Anita para que todos… incluidas sus hijas, salieran de la pieza. Se debían una conversación privada. Emily me quito a Anita y le daría de comer junto a Franco, tres menos. Grace, Isabella y Joseph se fueron al living, tres menos… Con Carla quedamos en la puerta dispuestas a escuchar la conversación. Nos miramos cómplices y comenzamos a escuchar sin respirar.
-¿Beth?, ¿querías decirme algo?- le pregunto Felipe.
-Si, tan solo quería darte las gracias- respondió ella.
-Ah… de nada-. Oí a Felipe sentarse en su cama.
-Gracias- dijo de nuevo Beth. –Estoy en deuda contigo-
-Podrías pagármela- contesto Felipe claramente agraviado.
-¿Cómo?-. El tono de ilusión de Beth era demasiado. Vi a Carla sonreír.
-Ven… dame un beso-. Ahí fue cuando se escuchó un portazo y ambas quedamos anonadadas con el aire atragantado. En el primer piso Alex, Pablo y Marcelo nos miraban descubriéndonos infragantes. Con Carla reímos y subimos corriendo a mi habitación. Cerramos la puerta de otro portazo y comenzamos a reír más fuerte.
-Mi mamá estará con Felipe- dijo Carla.
-Si- asentí con felicidad. Ellos hacían una pareja excelente.
-¡A comer!- grito Isabella desde el primer piso. Me sentí feliz y molestosa… mire a Carla como un depredador a su presa. Ella se estremeció y luego me tiro un cojín.
-Arranca que te mataré. Soy un vampiro- le dije, Carla comenzó a reír de nuevo y salio corriendo hacia el primer piso a toda velocidad. La deje que bajara hasta la puerta de la cocina y ahí aparecí… -¡BU!- grite y ella gritó del susto.
-Stephanie- me reprendió Franco. Le saque la lengua y entramos a la cocina, esta era tan grande que comimos allí. Carla tomaría once y nosotros, los vampiros, nos alimentaríamos de la sangre que habíamos obtenido. Era macabro, lo se, habían dos refrigeradores; uno con comida normal y el otro lleno de sangre. Recordé cuando Carla abrió el equivocado y pego un grito del susto, parecido al anterior. Sonreí ante el pensamiento y Emily… también.
Felipe apareció con la cara baja y… ¿eso era brillo labial?
-Hermanito, hermanito- le molesto Joseph. Felipe le quedo mirando. –Tienes labial en la boca… quizás que hacías en la habitación de Beth-. Todos reímos y Felipe se avergonzó aun mas, era tierno.
-Mientras no escuche nada por la noche, ningún problema- dijo Franco uniéndose a Joseph.
-No, tranquilo. Yo tendré respeto y tratare de que los demás no sepan que estoy íntimamente con mi pareja… no soy como tú, Franco- dijo Felipe e hizo una bandeja con comida para Beth. Emily, abochornada, ayudo a Felipe. Luego, se abrazo a su novio y él le besó la frente. Felipe subió con la comida y seguimos conversando de cualquier cosa.
-¿Mi hermana ya duerme?- pregunto Carla.
-No, esta con Pablo en la sala de juegos- contesto Grace entrando también a la cocina.
-Cuando termine de comer, ¿puedo ir también?- pregunto.
-Claro-. Grace asintió a nosotros para dejar en claro que ella la cuidaría.
-Si, mejor que juegue con Anita en la sala que con Stephanie a los espías- molestó Marcelo. Alex rió y lo apoyó. Con Carla les hicimos un desprecio y sonreímos. Posteriormente, entró Pablo con Anita.
Se veía tan bonito el paisaje, todos juntos como una familia verdadera… pero tenían que llegar a arruinar el momento.
-Buenas, familia- dijo Tobías. Todos suspiramos y fue instantáneo; las lucecitas se prendieron en todos los de la familia. Excepto en Carla… ella no brillaba amarillo, ella brillaba anaranjado.
-Si, buenas- dijo Loreto que estaba mas atrás de él.
-Tenemos una estupenda noticia- dijo Tobías entusiasmado.
-¿Se van?- pregunto Pablo irónico. Mire a Pablo y sonreí… me caía muy bien.
-No- contesto Loreto molesta.
-Me caso, familia- dijo Tobías -, con Loreto me caso dentro de un mes-.

No hay comentarios:

Publicar un comentario